jueves, abril 16, 2009

La Violación de Cantares de Salomón (3ª Parte)

La Violación de Cantares de Salomón (3ª Parte)

Jueves, Abril 16, 2009

(Por John MacArthur)

Enfáticamente estoy de acuerdo con aquellos que dicen que la Cantares no es mera alegoría. Es mejor comprendido cuando lo tomamos literalmente, como cualquier otro texto de la Escritura. Muchos intérpretes que de otra manera los tengo en alta estima (incluyendo a Spurgeon y la mayoría de los Puritanos) desafortunadamente han hecho confundir más que aclarar el mensaje de Cantares tratándolo en una forma puramente alegórica que elimina su significado primario.

Cantares es, como he dicho desde el principio, un poema de amor entre Salomón y su prometida, celebrando su amor mutuo el uno al otro, incluyendo los deleites del trato sexual entre casados. Interpretar esto –o alguna otra porción de la Escritura –en una manera puramente alegórica es tratar con mayor autoridad la propia imaginación del intérprete que el significado simple del texto.

Sin embargo, aquellos que pretenden conocer los significados de los símbolos poéticos que no son claramente identificables en el texto mismo cometen el mismo error. Su especulación es asimismo una forma de exaltar sus imaginaciones a un nivel más alto de autoridad que el sentido simple del texto.

Ese es un problema particular cuando el intérprete ve un mandamiento para el sexo oral en la metáfora simple de un árbol frutal o supone que la mejor manera de contextualizar e ilustrar porciones del texto es mediante el desnudar verbalmente a su esposa a fin hacer el punto tan vívido como sea posible. En tal caso, no sólo ha dado al orador mucho más peso a su propia imaginación especulativa; él ha dado una clara señal de que su imaginación no es del todo pura (Lucas 6:45).

Y ese es un problema mucho más serio que simplemente alegorizar el texto.

De ninguna manera quiero minimizar los peligros de alegorizar el texto. Ese enfoque a la hermenéutica está lleno de malicia, aun en las manos de hombres sanos que son generalmente sanos en su doctrina. No apruebo vuelos de imaginación alegórica, especialmente con un texto como Cantares, que plantea dificultades bastante evidentes con las metáforas obvias y el lenguaje poético que presenta.

Los alegorizadores de Cantares generalmente lo ven como una expresión de amor mutuo tierno entre Cristo y Su iglesia. La mayor parte de ellos dirían que Cristo es representado por la voz de Salomón; la iglesia es representada por la voz de la Sulamita. Algunos intérpretes van más lejos aún e imaginan que oyen tres o más voces hablando fuera del texto. (Invariablemente aquellos que multiplican las voces intentan hacer que los versículos se amolden a algún libreto complicado que surge de su propia agenda personal que del texto mismo.)

Aun, a pesar de cuántas voces se oyen y quien supuestamente habla, casi todos los que alegorizan este poema lo ven como un cántico litúrgico de amor entre Cristo y la iglesia. Es probablemente justo decir que esta perspectiva alegórica enfocándose en Cristo y la iglesia ha sido la interpretación dominante del poema a todo lo largo de la historia de la iglesia.

Esto, por supuesto, no lo hace ser correcto. Yo creo que no es el enfoque correcto para interpretar este texto. Pero no es una perspectiva que deba ser descartada con desprecio de mal gusto –especialmente con un chiste de mal gusto atribuyéndole un comportamiento homosexual a Cristo.

Si usted ha oído a cualquier enseñanza de Mark Driscoll sobre Cantares, usted seguramente ha oído su chiste en este sentido. Por ejemplo, en el sermón que me hizo escribir estos artículos, Driscoll dice: “Algunos han alegorizado este libro, y al hacerlo, lo han destruido. Lo han destruido. Dirán que es una alegoría entre Jesús y su novia la iglesia. Lo cual si es cierto, es extraño. Porque Jesús esta teniendo sexo conmigo y pone su mano sobre mi camisa. Y eso se siente extraño. Amo a Jesús, pero no de esa manera”.

Driscoll ha dicho casi misma cosa en al menos tres de sus otros sermones. Por ejemplo: “Jesús se mantiene besuqueándose conmigo y tocándome en lugares impropios”. “Ahora soy gay, o me siento muy apenado, o ambos”. “Como hombre, no me siento a gusto con Jesús, como usted sabe, besándome y tocándome y llevándome a la cama. ¿Verdad? Me siento una especia de homo-erótico en esa clase de perspectiva de Cantares”.

Incluso en su serie mas reciente Peasant Princess, él repite una versión de ese mismo chiste:

Ahora lo que ocurre es que alguien diga: “bien, nosotros creemos en el libro [Cantares], y lo enseñaremos, pero lo enseñaremos alegóricamente”. Y hay una interpretación literal y una interpretación alegórica. Dirán: “Bien la interpretación alegórica, no es que no es entre un marido y una esposa, Cantares, amor, romance e intimidad; lo que es, es que se trata de nosotros y Jesús”. ¿Es cierto? Espero que no. [Risas de la gente] Si llegara al cielo y esto se cae, no sé qué que es lo que haría. Quiero decir que va ser un mal día. ¿Verdad? En serio. Ustedes saben de lo que hablo. Usted es como: “No, no hago eso. Usted sabe que no hago eso. Lo Amo [Jesús] pero no me gusta eso”. [Risas de la gente].

