jueves, junio 30, 2011

YouVersion - Biblia Móvil

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41 traducciones diferentes, en 22 idiomas, en la palma de su mano.

 

http://es.youversion.com/

Contiene El Plan de Lectura del Profesor Horner

Acerca de

Relevancia

En generaciones pasadas, el acceso que las personas tenían a la Biblia era muy limitado. Hoy, ese ya no es el caso. Sin embargo, muchas personas que tienen acceso a la Biblia creen que su mensaje no aplica a sus vidas. Al mismo tiempo, hay otros que creen que hay una conexión entre la Biblia y sus experiencias diarias.

image Revolución de la información

Desde la década pasada el Internet ha generado una revolución que brinda posibilidades a las personas, como nunca antes. Teniendo la habilidad de compartir, contribuir, crear, transmitir y comunicar, es fácil expresar ahora quiénes somos y lo que creemos con el resto del mundo.

YouVersion

Desde sus inicio en 1996, el propósito de LifeChurch.tv ha sido guiar a las personas a convertirse en fervientes seguidores de Cristo. Al hacer esto, hemos buscado nuevas formas de ayudar a las personas a conectarse con la Biblia en sus vidas diarias. Nuestros métodos han cambiado a través de los años con la introducción de nuevas tecnologías y estrategias. Pero nuestro enfoque sigue siendo la relevancia, buscando consistentemente demostrar y enseñar a las personas cómo la Palabra de Dios se relaciona con cada uno, sin importar en que etapa de su vida se encuentren.

YouVersion representa una nueva frontera para los esfuerzos de LifeChurch.tv. No sólo estamos construyendo una herramienta para impactar al mundo usando tecnología innovadora, sino que más importante aún, estamos involucrando a las personas a experimentar una relación personal con Dios, al mismo tiempo que descubren la relevancia que la Biblia tiene para sus vidas.

lunes, junio 27, 2011

Dispuestos a Pagar El Precio

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Dispuestos a Pagar El Precio

Que Dijo Jesús Acerca de Ser un Discípulo

En Mateo 28:19 Jesus dijo: “Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones, . . .” Nuestra misión, como cristianos, es compartir el Evangelio de Cristo, haciendo discípulos a todas las naciones. Desafortunadamente, existe mucha confusión sobre lo que significa ser discípulo y la manera en que nosotros como cristianos debemos presentar el mensaje de Cristo. Afortunadamente, Jesús nos da una clara instrucción en Su Palabra sobre esta área del discipulado.

¿Que es un Discípulo?

Algunos han enseñado que el discipulado es un mayor nivel de Cristianismo. Ellos dirían que una persona se convierte al cristianismo, pero más tarde, cuando se vuelve más comprometido, entonces se convierte en un discípulo. Sin embargo, eso no es cierto. Un discípulo no es más que un cristiano. La palabra discípulo significa aprendiz o alguien que sigue las enseñanzas de otro.  Por lo tanto, un discípulo de Cristo no es más que uno que sigue a Cristo. En Hechos 11:26 se dice, “los discípulos fueron llamados cristianos por primera vez en Antioquía.” Aquí está claro que los términos discípulo y cristiano son intercambiables. Un discípulo es un cristiano y un cristiano es un discípulo.  No hay categorías de cristianos.

domingo, junio 26, 2011

Ficción de Vampiros - Crepúsculo

clip_image002Ficción de Vampiro –Gnosticismo Popular: Crepúsculo

Por Clint Archer

"Mmm, hueles a filete mignon"

Me encanta una buena historia de vampiros tanto como el ser humano que viene, pero la proliferación de ficción de vampiros se ​​está convirtiendo en un dolor de cabeza para los pastores. De ninguna manera soy un enemigo de la ficción ciencia ficción/fantasía. No soy de la misma tipo de persona que los fundamentalistas culturales sin diversión, demasiado condenador, y no lo suficiente mental. Fue el género de la fantasía en mis años de la pre-adolescencia, que me transmutó de un video-jugador a un lector. Bram Stoker fue mi primer bocado de la literatura irlandesa, un gusto que adquirí en los quince años, para sorpresa de mis perplejos padres. Pero aquí se esconde el verdadero peligro: los padres están tan contentos de que su hijo patinador finalmente disfrute de un libro sin imágenes, que no se dan cuenta de las doctrinas camufladas escondidas dentro de las páginas.

