sábado, febrero 13, 2010

Deje de Coquetear con la Iglesia por Joshua Harris

clip_image002Stop Dating The Church por Joshua Harris

Deje de Coquetear con la Iglesia

Escrito por Gary E. Gilley

Harris ha escrito un pequeño libro sencillo pero muy útil llamando a una sincera participación en la iglesia local. Él para abruptamente a numerosos cristianos que permanecen en la periferia de la iglesia. A tales, llama a amar lo que Cristo ama: la Iglesia, no sólo el pueblo universal de Dios, sino a la asamblea local visible, y de carne y hueso de creyentes.

No sólo Cristo ama a la iglesia, sino que Él nos manda a hacer lo mismo, tal amor es prueba de nuestro amor a Cristo. Agradezco una cita de Mark Dever: “¿Quiere saber si su nueva vida es real? Comprométete a un grupo local de pecadores salvados. Trate de amarles. No sólo lo haga por tres semanas. No sólo lo haga por seis meses. Hágalo por años. Y creo que lo sabrá, y otros también, si ama o no a Dios. La verdad se mostrará” (p. 57).

Si bien hay muchas personas que coquetean con la iglesia (los que pasan el rato en la periferia) en el mundo, es prácticamente imposible montar un argumento bíblico para tal posición. Como acertadamente señala Harris: “Una cosa que mejor hace una congregación local es mostrarle a su vecinos no-cristianos que la nueva vida disponible a través de la muerte de Jesús en la cruz es también el fundamento de una nueva sociedad” (p. 47). De hecho nuestra participación en la iglesia local es un poderoso testimonio a la verdad de que “todos los domingos desde [la resurrección], ha sido un aniversario de aquella mañana increíble. El Salvador ha resucitado, -y todo ha cambiado” (p. 104).

Harris quiere que consideremos que ¿Será posible, que “se pueda ser un buen cristiano por la desobediencia a los mandamientos de nuestro Señor [en relación con la participación de la Iglesia] como siendo obediente” (p. 46)? La respuesta es obvia.

Los puritanos llamaron el domingo el “día de mercado para el alma” – “un día para abastecerse espiritualmente para la próxima semana” (p. 115). Harris nos quiere hacer ver el “Día del Señor” de la misma manera. Pero si vamos a abastecernos espiritualmente a través de nuestra relación con un cuerpo local de Cristo, debemos elegir una expresión verdaderamente bíblica de ese cuerpo. Con este fin, de una manera más práctica, Harris nos ofrece una lista de lo “indispensable” para la identificación de una buena iglesia local (pp. 83-96). Los diez elementos imprescindibles se resumen en:

• Usted quiere una iglesia que enseñe la Palabra de Dios.

• Usted quiere una iglesia que valore la Palabra de Dios.

• Usted quiere una iglesia que viva la Palabra de Dios.

Esto es lo que él afirma son innegociables (p. 96). Yo estaría de acuerdo.

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