lunes, marzo 09, 2009

Sana Doctrina, Sanas Palabras (1a. Parte) - Phil Johnson

clip_image001Sana Doctrina, Sanas Palabras (1ª Parte)

(Por Phil Johnson)

Las siguientes son las notas de Phil del seminario impartido en la Shepherds´Conference en la mañana del viernes.

Esta mañana quiero ir a dos versículos en Tito 2 – versículos 7-8. Ésta es una amonestación de Pablo para Tito, su amigo, su socio, protegido, e hijo verdadero en la fe. Tito es uno de los héroes no alabados de la iglesia primitiva – un joven pastor cuyo apoyo fiel y trabajo constante detrás de bambalinas le hizo sumamente valioso para Pablo. Pablo le escribe a Tito con estas instrucciones (Tito 2:7-8): “presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad, seriedad, palabra sana e irreprochable, de modo que el adversario se avergüence, y no tenga nada malo que decir de vosotros”

Escogí ese texto, francamente, porque estoy profundamente preocupado por la tendencia de tantos pastores últimamente de utilizar profanidad, palabras groseras y obscenas, temas viles, carnales, imágenes sexuales, lenguaje erótico, y chistes sucios. La mayoría de ustedes, lo sé, se dan cuenta de la tendencia de la que estoy hablando. Estoy tentado a llamarle la pornificación del púlpito. La justificación normalmente dada es que el lenguaje grosero y los temas sexuales son herramientas de contextualización. Es una forma de hacernos sonar más relevantes. Muchas voces en la iglesia son insistentes de que esto es de primera necesidad si queremos alcanzar a ciertos segmentos de nuestra cultura.

 

El apóstol Pablo lo dijo de otra manera, y eso es lo que yo quiero ver en esta hora.

Cuando consideraba qué temas podrían ser importantes para un grupo de pastores y líderes de iglesia tan amplio y diverso como este, no podría apartarme de este asunto. El New York Times Magazine recientemente presentó un artículo sobre Mark Driscoll en el cual éste fue un asunto sobresaliente. “¿A Quién Cacheteará Jesús?” Fue el título del artículo. Lo siguiente es la frase del artículo: “Los sermones de Mark Driscoll son en su mayoría demasiado picantes para publicarlos en un sitio Web familiar evangélico cristiano”.

Entonces este es un tema que casi todo el mundo (incluyendo el New York Times) ya habla incansablemente. Y todavía me parece que las personas en el mundo evangélico no piensan muy bíblicamente acerca de ello. ¿Qué lenguaje y qué clase de temas son apropiados para el púlpito en un servicio de adoración? ¿Qué dones y qué virtudes capacitan a un hombre para ser un pastor? ¿Y qué debería destacar más prominentemente cuando alguien analiza nuestro estilo de ministerio? ¿En qué querría USTED que el New York Times se enfocara si hiciesen un artículo analizando su estilo?

Una década atrás (en nuestros círculos, al menos), nadie consideraría estas preguntas tan difíciles. Pero ahora los evangélicos están obsesionados con este asunto, y francamente muchos están muy confundidos acerca de ello. Me asombra cuántos jóvenes en el ministerio hoy están completamente cautivados con una conversación obscena y temas lascivos – e insisten que ésta es una tendencia positiva.

Estoy también consternado por el número de buenos hombres y líderes cristianos que privadamente dicen que ellos realmente “no aprueban” “la suciedad. . . la plática absurda [y] las bromas groseras; pero sienten que necesitamos pasar por alto esas tendencias y guardar silencio en público – a fin de que la delicada unidad evangélica no se rompa en pedazos por una controversia sobre palabras. Francamente, pienso que todo este asunto probablemente no sería controversial en absoluto si un puñado de líderes cristianos respetados estuviese dispuesto a dar un paso arriba y ocuparse del tema atrevidamente y bíblicamente.

Tristemente, la tolerancia evangélica para las bromas en el púlpito ha experimentado un cambio monumental en el par de décadas pasado – y no en una dirección saludable. Las clases más abiertamente obscenas y profanas de las tonterías han hallado forma en el repertorio evangélico bajo la rúbrica de la contextualización.

