lunes, febrero 16, 2009

12 Razones de porque el Supersesionismo No es una Doctrina Bíblica

12 Razones de por qué el Supersesionismo / La Teología del Reemplazo No Es Una Doctrina Bíblica

Tomado de www.theologicalstudies.org

Por Michael J. Vlach, Ph.D.

“Creo que no atribuimos suficiente importancia a la restauración de los judíos. No pensamos mucho en eso. Pero ciertamente, si hay algo prometido en la Biblia es esto”.

- Charles H. Spurgeon

“Sostener la opinión de que Dios reemplazó a Israel con la iglesia es apartarse de un enorme cuerpo de evidencia bíblica”.

- Walter C. Kaiser, Jr.

El Supersesionismo es la perspectiva de que la Iglesia Neotestamentaria suplanta, reemplaza, o cumple el papel y el lugar de la nación de Israel en el plan de Dios. Estoy convencido de que la teología del reemplazo/supersesionismo es una doctrina no bíblica que viola las claras afirmaciones tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento que enseñan y afirman una salvación nacional y una restauración de Israel. A continuación hay doce razones de por qué el supersesionismo viola el testimonio bíblico:

 

1. El Antiguo Testamento explícitamente enseña la restauración de la nación de Israel.

a) Deuteronomio 30:1-6: Israel experimentaría una dispersión por la desobediencia pero lo haría un día serán salvos como nación y experimentarán una restauración a su tierra.

b) Jeremías 30, 31, y 33: Esta predicción del Nuevo Pacto promete una restauración de Israel que incluye bendiciones espirituales y bendiciones físicas.

c) Ezequiel 36–37 Este pasaje promete la restauración y salvación futura de la nación de Israel a su tierra.

d) Amos 9:11-15

e) Sofonías 3:14-20

f) Zacarías 12–14

g) NOTA 1: Aun si el NT nunca tratara la restauración de Israel, los muchos textos explícitos acerca de la restauración de Israel en el Antiguo Testamento dan bastante razón para creer en la restauración de Israel.

h) NOTA 2: Puesto que el pacto Abrahámico (Gen. 12:1-3; 15:18-21) y el Nuevo Pacto (Jer. 31) son pactos eternos e incondicionales deberíamos esperar que Dios cumpla con estos pactos con Israel: el pueblo con quien se hicieron los pactos. John Murray está en lo correcto en que la restauración de Israel es asociada a los pactos del Antiguo Testamento: “De esta manera el efecto es que la restauración futura de Israel se certifica por nada menos que la certeza perteneciente a la institución del pacto”.[1]

2. El Antiguo Testamento explícitamente promete la perpetuidad de la nación de Israel (vea a Jer. 31:35-37).

“Así ha dicho Jehová, que da el sol para luz del día, las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche, que parte el mar, y braman sus ondas; Jehová de los ejércitos es su nombre: Si faltaren estas leyes delante de mí, dice Jehová, también la descendencia de Israel faltará para no ser nación delante de mí eternamente. Así ha dicho Jehová: Si los cielos arriba se pueden medir, y explorarse abajo los fundamentos de la tierra, también yo desecharé toda la descendencia de Israel por todo lo que hicieron, dice Jehová.” (Jer. 31:35-37).

¿Ha visto usted al sol, la luna o las estrellas hoy? Si es así, usted puede saber que la nación Israel aún tiene un lugar en el plan de Dios.

3. El Nuevo Testamento reafirma la expectación del Antiguo Testamento de una salvación y restauración de Israel.

a) Mateo 19:28 - Los Apóstoles gobernarán sobre 12 tribus de Israel.

