jueves, enero 29, 2009

Diez Razones para Predicar la Palabra

Diez Razones para Predicar la Palabra

Miércoles, Enero 28, 2009

(Por John MacArthur)

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La Predicación fiel y la enseñanza de la Palabra deben ser el mismo corazón de nuestra filosofía de ministerio. Cualquier otro enfoque reemplaza la voz de Dios con sabiduría humana. La filosofía, la política, el humor, la psicología, el consejo casero, y la opinión personal nunca pueden lograr lo que la Palabra de Dios hace. Esas cosas pueden ser interesantes, informativas, entretenidas, y algunas veces de ayuda – pero no son el negocio de la iglesia. La tarea del predicador no es ser un conducto a la sabiduría humana; es la voz de Dios que habla a la congregación. Ningún mensaje humano viene con la estampa de autoridad divina – sólo la Palabra de Dios. ¿Cómo se atreve algún predicador substituirla por otro mensaje?

Francamente no comprendo a los predicadores que están dispuestos a abdicar este privilegio solemne. ¿Por qué deberíamos proclamar la sabiduría de hombres cuando tenemos el privilegio de predicar la Palabra de Dios?

Con eso en mente, aquí están diez razones de por qué me deleito en predicar la Palabra de Dios, semana tras semana y año tras año. Ésta no es una lista exhaustiva, pero confío que alentará a aquellos ministros que las lean para fielmente proclamar la Palabra de Dios al pueblo de Dios a través del poder del Espíritu de Dios. (He ampliado cada uno de estas razones en el libro Preaching the Cross, el cual puede ser leído aquí.)

1. Porque Su Mensaje Es Eterno y Verdaderamente Poderoso

2. Porque Son las Buenas Noticias de Salvación

3. Porque Expone la Verdad Divina con Claridad y Certeza

4. Porque Representa la propia Revelación Autoritativa de Dios

5. Porque Esto Exalta a Cristo como la Cabeza de Su Iglesia

6. Porque Es el Medio que Dios Utiliza para Santificar A Su Pueblo

7. Porque Correctamente Instruye Nuestra Adoración y Nuestro Andar

8. Porque Trae Profundidad y Equilibrio a Mi Ministerio

9. Porque Honra la Necesidad del Estudio Bíblico Personal

10. Porque Hace a Mi Ministerio ser Dependiente de Dios

(Lea este artículo íntegramente, aquí.)

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