Ahora, afronto un dilema práctico serio aquí. En un sentido, me gustaría mostrarle algunos ejemplos de este tipo de cosas de la que hablo, a fin de que usted tenga por entendido que no exagero. Por otra parte, la mayor parte de estas cosas son tan profundamente impropias que no hay manera en que alguna vez las trasladaría en nuestro centro de adoración.

Pero estoy bastante seguro de la mayoría de ustedes se dan cuenta de una cierta cantidad de las cosas de las que hablo. Aquí está un puñado de ejemplos más o menos saneados: Hay un grupo llamado iglesiaxxx (xxxchurch) que dicen que se dirigen a adictos a la pornografía y a personas y personas que trabajan en la llamada industria de entretenimiento para adultos. Ellos patrocinan una cabina en las convenciones principales de pornografía – donde dicen que están haciendo evangelismo. Reparten Biblias y camisas playeras impresas con un eslogan deliberadamente ambiguo: “Jesús Ama a las estrellas prono”. Y el centro de mesa de su exhibición es un pene inflable de 15 pies. Han pintado una cara en esta abominación y le han dado un nombre. Ahora, xxxchurch no es alguna anomalía oscura que saqué de la nada. Usted encontrará enlaces para su sitio Web de literalmente centenares de iglesias que apoyan y promueven lo que la xxxchurch está haciendo.

Tendencias como esa están llenas en el mundo evangélico. Repentinamente es muy popular predicar sermones en los cuales el pastor gráficamente describe actos privados de perversión en un lenguaje prestado de la industria porno. Hay un grupo de jóvenes en línea quién que bloguean acerca de detalles íntimos de sus vidas sexuales bajo pretexto de intentar ayudar a mujeres cristianas a sazonar matrimonios en problemas.

En un grupo de este tamaño, es probable que algunos de ustedes tengan enlaces directos a las organizaciones y a recursos como estos en sus sitios Web de la iglesia. Si es así, avergüéncese, usted necesita volver a pensar lo que usted está haciendo. Estrategias como esas invariablemente utilizan imágenes a propósito sugestivas y pláticas que se estima ser erótico. Y no tengo duda que persuade a cristianos a entrar a una cultura porno y carnalidad. Sé de hecho que son piedras de tropiezo mortíferas a personas que han sido salvadas de ese estilo de vida. Afirmar que hay que usar estrategias deliberadamente seductivas como ellos para llevar a personas a Cristo de una cultura que está ya obsesionada con todo lo erótico es una mentira. También ignora la realidad de lo qué realmente le ha sucedido al movimiento evangélico sobre la década pasada.

Asimismo, afirmar que el lenguaje obsceno y palabras groseras a propósito es esencial para alcanzar personas con el evangelio es ridículo. Pero esa es exactamente el argumento que se está haciendo. Aquí hay un comentario típico que encontré publicado en un foro de debate Bautista del Sur donde éste fue el tema bajo debate. La persona que escribió esto parece ser un pastor de jóvenes o un ministro de la universidad. Él dice:

  • Cualquier cristiano que dice que las “palabras sucias” FFC son malas. . . están juzgando (y por lo tanto echando) a millones de perdidos simplemente porque ellos. . . utilizan sílabas diferentes. . . . Dios no nos da una lista de palabras “ofensivas”. . . . En un debate con un “pecador” en un bar, la palabra ‘f’ (grosería en inglés) a menudo simplemente quiere decir “muy”. He ganado a muchas personas para Cristo en nuestra comunidad dejando caer la bomba-f y esto no es mentira. . . . Cualquier palabra puede ser usada abusivamente, y cualquier palabra puede usarse para glorificar a Dios.

¿De verdad?

¿Se ha preguntado usted alguna vez por qué la Oficina de Impuestos de EEUU no publica formularios de impuestos en un lenguaje vulgar? Por supuesto que no lo han hecho. Porque nadie realmente cree que esa es una forma necesaria o legítima de contextualización.

