martes, marzo 31, 2009

Donde fue que el Evangelicalismo Se Desvió (2ª Parte) – Phil Johnson

Donde fue que el Evangelicalismo Se Desvió (2ª Parte)

Jueves, Marzo 19, 2009

(Por Phil Johnson)

El post de hoy es el post final adaptado del seminario de Phil en la Shepherds’ Conference, titulado: “¿Qué Es un Evangélico?”

La segunda cosa que representa el destino del movimiento evangélico en América fue el auge del así llamado evangelicalismo. Éste fue un movimiento fuertemente influenciado por la tendencia inicial del seminario Fuller, dirigido por hombres que estaban afiliados con Christianity Today y la Nacional Association of Evangelicals, y conducido principalmente (creo) por un deseo de respetabilidad académica, aun a expensas de un testimonio claro y coherente.

Harold John Ockenga fue una voz sumamente influyente en el evangelicalismo de mediados del siglo 20. Él ayudó a fundar el Seminario Fuller, Cordon Conwell, y la National Association of Evangelicals. Fue pastor por muchos años de la Iglesia Park Street en Boston. Él fue el único que introdujo la idea del neo-evangelicalismo y propuso ese nombre, en una reunión de 1948 en el Pasadena Civic Auditorium. La visión como él la esbozó fue conducida por tres prioridades: Primero, fue un rechazo por el separatismo de los fundamentalistas (lo cuál, irónicamente, equivalía a una declaración final de separación de los propios hermanos fundamentalistas evangélicos y al mismo tiempo abrió la puerta a una comunión y cooperación con los evangélicos). En segundo lugar, fue un llamado a una participación social – que francamente fue mal definido, y “la participación social” evangélica realmente nunca se materializó en ninguna escala mayor, a menos que usted considere el auge del derecho religioso después de los 1970s. Y la tercera parte fue (en palabras de Ockenga) una “determinación a comprometerse al diálogo teológico del día.”

Al principio, usted tenía a algunos hombres como Harold Lindsell, Carl Henry, y quizás Donald Grey Barnhouse, quienes estaban capacitados y dispuestos a comprometerse a un diálogo teológico. Pero a finales del siglo, el movimiento evangélico apenas y le importaba el diálogo teológico. Las mega-iglesias evangélicas fueron más conocidas por su búsqueda de entretenimiento y moda superficial. Y la editorial de Christianity Today aparentemente llegó a la conclusión de que el compromiso con el diálogo teológico significaba darle una plataforma a prácticamente cada anomalía teológica que venía excepto las ortodoxias evangélicas antiguas. Usted casi nunca escucha a nadie sino a fundamentalistas hablando del evangelicalismo en aquellos días, pero el hecho es que el neo-evangelicalismo completamente agobió y aplastó a todo el movimiento evangélico, y esa es la razón principal de que el movimiento mismo ya no es verdaderamente evangélico.

En resumen, el movimiento evangélico hizo implosión porque alimentó sus propias deficiencias. Los principios neo-evangélicos finalmente erradicaron al evangelicalismo histórico, y aquéllos de nosotros que somos paleo-evangélicos francamente no tenemos ningún movimiento al cual nosotros en realidad pertenezcamos.

Pero, no estamos quedando sin tiempo y no he dicho la mitad de lo que tenía planeado. Aun no les he dado una sola cita del libro de Lloyd-Jones: ¿Qué es un Evangélico? Así que déjeme recomendarle mucho de nuevo que usted lea esas conferencias. En esencia, esas conferencias fueron la respuesta de Lloyd-Jones al evangelicalismo. Él fue un paleo-evangélico clásico sin un hueso neo-evangélico en su cuerpo. Aquí hay una cita como ejemplo:

Una de las primeras señales de que un hombre esté dejando de ser verdaderamente evangélico es que él ha cesado de preocuparse por los aspectos negativos, y se mantiene diciendo: siempre debemos ser positivos. Le daré un ejemplo notable de esto en un hombre cuyo nombre le es familiar a la mayor parte de ustedes, y algunos de cuyos libros usted ha leído. Esto es lo que él ha escrito recientemente: ‘Siempre que una persona sea un evangélico debe establecerse por referencia a que posición mantiene con respecto a los seis puntos,’ los cuales enumera luego. Su definición es en referencia a lo que una persona es mas que con respecto a lo se oponga. Él continúa: `Lo que un hombre es, o no es, puede mostrarle que es un evangélico confundido, o negligente o inconsistente, pero usted no puede negarle su derecho a llamarse evangélico mientras él mantenga estos principios como la base de su posición cristiana.'

Ahora este es el tipo de declaración al cual yo contendería bastante. Creo que realmente está mal. El argumento que dice que usted siempre debe ser positivo y que usted no debe definir al hombre en términos de lo que esté en contra, así como en lo que esta a favor, pierde la sutileza del peligro.

Lloyd Jones vio que el indiferentismo doctrinal fue inherente en el programa neo-evangélico, y sabía que eso significaría el fallecimiento final del movimiento evangélico como una entidad verdaderamente evangélica.

Él estaba en lo correcto. En muchas formas y en varios contextos, él predijo con exactitud que se divisaba lo que venía. Revise sus libros Preaching and Preachers (Predicando y los Predicadores) o Puritanism (Puritanismo) – o casi cualquier cosa que Lloyd-Jones escribió. Él advirtió que el compromiso neo-evangélico conduciría a doctrinas neo-ortodoxas. Eso es lo que el movimiento de la Iglesia Emergente significa, por cierto – el triunfo de la neo-ortodoxia en el movimiento evangélico. Él predijo el desfallecimiento de la predicación en los círculos evangélicos. Él vio hace cuarenta años que el indiferentismo doctrinal devoraría gradualmente los fundamentos de la convicción evangélica. Y él estaba en lo correcto.

En resumen, el movimiento evangélico que nuestros abuelos y nuestros bisabuelos conocieron está muerto. Los principios evangélicos perduran aquí y allá, pero la etiqueta ha sido incautada por personas que no lo tienen derecho a ella. Ha sido malvendido por aquellos que prometieron ser los guardianes y portavoces del movimiento – Christianity Today y la National Association of evangelicals (Asociación Nacional de evangélicos) están entre los culpables principales. Pero los evangélicos del montón son también culpables, porque estaban contentos de abandonar su patrimonio y correr hacia el entretenimiento barato. El estadounidense promedio de hoy piensa que el evangelicalismo es una posición política o un gueto religioso en lugar de un conjunto de creencias bíblicas.

La tarea para los paleo-evangélicos como yo es permanecer fiel y recordar que el evangelio – no la influencia combinada de un gran movimiento políticamente dirigido – es el poder de Dios para salvación.

La historia de la iglesia nos enseña otra lección importante: El evangelio sólo raras veces ha hecho grandes ganancias en la parte trasera de los movimientos masivos y populares. Es la labor quieta, algunas veces no reconocida y no alabada de individuos fieles que a menudo dan como resultado un impacto más profundo y a largo plazo para el reino de Dios.

Vemos esto expresado en la vida y legado de Charles Spurgeon, ¿verdad? Todo el movimiento que él hizo más que nadie para edificar se volvió en contra de él y aun trató de retratarlo como una influencia mala y divisiva. Pero Spurgeon nos muestra que si permanecemos fieles a la verdad, a largo plazo estaremos bendecidos por ello, y la verdad eventualmente derrotará cada error y al final a sobrevivirá a todos ellos, sin importar cuan popular podría ser cualquier error que actualmente esté en boga.

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