sábado, junio 25, 2011

El Amor Gana – El Nuevo Campeón del Universalismo

clip_image001El Amor Gana – El Nuevo Campeón del Universalismo

Escrito por Gary Gilley

(Junio ​​/ Julio 2011 - Volumen 17, Número 3)

No hubo tanto bombo que rodeara la publicación del libro El Amor Gana de Rob Bell que incluso antes de que fuera lanzado las críticas emocionales estaban inundando el Internet y los bloggers estaban en su apogeo. Cuando John Piper, que aún no había leído el libro, “tweteó” tres palabras: “Adiós Rob Bell,” explotó la blogosfera y la guerra estaba en marcha. Bell, quien afirma credenciales dentro del campo evangélico, pretendía estar enseñando universalismo. Cuando el libro estuvo finalmente en el mercado de inmediato llegó a la cima de la lista de bestsellers de todo el mundo. Bell apareció en la portada de la revista Time, entrevistado en la televisión y los programas de radio, tanto seculares como cristianos y tal vez se convirtió en la “estrella de rock”, que afirmó Time que era hace algunos años.

Cuando a regañadientes determiné que tenía que leer lo que todo el mundo estaba hablando yo estaba hablando en una conferencia en Texas. Con un par de oradores, me dirigí a la librería cristiana más grande en la ciudad, una cadena internacional, y después de no encontrar el libro le pedí al gerente donde podría conseguirlo. Me informó que la cadena había decidido no llevar El Amor Gana por su mensaje de universalidad (que por cierto no es su único problema, como se detallará más adelante). Yo felicité al gerente de la tienda por su decisión pero se dio cuenta que en el estante detrás de él que su número uno en ventas no era otro que La Cabaña. No pude resistirme a preguntarle cómo se llevaron a La Cabaña, que transmitió el mensaje exacto que el libro de Bell en forma novelada. No parecía captar el punto y me dio la idea de que probablemente ni había leído el libro. Demasiado para el discernimiento. Un hombre enseña el universalismo, el misticismo de la nueva era y otras herejías surtidas en forma de relato y pocos lo captan. Otra enseña el universalismo de una manera más directa y su libro está prohibido.

viernes, junio 24, 2011

¿Qué Se Necesita Para Ser Un Líder Evangélico?

clip_image002¿Qué Se Necesita Para Ser Un Líder Evangélico?

Este es un pequeño extracto interesante de la reciente biografía de John Macarthur por Iain Murray. En su Introducción Murray busca mostrar que hace a un hombre un líder entre los evangélicos. El ofrece una respuesta de cinco puntos:


En resumen, un evangélico es una persona que cree las “tres R”: la ruina por la caída, la redención por medio de Jesucristo, y la regeneración por el Espíritu Santo. De ello se desprende que un “líder evangélico” es una persona que se destaca en la promoción y defensa de las verdades. El título no implica necesariamente el éxito juzgado por los números y resultados inmediatos. Sobre esa base, ni Pablo ni Tyndale podría calificar.

jueves, junio 23, 2011

Un Pensamiento o Dos Sobre la Libertad Cristiana

clip_image001Un Pensamiento o Dos Sobre la Libertad Cristiana

En 1 Corintios 1-3, el apóstol bombardea a la iglesia de Corinto con el evangelio y la cruz de Jesucristo antes de poner las botas en el suelo y se ocupa de los conflictos específicos de las objeciones y protestas. El evangelio de Jesucristo abre el camino para las respuestas de los apóstoles y varios llamados a la obediencia.

Uno de los temas principales que aborda es el evangelio y la libertad cristiana. En concreto, “el comer carne sacrificada a los ídolos.” Aparentemente, se trataba de una cuestión que atraía muchos problemas en Corinto. Puso suficiente tinta en el papel sobre el tratamiento del tema. Se dedican tres capítulos de 1 Corintios (8-10) cortando el cable correcto en esta bomba de ética en particular.

La Base de la Seguridad de los Cristianos

image La Base de la Seguridad de los Cristianos

Por Tim Challies

Ayer ofrecí tres declaraciones sobre seguridad de la salvación . Hoy me gustaría seguir esto con unas breves palabras sobre la base adecuada para la seguridad de la salvación. Después de eso, voy a ofrecer una serie de recomendaciones de algunos libros para aquellos que luchan con este problema.