Todd Friel señala que usted puede observar el noticiero de las 11:00 en cualquier canal de la televisión en Seattle, y usted no encontrará utilizándose una conversación vulgar con jerga porno para comunicar los titulares diarios para sus espectadores. Y ninguno de sus espectadores está demandando que las noticias sean traducidas a palabrotas con el fin que puedan comprender lo que se está diciendo. ¿Por qué? Si que esa clase contextualización es tan esencial para comunicar un mensaje a personas qué son supuestamente “la mayoría de la comunidad sin-iglesia” en América, ¿por qué los medios noticieros seculares no saben esto? ¿Puedo ser que esa conversación sucia no es realmente tan importante como algunos evangélicos a la moda nos dicen que es?

Este enfoque a “la relevancia” ha barrido a la comunidad evangélica en muy poco tiempo. Simplemente en tres años atrás discutíamos el pro y el contra de los 40 días de Propósito de Rick Warren. Hoy la último arrebato en la comunidad evangélica es “40 días de sexo” – o alguna variación sobre ese tema. Ed Young, Jr., Pastor de la tercera iglesia más grande en América, obtuvo un cobertura noticiosa a escala nacional para su iglesia porque él dio una serie sobre el sexo con una cama gigante como un sostén en la plataforma. Él estaba sentado sobre esa cama y anunció que él publicaba un “reto Sexual de siete días” para la congregación. Aquí describimos cómo lo reportó el Dallas Morning News la historia:

Dios pudo haber descansado en el séptimo día, pero el Reverendo Ed Young quiere que las parejas tengan relaciones sexuales durante toda la semana. Una vez al día. Comenzando este Domingo. El llamado a la acción titulaba el sermón dominical del Sr. Young en la base Grapevine de la iglesia Fellowship. Él piensa llevar su reto al estar sentado sobre una cama.

Pienso que Ed Young realmente obtuvo esa idea de una iglesia de Florida donde el pastor publicó un desafío sexual de 30 días. Aparentemente, 30 días resultaron ser demasiado rigurosos, así que la mayoría de las iglesias que habían hecho lo mismo disminuyeron la demanda un poco.

Pero repentinamente esa clase de erotismo desde el púlpito es todo el arrebato. La revista Time notó la tendencia e hizo un artículo principal acerca de ello hace seis meses, que tiene el título “Y Dios dijo: Simplemente Hazlo”. Veo una historia diferente casi cada semana de algunas iglesias patrocinando una serie sobre el sexo o un reto sexual de alguna clase. Parte de la tendencia implica erigir vallas publicitarias sugestivas alrededor del pueblo. Las vallas publicitarias tienden a indignar aun a comunidades seculares, y esa es una razón de por que esta tendencia se mantiene haciendo noticia. Cada iglesia parece intentar hacer los anuncios más de mala fama que todos sus predecesores. En Kenosha, WI, solamente el último mes, el consejo escolar secular informó de una iglesia que no podrían utilizar más la propiedad de la escuela para sus servicios dominicales debido a que el consejo escolar observó un folleto de la iglesia puesto en las puertas alrededor de la comunidad – y el comité de la escuela pensó que el folleto publicitario de la serie sobre sexo del pastor era demasiado pornográfico.

Seamos honestos: Nadie realmente piensa que esto es absolutamente necesario para alcanzar nuestra cultura, y nunca he oído a alguien aun intentar sostener la opinión de que estas tendencias tienen un impacto santificador en una sociedad que ya esta enloquecida con el sexo hasta el punto de la perversión vulgar.

Entonces ¿por qué es esto tan penetrante? Es claro, en primer lugar, que existen montones de personas en el movimiento evangélico que realmente quieren sentirse en casa en la cultura. Y demasiados pastores están cautivados con la idea de ser agradables a los ojos del mundo.

Seamos francos: Para un grado amplio de toda la noción de la contextualización ha sido incautada como una excusa para las mentes carnales envenenadas por la sobre-exposición a las obscenidades. Algunas personas simplemente aman el sonido de las palabras sucias, y ellos alimentan sus egos con los toques eléctricos que esa clase de lenguaje genera. Entre mas la iglesia intenta ser como el mundo, más dominará esa actitud.



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