Según E. P. Sanders, Matt 19:28 “confirman la perspectiva de que Jesús vio una restauración de Israel”.[2]

b) Mateo 23:37-39 / Lucas 13:34-35 – Israel algún día aceptará a su Mesías. Donald Senior indica: “En la perspectiva de Mateo, el rechazo de Jesús por los líderes es ciertamente un pecado serio, uno que trae juicio divino. Pero la historia de la relación de Dios para con Israel no está concluida, y vendrá el día cuando Jerusalén otra vez recibirá a su Mesías con gritos de alabanza”.[3]

c) Lucas 21:24 – Los Tiempos de los gentiles se acabarán. J. Bradley Chance indica: “El examen de cerca a Luc. 21:24b,c provee un indicio fuerte de que Lucas anticipó la restauración de Jerusalén”.[4]

d) Lucas 22:30 - Los Apóstoles gobernarán sobre las 12 tribus de Israel.

e) Hechos 1:3-7 - Los Apóstoles creyeron en una restauración de la nación Israel después de 40 días de instrucción del reino de Jesús. Scot McKnight señala: “Puesto que Jesús fue un maestro tan bueno, tenemos todo derecho de pensar que las esperanzas impulsivas de su audiencia estaban en el blanco. Esto no es decir que ellos, a veces, señaló referencias incorrectas o llegó a conclusiones inexactas acerca del tiempo o acerca del contenido, pero se debe admitir que Jesús creyó en una realización inminente del reino para restaurar Israel y que él le enseñó esto con claridad”.[5]

f) Hechos 3:19-21 - La Restauración es predicada a los líderes de Israel.

g) Romanos 11:26-27 - La Salvación de “todo Israel” ocurrirá de conformidad con las promesas del Nuevo Pacto dadas a Israel en el Antiguo Testamento.

þ C.E.B. Cranfield: “Solamente cuando la Iglesia persiste en negarse a aprender este mensaje, cuando secretamente –¡quizás en forma enteramente inconsciente! cree que su propia existencia está basada en logros humanos, y en consecuencia no entiende la misericordia de Dios para con ella, es incapaz de creer en la misericordia de Dios para esa Israel todavía incrédula, y por ello sustenta la noción reprensible y contra la Escritura de que Dios se ha desembarazado de Su pueblo Israel y que sencillamente lo ha reemplazado con la Iglesia Cristiana. Estos tres capítulos [Rom. 9-11] enfáticamente nos prohíben hablar de la Iglesia como habiendo de una vez por todas tomado el lugar del pueblo judío”.[6]

þ Jonathan Edwards: “Nada es más ciertamente predicho que esta conversión nacional de los judíos en Romanos 11”.

þ En sus comentarios sobre Rom 11:26–27, Ernst Käsemann correctamente manifiesta que “el Cristianismo ya vive en el nuevo pacto” mientras “Israel comenzará a hacerlo en la parousia”.[7]

4. El Nuevo Testamento explícitamente manifiesta que las promesas del Antiguo Testamento y los pactos para con Israel son todavía la posesión de Israel constante durante esta época de la iglesia y aun mientras la nación esté actualmente en un estado de incredulidad (vea a Romanos 9:3b-4).

…mis hermanos, los que son mis parientes según la carne; que son israelitas, de los cuales son la adopción, la gloria, el pacto, la promulgación de la ley, el culto y las promesas” (Rom. 9:3b 4).

5. El Nuevo Testamento señala que Dios permanece fiel a Israel por Sus promesas a los patriarcas de Israel. (Romanos 11:28)

Así que en cuanto al evangelio, son enemigos por causa de vosotros; pero en cuanto a la elección, son amados por causa de los padres” (Rom.11:28).

6. El Nuevo Testamento señala que la elección/llamado de Israel es irrevocable. (Romanos 11:29; vea también a Deuteronomio 7:6-8).

Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios.” (Rom. 11:29).

a) Jürgen Moltmann: “No cabe duda de que Dios habiendo finalmente rechazado al pueblo de su elección – tendría que rechazar su elección (11.29) – y en lugar de ello buscaría entonces a otro pueblo: la iglesia. Las promesas de Israel siguen siendo las promesas de Israel. No han sido transferidas a la iglesia. La iglesia no echa a Israel fuera de su lugar en la historia divina. En la perspectiva del evangelio, Israel de ninguna manera significa ha pasado a ser como ‘guste todas las naciones.’” [8]

b) Wolfhart Pannenberg: “¿Cómo pudieron estar seguros los cristianos de su propia y nueva asociación comparativamente en el círculo de los elegidos de Dios si Dios por su parte no permaneció fiel a su elección a pesar de la incredulidad de Israel? Éste es el punto del apóstol cuando él apoya la inviolabilidad de la elección del pueblo judío (11:29; Cf. 9:6). Él tiene en mente también la seguridad cristiana de la elección”.[9]

c) Entre más uno cree en la soberanía de Dios especialmente como se relaciona con la elección, más un debería uno comprometerse a una salvación /restauración de Israel basado en la elección de Dios de este pueblo.

7. El Nuevo Testamento nunca utiliza el término “Israel” para aquellos que no son judíos étnicos. De esta forma, la iglesia nunca es llamada “Israel”.

a) El título “Israel” es usado setenta y tres veces y siempre se refiere a los judíos étnicos: La inmensa mayoría se refieren al Israel nacional y étnico. Unos cuantos se refieren específicamente a los creyentes judíos que son judíos étnicos.

b) El Nuevo Testamento incluso consistentemente se refiere al Israel nacional como “Israel” aun después del establecimiento de la iglesia (Hechos 3:12; 4:10; 5:21, 31, 35; 21:28).

c) El libro de Hechos mantiene una distinción entre Israel y la iglesia. En Hechos, tanto Israel como la iglesia existen simultáneamente. “Israel” es usado veinte veces y ekklesia (la iglesia) diecinueve veces, pero los dos grupos son siempre mantenidos bien definidos.

8. Los Supersesionistas no han logrado demostrar que el Nuevo Testamento identifica la iglesia como “Israel”.

a) Romanos 9:6 – Los Judíos Creyentes son aquellos que son el Israel espiritual verdadero. Como William Sanday y Arthur C. Headlam indican: “Pero San Pablo no tiene aquí la intención de distinguir un Israel espiritual (o sea la Iglesia Cristiana) del Israel carnal, sino manifestar que las promesas hechas a Israel podrían cumplirse aun si algunos de sus descendientes se quedaran fuera de ellas. Lo que indica él no es que todos los descendientes físicos de Jacob son necesariamente herederos de las promesas Divinas dadas a entender en el nombre sagrado Israel”.[10]

b) Gálatas 6:16 – Pablo se refiere a los Judíos cristianos en su referencia a el “Israel De Dios”. Pablo regañó duramente a los Judaizantes que decían que la circuncisión era necesaria para la salvación, pero él reconoce a aquellos judíos en Galacia que no habían seguido a los Judaizantes en su error. Estos judíos cristianos son el “Israel” verdadero “de Dios”. Ronald E. Diprose: “Gálatas 6:16 es un fundamento insuficiente sobre el cual basar un concepto teológico innovador como el entendimiento de que la Iglesia es el nuevo y/o el verdadero Israel”.[11]

c) Romanos 11:26 – hay muy poca oportunidad de que aquí “Israel” se refiere a la iglesia, algo que aun muchos supersesionista reconocen. Al igual que las otras diez referencias para “Israel” en Romanos 9–11, Israel en 11:26 se refiere al Israel étnico.

9. Los Supersesionistas no han logrado demostrar que el Nuevo Testamento reinterpreta o altera las profecías originales del Antiguo Testamento con relación a Israel. El supuesto acercamiento “Prioridad NT” del Supersesionismo es realmente ‘supersesionismo estructural’ – una hermenéutica que no permite que los pasajes del Antiguo Testamento hablen de los temas que abordan.

a) ¿Cómo puede el NT re-interpretar o alterar la expectación del Antiguo Testamento para Israel cuando el NT realmente reafirma la expectación del Antiguo Testamento? (Vea el punto #3 del arriba).

b) Hebreos 8:8-13 y Jeremías 31:

þ El Antiguo Testamento nunca señaló que el Nuevo Pacto sólo sería para la nación Israel. Isaías usa el concepto del Nuevo Pacto de “lluvia” con relación a la salvación de los gentiles en Isaías 52:15.