Es un hecho triste pero innegable que muchas personas que piensan que son cristianos y no lo son. En el juicio final muchos se acercarán a Jesús convencidos de que son salvos sólo para escuchar que Jesús nunca los conoció (y por lo tanto ellos nunca la conocieron). El hecho es que muchas personas finalmente, dependen de sí mismos para la seguridad de su salvación. Esto se aplica a creyentes y no creyentes. Una persona puede ser verdaderamente salva y todavía mirarse a sí mismo por seguridad de esta salvación. Este es un terreno peligroso de pisar, cuando una persona experimenta un momento de duda de su seguridad fuera de lugar puede llevarlo a la desesperación. Cuando nuestra seguridad se basa en algo que hemos hecho, una promesa que hemos hecho o una oración que hemos hecho, hemos puesto nuestra confianza en un terreno inestable.

miércoles, junio 22, 2011

3 Declaraciones Sobre la Seguridad de la Salvación

clip_image002 3 Declaraciones Sobre la Seguridad de la Salvación

Hoy me gustaría hacer tres afirmaciones sobre un tema que siempre es relevante para los cristianos: la seguridad de la salvación. Esta es un área de gran confusión para muchos creyentes y un área que puede llevar a un gran desaliento. Voy a hacer tres afirmaciones sobre la seguridad y, Dios mediante, seguir mañana con unas palabras sobre la verdadera base de la seguridad.

¿Qué Es La Verdad?

clip_image002¿Qué es la verdad?

por Steven Lawson

¿Qué es la verdad? Esta pregunta formulada por Pilato, cuando Jesucristo fue sometido a juicio delante de él, expuso su propia visión del mundo. Vivía en un mundo en el que la verdad absoluta no existe. Creo que la voz de Pilato se mostró indiferente y llena de desprecio. Me imagino que él se burló enojado de que Cristo se atrevió a hablar con la verdad. A pesar de que miró a la cara de la Verdad encarnada, él no podía discernirla. Pilato era como muchos hoy en día, un posmodernista, pero uno que vivió en los tiempos premodernos.

¿Qué es la verdad? Se define como aquella que se ajusta con los hechos o la realidad. Se trata de la autenticidad, veracidad o realidad. En una palabra, la verdad es la realidad. Se trata de cómo las cosas son en realidad. Teológicamente, la verdad es aquello que es consistente con la mente, voluntad, carácter, gloria, y el ser de Dios. La verdad es la auto-revelación de Dios mismo. Es lo que es porque Dios lo declara así, y lo hizo así. Toda verdad debe ser definida en términos de Dios, cuya naturaleza es la verdad.

¿Qué Tipo de Teólogo Es Usted?

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¿Qué Tipo De Teólogo Es Usted?

Usted Es Un Teólogo

Debido a que todos los cristianos responden a preguntas como “¿Quién es Dios?” Y “¿Quién es Jesús?”, todos somos teólogos en algún grado.

RC Sproul dice lo siguiente en Knowing Scripture y plantea una cuestión importante:

“Ningún cristiano puede evitar la teología. Cada cristiano es un teólogo. Tal vez no es un teólogo en el sentido técnico o profesional, pero sin embargo un teólogo. El problema para los cristianos no es si vamos a ser teólogos, sino si vamos a ser teólogos buenos o malos.”

martes, junio 21, 2011

Justificación

Justificación

El catolicismo enseña La Escritura enseña
La justificación es el acto de Dios de hacer justo al hombre por las buenas obras y la obediencia La justificación es el acto de Dios de declarar a un pecador justo por la fe
La gracia santificante infundida a través de los sacramentos, hace al creyente aceptable a Dios La Justicia imputada de Cristo hace al creyente aceptable a Dios
La Justificación se logra por la fe más las buenas obras La justificación es recibida solamente por fe
La justificación es otorgada al pecador, cuando en realidad se hace justo Justificación permite Dios ver al pecador como si fuera justo
La justificación se puede aumentar mediante la recepción de más sacramentos La justificación no puede aumentarse ya que la base es la justicia perfecta de Cristo
La justificación es afectada por el pecado La justificación es un veredicto permanente y no se ve afectado por el pecado
La justificación final no se determina sino hasta la muerte La justificación viene en el momento de la fe en Jesucristo
El fundamento de la justificación es la justicia de la persona El fundamento de la justificación es la justicia de Jesucristo
La santificación y la justificación son similares La Justificación precede a la santificación
El énfasis está en los sacramentos El énfasis está en el veredicto de Dios

Tomado de aquí

Siervo de la Palabra, y del Rebaño

clip_image001Siervo de la Palabra, y del Rebaño

por Jesse

Iain Murray es sin duda el biógrafo cristiano con más talento escribiendo hoy. Su trabajo sobre Martin Lloyd Jones se destaca como uno de los libros clásicos de todos los tiempos en cualquier género, y su obra reciente, Heroes, cuenta con dos de las biografías más emocionantes que he leído.

