lunes, septiembre 28, 2009

Josefo, Sobre la Muerte de Herodes

Josefo Sobre la Muerte de Herodes

Josephus on the Death of Herod

Lunes, 28 de septiembre 2009

(Por Nathan Busenitz)

En Hechos 12:20-24, Lucas registra el detallado relato de la muerte de Herodes Agripa I (quien reinó desde el año 37-44). A continuación se muestra el mismo evento descrito por el historiador Josefo. Es fascinante.

“Ahora, cuando Agripa reinó tres años sobre toda Judea, llegó a la ciudad de Cesarea... Allí se exhibían espectáculos en honor del emperador... En el segundo día del festival, Herodes se puso un vestido con ropaje de plata que resplandecía en los rayos del sol, y entró en el teatro temprano en la mañana. Brillaba luego en una manera sorprendente, y era tan resplandeciente como para difundir el horror frente a los que miraban fijamente en él. En ese momento, sus aduladores gritaron... que era un dios, y agregaron: ‘ten misericordia de nosotros, porque a pesar de que hasta ahora te hemos reverenciado sólo como un hombre, pero vamos a partir de ahora te consideraremos superior a la naturaleza mortal.”

Ante esto, el rey no los reprendió, ni rechazó sus halagos impíos. Pero cuando levantó la vista, vio un búho posado en una cuerda por encima de él, y comprendió de inmediato que esta ave era un mensajero de malas noticias, ya que una vez había sido el mensajero de buenas nuevas para él, y cayó en la más profunda tristeza. Un dolor intenso apareció en su vientre, y comenzó de una manera muy violenta. Por lo tanto, miró a sus amigos, y dijo: “Yo, a quien ustedes llaman dios, se me ha ordenado en la actualidad partir de esta vida, mientras que la Providencia reprenda las palabras de mentira que acaban de decirme, y yo, que era por ustedes llamado inmortal, me dirijo de inmediato a toda prisa hacia la muerte. Pero estoy obligado a aceptar lo que asigne la Providencia, ya que agrada a Dios, porque de ninguna manera hemos vivido enfermos, sinoen una manera espléndida y feliz.”

Dicho esto, el dolor se incrementó. Por consiguiente, él fue llevado al palacio, y el rumor se extendió al extranjero de que sin duda iba a morir en poco tiempo. Pero la multitud se pusieron en cilicio, con sus esposas e hijos, después de la ley de su país, pidieron a Dios por la recuperación del rey. Todos los lugares también se llenaron de luto y llanto. Ahora el rey descansaba en una cámara alta, y cuando él los vio tendidos y postrados en el suelo, no podía contenerse del llanto. Y después de haber estado muy agotado por el dolor del vientre durante cinco días, partió de esta vida, siendo el quincuagésimo cuarto año de su edad, y el séptimo año de su reinado.” (Flavio Josefo, Antigüedades de Los Judíos 19.343-350).

Tomado de Shepherds’ Fellowship Pulpit Magazine

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