þ Pablo cita los pasajes Nuevo Pacto en Romanos 11:27 para demostrar que la nación Israel se salvará (vea Rom. 11:26). Así, aun después de que la iglesia empezó, Pablo ve a Israel aún todavía relacionado al Nuevo Pacto.

þ El propósito de Hebreos 8 no es ocuparse del asunto de quién es y quién no es el pueblo de Dios. Hebreos 8 esta directamente señalando a la superioridad del Nuevo Pacto sobre el Pacto Mosaico y no si es la iglesia hoy es el Israel verdadero.

þ Sólo las bendiciones espirituales del Nuevo Pacto son mencionadas en Hebreos 8:8-13. Si el Nuevo Pacto se cumpliera íntegramente deberíamos esperar que las bendiciones físicas del Nuevo Pacto sean mencionadas como siendo cumplidas con la iglesia. El Nuevo Testamento nunca conecta la iglesia con las bendiciones físicas del Nuevo Pacto.

þ Es mejor concluir que la iglesia participa de las bendiciones espirituales del Nuevo Pacto mientras que el cumplimiento escatológico completo del Nuevo Pacto tendrá lugar con Israel en el milenio.

c) Hechos 15:13-18 y Amos 9:11-15

þ El punto central de la cita de Amos 9 en Hechos 15 es mostrar que los Gentiles siendo el pueblo de Dios es consistente con o están de acuerdo con lo que los profetas del Antiguo Testamento como Amos predijeron. No está discutiendo el cumplimiento completo del reino Davídico o llamando Israel a la iglesia.

þ El argumento del lugar de Israel en el plan de Dios no es incluso el enfoque de Hechos 15.

þ Hechos 15 dice “de acuerdo” no “cumplido”.

þ William D. Barrick: “Note, ante todo, que Santiago nunca dice que Amos 9 se ‘cumple.’ En segundo lugar, el razonamiento de Santiago es que el Evangelio debería continuar para ir a los gentiles porque Dios los incluyó en su plan redentor según Amos 9. Amos 9 menciona a los gentiles como depósitos de bendiciones del reino de Dios, por eso, ¿cómo podría alguna vez la iglesia temprana adoptar medidas para excluirlos?”[12].

10. Los Supersesionistas no han logrado demostrar que la unidad entre judíos y gentiles en la iglesia descarta una restauración futura de la nación Israel.

a) Efesios 2:11–22 demuestra que los Gentiles que solían estar muy lejos de Dios ahora han sido acercados a Dios por medio de Cristo. Por lo tanto, el estatus soteriológico de los gentiles creyentes ha cambiado. Ellos ahora comparten con Israel en los pactos y las promesas de Israel pero ellos no se convierten en Israel.

b) Los creyentes gentiles no puedes ser incorporados a Israel porque Pablo dice que ahora son parte de una nueva estructura – el nuevo hombre.

c) Howard Taylor: “La lógica superficial ha continuado sosteniendo que no hay más unicidad para el judío y el Israel físico. Puesto que se dice que Cristo ha roto la barrera entre el judío y el gentil [Efes. 2:11–18], la elección de Israel está acabada. Pero ésta no es la lógica del Nuevo Testamento. Aunque hay sólo una forma de salvación tanto para el judío como para el gentil, el Nuevo Testamento enseña que el pueblo judío todavía tienen un lugar único en la historia de la obra de redención de Dios del mundo en Cristo.[13]

d) Rom 11:17–24 enfatiza que los Gentiles ahora están relacionados con las promesas de Dios. Por tanto, hay una unidad soteriológica entre los judíos creyentes y los Gentiles. Pero esto no indica que la iglesia sea ahora el Israel verdadero. Hay una diferencia entre decir que los Gentiles participen con Israel en los pactos de Israel y afirmar que los gentiles creyentes se convierten en Israel. Los gentiles son participantes de los pactos y no han tomado posesión. Este pasaje no descarta un papel futuro para el Israel nacional o señala que la iglesia es ahora Israel.