Driscoll se sacudió las críticas acerca de este tipo de bromas afirmando que no es blasfemia porque no tiene nada que ver con el Jesús “verdadero”. Él dice que él simplemente se burla de una noción falsa acerca de Jesús. Y él continúa haciendo ese chiste. Este es el problema con eso: La Escritura claramente enseña que el amor entre una pareja en todos sus aspectos es una metáfora de Cristo y la Iglesia (Efesios 5:31-32).

De esta manera, incluso una interpretación no alegórica de Cantares, (simplemente tomando literalmente la canción de amor entre Salomón y la Sulamita) finalmente nos señala a Cristo y su amor hacia la iglesia. El texto debe ser manejado por el predicador consecuentemente, no como una excusa para bañarse en el canal de la obsesión tolerante de nuestra cultura con la conversación sexual grosera y las imágenes gráficas sexuales.

Algunos que han hecho comentarios sobre estos artículos han sugerido que debo dar una exposición completa de Cantares en vez de simplemente criticar a los malos intérpretes y condenar abiertamente la idea obsesiva de la iglesia contemporánea con el sexo.

Eso requeriría una larga serie, y preferiría no dedicar semanas en este blog a un tema que he subido sólo para hacer una admonición simple y singular. Pero aquellos que s preguntan como sería mi exposición de Cantares la encontrarán en todas las notas sobre el texto en La Biblia de Estudio MacArthur.

Esas notas deberían ser una suficiente respuesta para el autor del comentario que pretendía saber si lo que estoy diciendo sería mejor no hacer comentarios sobre Cantares en absoluto.

Por supuesto eso no es lo que yo estoy diciendo, ni alguien puede afirmar que incluso trato de dar a entender algo por el estilo –sin tergiversar las palabras o poner sus en mi boca. (Eso literalmente ocurrió en una cadena de comentarios en otro blog donde este asunto estaba en discusión. Uno de los primeros comentaristas me acusó de oponerme a exponer línea por línea a Cantares. A la mitad de los comentarios, las personas ponían esa afirmación entre comillas, atribuyéndomela a mí.)

Lo que estoy diciendo es que los limites conveniencia –especialmente cuando se tratan temas como el sexo –debería ser determinado sin importar qué texto tratemos. Interpretar poesía bella traduciéndola como un porno ligero grosero es corromper la intención más fundamental del texto.

Esto no es en absoluto tan difícil de entender como algunos pretenden, pero quizá un paralelo simple será suficiente: Hay otras funciones privadas del cuerpo humano y “menos dignas” o “decorosas” (1 Corintios 12:23). Encontramos éstos mencionados o aludidos en ocasiones en la Escritura sin ser demasiado específicos. Todos nosotros justamente nos sintiéramos ofendidos si el predicador diese un discurso largo, descriptivo o instrucciones sobre el ´como hacer´ en el culto dominical, describiendo estas cosas “menos decorosas”.

Para razones más fuertes que la simple modestia, ciertos actos incluyendo fornicación, autoerotismo, y otras cosas que las personas comúnmente “hacen en secreto” dan vergüenza hablar en cualquier contexto público (Efesios 5:12), mucho menos en un servicio religioso. Pueden ser temas adecuados para una sesión privada de consejería, o en el consultorio del doctor, o en una conferencia de biología de la universidad, pero no son temas apropiados para un servicio de adoración donde Dios debería ser glorificado, Cristo debería exaltado, la mujer debe ser respetada, la inocencia de los niños debería ser protegida, y las curiosidades lascivas de las personas no deberían ser innecesariamente encendidas.

Cuando un orador deliberadamente despierta pasiones que posiblemente no pueden cumplirse justificadamente en estudiantes de universidad solteros, o cuando sus ilustraciones personales fallan en proteger la privacidad y el honor de su esposa, eso es muchísimo peor que simplemente inapropiado. Cuando se realiza repetidamente y con una conducta niño malo inmaduro, tal práctica refleja un gran defecto que espiritualmente lo descalifica. Cualquier hombre que hace cosas así la marca principal de su estilo no está simplemente por encima de toda posible crítica.

Como recientemente lo fue una década atrás, que el punto de vista no habría planteado una controversia.

El hecho de ser tan controversial ahora es simplemente una prueba más de que los evangélicos se han vuelto demasiado como el mundo, y demasiado confortable con las perversas características de nuestra cultura.

Mañana, Dios Mediante, publicaré el final sobre esta serie. Algunas preguntas han surgido repetidamente de parte de personas que han hecho comentarios sobre estos artículos, y en el final de mañana, quiero contestar tantas de ellas como sea posible.

1 comentario:

La Espada De Dios dijo...

Jer 17:9 Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?

1Ti 4:16 Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren.

Heb 12:14 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.
Heb 12:15 Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados;

Pro 4:23 Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón;
Porque de él mana la vida.