En el interés de la divulgación completa, John MacArthur es mi pastor, mentor, y héroe de la fe. Hace tres años, cuando John celebró su 40 aniversario como pastor de Grace Community Church en Los Angeles, los ancianos pidieron Iain Murray si él podia venire y ayudarnos. Queríamos escuchar de Murray como encaja exactamente en la historia de la iglesia. Sabíamos que el tiempo de John en Grace fue significativo, pero queríamos que Murray nos dijera lo importante que era. En otras palabras, su misión era la de explicar el significado del ministerio de MacArthur al colocarlo en su contexto histórico. Murray estuvo de acuerdo, hasta que se enteró que queríamos que lo hiciera en la mañana del Día del Señor, desde el púlpito. Él optó por predicar, y trajo con él una mini-biografía de 60 páginas de John (Murray lo calificó como un “boceto”). Este boceto es lo que finalmente se convirtió en la biografía publicada este mes por Estandarte de la Verdad.

lunes, junio 20, 2011

La Verdadera Adoración, 4ª. Parte

image La Verdadera Adoración, 4ª. Parte
Juan 4:20-24

Por John F. Macarthur
INTRODUCCIÓN

No hay nada más importante en la vida de una persona que estar orientado hacia la adoración a Dios. Adorar a Dios es la actividad suprema del universo. Ahora, hemos estado involucrados en un estudio muy esencial de adoración aceptable y verdadera. Nuestro texto central ha sido Juan 4:20 -24, pero hemos estado examinando muchos otros pasajes sobre el tema. En primer lugar, al final de Juan 4:23, nos encontramos con que “el Padre busca tales [verdaderos adoradores] para adorarle.”

REPASO
I. LA IMPORTANCIA DE LA ADORACION
A. La Escritura Predomina con Adoración
B. El Destino Está Determinado por la Adoración
C. La Eternidad y la Historia Redentora Se Describen Mediante Adoración
D. Cristo Ordenó Adorar

viernes, junio 17, 2011

¿Es Su Iglesia Una Iglesia "Hechos 2"? ¿Debería Serlo?

clip_image002¿Es Su Iglesia Una Iglesia Hechos 2? ¿Debería Serlo?

por Josh Thiessen

A ayer un comentarista planteó esta pregunta: “¿Por qué debemos tratar de ser como la iglesia estaba en su infancia?” Creo que esta es una gran pregunta, y creo que la respuesta implícita se encuentra en nuestra manera de entender el libro de Hechos y de la hermenéutica en general . Por lo tanto, voy a discutir la naturaleza de la narración de Hechos y tratar de responder a esta pregunta.

Una Lección Desde El Desierto

Una Lección Desde El Desierto

Por Mike Riccardi

clip_image002Uno de los temas recurrentes en el libro de Números es el pecado continuo y la rebelión de los israelitas en su viaje en el desierto.

Y hablo de continuo. Casi se hace viejo mientras lo estás leyendo. Usted puede ver, “Al pueblo hablando en contra de Dios y de Moisés ...” y usted como que dice, “Vamos, muchachos ¡Ah! ¿Otra vez?! No lo entiendes ahora?”

Y usted sabe, su problema no comienza en Números. Incluso antes de que los israelitas se quejaran. ¿Pero cuál es su problema? ¿De qué se quejaban?

jueves, junio 16, 2011

Volviendo a la Iglesia Antigua

Volviendo a la Iglesia Antigua

por Nate Busenitz

¿Es su iglesia como la iglesia antigua?

Esa es una pregunta popular en estos días, especialmente si usted lee gente como Robert Webber , Brian McLaren, Wolfgang Simson , o Viola Frank y George Barna .

clip_image001La mayor parte de la discusión contemporánea acerca de la iglesia antigua intenta mostrar las discrepancias entre lo que es ahora y lo que era entonces. La tan sutil implicación es que hay algo muy malo en la iglesia contemporánea. La culpa de Constantino. La culpa de la Iluminación. La culpa del capitalismo culpa. La culpa de los fundamentalistas. En realidad no importa. La única manera de arreglar la iglesia de hoy es volver a la iglesia antigua.