11. El lenguaje Israelita aplicado a los Gentiles creyentes no quiere decir que la iglesia sea Israel.

a) 1 Pedro 2:9–10 y Romanos 9:24-26 – Sí, el lenguaje usado de Israel en el Antiguo Testamento es usado a los creyentes Gentiles en el Nuevo Testamento. Pero la similitud con Israel no quiere decir identificación con Israel. Hay ocasiones en la Escritura cuando la imagen “Israel” es aplicada a los Israelitas sin que estos no-Israelitas se vuelvan Israel. Isa 19:24–25, por ejemplo, predice que Egipto algún día sería llamado “mis pueblo”. Sin embargo, el contexto deja en claro que Egipto es distinto de Israel puesto que Egipto es mencionado junto con el “Israel Mi herencia”. Así es que, aun en el Antiguo Testamento fue predicho que los Israelitas algún día llevarían ciertos títulos de Israel sin ser identificados como Israel.

a) J. Ramsey Michaels dice: “en ninguna parte de 1 Pedro se señalan a los lectores como el nuevo Israel o un nuevo pueblo de Dios, como para desplazar a la comunidad judía”.[14]

a) Gálatas 3:7, 29 El Nuevo Testamento enseña que los Gentiles creyentes son la semilla de Abraham pero esto no quiere decir que los Gentiles creyentes sean Israel. El concepto de “hijos de Abraham” es usado en varias formas diferentes en el Nuevo Testamento. En primer lugar, puede referirse a aquellos que son descendientes biológicos de Abraham. En segundo lugar, se puede referir al Mesías, quien es la semilla individual única de Abraham. En tercer lugar, puede referirse al remanente justo de Israel (cf. Isa 41:8 con Rom 9:6). En cuarto lugar, puede ser usado en un sentido espiritual para los judíos y gentiles creyentes (Gal 3:29). John Feinberg afirma: “en ningún sentido (espiritual especialmente) es más importante que algún otro, y en ningún sentido cancela el significado e implicaciones de los otros sentidos”.[15] Así, la aplicación de los títulos “hijos de Abraham” o “semilla de Abraham” a los gentiles creyentes no quiere decir que los gentiles creyentes sean judíos espirituales o parte de Israel.[16]

a) Gálatas 3:7-8 asocia a los Gentiles siendo “hijos de Abraham” con la parte del Pacto Abrahámico que predice que “serán benditas todas las naciones de la tierra”.

12. La profecía del Nuevo Testamento se refiere a Israel, señalando así que el plan de Dios para Israel está vivo.

a) Apocalipsis 7:4-8 – todas las tribus de Israel son mencionadas.

a) Mateo 24:15ff.

þ La abominación desoladora está claramente relacionada con el templo judío.

þ Jesús habla a la estadía de Israel lo que se debe hacer en el Período de la Tribulación.

a) Pablo se refiere al templo en 2 Tesalonicenses 2:4.

b) Si la iglesia es ahora Israel por qué las profecías del NT se refieren al Israel étnico?

En conclusión, Ronald Diprose está en lo correcto cuando él indica que para que el supersesionismo se clasifique competente como una doctrina bíblica, necesita ser “positivamente, pasajes que claramente lo enseñan; y negativamente, ningún pasaje que realmente lo excluyan.”[17] En ambos, el supersesionismo falla. El Nuevo Testamento no llama a la iglesia “Israel,” y ningún lugar del Nuevo Testamento declara que la nación de Israel ha sido permanentemente rechazada por Dios. Los diversos textos como Mat. 19:28; 23:37–39; Lucas 13:35; 21:24; 22:30; y Romanos 11 refutan el supersesionismo en lo referente a que enseñen o reafirmen la expectativa del Antiguo Testamento de una restauración de Israel. Por lo tanto, estamos de acuerdo con Walter Kaiser cuando dice: “para sostener la opinión de que Dios reemplazó a Israel con la iglesia es apararse de un cuerpo enorme de evidencia bíblica".[18]

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[1] John Murray, The Epistle to the Romans. (Grand Rapids: Eerdmans, 1959. Reprint 1997), 2:100.

[2] E. P. Sanders, Jesus and Judaism (Philadelphia: Fortress, 1985), 103.

[3] Donald Senior, Matthew, ANTC (Nashville: Abingdon, 1998), 264.

[4] J. Bradley Chance, Jerusalem, the Temple, and the New Age in Luke–Acts (Macon, GA: Mercer University Press, 1988), 134.

[5] Scot McKnight, A New Vision for Israel: The Teachings of Jesus in National Context (Grand Rapids: Eerdmans, 1999), 130–31.

[6] C.E.B. Cranfield, A Critical and Exegetical Commentary on the Epistle to the Romans. ICC (Edinburgh: T. & T. Clark, 1975-79), 2:448.

[7] Ernst Käsemann, Commentary on Romans, trans. and ed. Geoffrey W. Bromiley (Grand Rapids: Eerdmans, 1980), 314.

[8] Jürgen Moltmann, The Way of Jesus Christ: Christology in Messianic Dimensions, trans. Margaret Kohl (San Francisco: HarperSanFrancisco, 1990), 35.

[9] Wolfhart Pannenberg, Systematic Theology, vol. 3, trans. Geoffrey Bromiley (Grand Rapids: Eerdmans, 1993), 471.

[10] William Sanday and Arthur C. Headlam, The Epistle to the Romans, ICC (New York: Charles Scribner’s Sons, 1923), 240. Vea también a Douglas Moo, The Epistle to the Romans, NICNT (Grand Rapids: Eerdmans, 1996), 574. Acerca de Rom 9:6, Gutbrod escribe: “No se nos dice que los cristianos gentiles sean el verdadero Israel. La distinción en R. 9:6 no va más allá de lo que se presupone en Jn. 1:47. . . .” Walter Gutbrod, “’Israhl, k. t. l.,” in Theological Dictionary of the New Testament, vol. 3, ed. Gerhard Kittel (Grand Rapids: Eerdmans, 1965), 387.

[11] Ronald E. Diprose, Israel in the Development of Christian Thought (Rome: Istituto Biblico Evangelico Italiano, 2000), 47. Emphasis in original. Vea también a Jacob Jocz, The Jewish People and Jesus Christ: A Study in the Controversy between Church and Synagogue (London: SPCK, 1962), 422, n. 316.

[12] William D. Barrick, “New Covenant Theology and the Old Testament Covenants,” Documento inédito de The Master’s Seminary Faculty Chapel Series: An Examination of New Covenant Theology, 5, n. 34.

[13] Howard Taylor, “The Continuity of the People of God in Old and New Testaments,” Scottish Bulletin of Evangelical Theology 3 (1985): 14–15. Emphasis in original.

[14] J. Ramsey Michaels, 1 Peter, WBC, vol. 49 (Waco, TX: Word Books, 1988), 107. Emphases in original.

[15] John Feinberg, “Systems of Discontinuity,” in Continuity and Discontinuity: Perspectives on the Relationship Between the Old and New Testaments, ed. John S. Feinberg (Wheaton: Crossway, 1988), 73.

[16] Fruchtenbaum afirma: “Lo que los teólogos del reemplazo necesitan para probar su caso es una declaración en la Escritura de que todos los creyentes son de ‘la semilla de Jacob’. Esta enseñanza indicaría que la iglesia es el Israel espiritual o que los cristianos gentiles son los judíos espirituales” Fruchtenbaum, “Israel and the Church,” en Issues in Dispensationalism (Chicago: Moody, 1994), 126–27.

[17] Diprose, Israel in the Development of Christian Thought, 70.

[18] Walter C. Kaiser, Jr., “An Epangelical Response,” in Dispensationalism, Israel and the Church: The Search for Definition (Grand Rapids: Zondervan, 1992), 364.

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