Partiendo de esta premisa se nos dice (por algunos) que la iglesia debe ser más sacramental, litúrgica más y más mística. Tenemos que encender velas, quemar incienso, celebrar las artes, acoger a la comunidad, y evitar las estructuras convencionales de la iglesia (como, sobre todo, la predicación). Por otros, se nos dice que tenemos que reunirnos en las casas y no en edificios. (Y además, reducir la predicación.)

Hugh Hefner Morirá Solo

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Hugh Hefner Morirá Solo

por Byron Yawn

~ El siguiente es un extracto de mi libro más reciente (Harvest House) que saldrá en el primer semestre del año.
Es una colección de ensayos escritos a mis hijos, titulado “Lo que Todo Hombre Deseó que Su Padre Le Hubiese Dicho.” ~

Existen innumerables teorías acerca de dónde viene la lucha contra la pornografía. (¿Una Respuesta honesta? ¿Quién lo sabe realmente? ¿Una Respuesta simple? Somos pecadores.) Algunos predicadores muy respetados han sugerido profundas razones psicológicas, tales como la soledad profunda, o el vacío provocado por la idolatría de nuestra cultura. Otros han señalado a la moral baja y a los niveles insuficientes de temor hacia Dios y las consecuencias del pecado. Algunos apuntan a la maldición y su gravedad –como los efectos en la libido masculina. Nada de esto, sin embargo, puede proporcionar una respuesta suficiente para dar cuenta de la lucha epidemia con la pornografía a la que nos enfrentamos.

martes, junio 14, 2011

Cripplegate

Cripplegate


Durante la época puritana en Londres, los bautistas y los calvinistas por igual a menudo se vieron expulsados de las reuniones corporativas de las iglesias sancionadas. Los que fueron llamados para al ministerio de vez en cuando comenzarían sus propias iglesias, pero para los laicos el problema era grave. ¿Cómo iban a recibir la enseñanza bíblica, la predicación del Evangelio y la comunión cuando en las iglesias que asistían no enseñaban un evangelio de verdad?


Muchos líderes respondieron mediante la celebración de reuniones informales en Londres. Estas reuniones eran relativamente pequeñas, por lo general a las 7 am, y casi siempre en lugares públicos. Que duraban una hora, con una separación de tiempo entre la oración y la predicación. Con el tiempo, el Cripplegate -una de las puertas más notables en Londres- se convirtió en el lugar principal, pero no oficial de lo que llegó a ser conocido como “ejercicios matutinos.”

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El Cripplegate tenía un liderazgo consisente, pero que también contaba con apariciones de hombres notables. John Milton, John Foxe, Oliver Cromwell, John Bunyan, Baxter, Richard, William Cooper, Stephen Charnock, John Owen, Thomas Manton, Vincent Thomas, Thomas Watson, y Matthew Poole todos en algún momento dirigieron los ejercicios mautinos en el Cripplegate.

Estas reunions han ido y venido a través de los años, y las reuniones Cripplegate estaban en su cúspide bajo el reinado de Carlos II, desde 1660 hasta 1685. Pero con el cambio de reyes y la introducción de la relative libertad religiosa en Inglaterra, los ejercicios matuinos con el tiempo se convirtió en innecesarios, ya que el evangelio comenzó a regresar a las iglesias. Finalmente, los ejercicios de la Cripplegate por la mañana fueron devueltos a los confines de las iglesias locales.

Siglos más tarde, los estudiantes de la universidad de pastores dirigida por Spurgeon resucitaron los ejercicios matutinos. Se llegaron a reunir en el Cripplegate antes de la clase, no sólo para imitar los ejercicios matutinos de los puritanos, sino también como un lugar para discutir y debatir temas de actualidad sobre teología. En ese sentido, era algo así como un blog del siglo 19. Para ellos se convirtió no sólo en un lugar de oración y predicación, sino un lugar de encuentro de estudiantes de ideas afines para tener conversaciones edificantes acerca de la teología y el ministerio.

El Cripplegate fue destruida por los bombardeos alemanes en la Segunda Guerra Mundial. Hoy en día existe una iglesia cercana, St. Giles-sin-Cripplegate, con las tumbas y los bustos de algunos de los que enseñaron en los ejercicios matutinos originales.

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Si yo fuera John MacArthur ...

clip_image001Si yo fuera John MacArthur ...

por Clint Archer

Si yo fuera John MacArthur, en primer lugar, me gustaría ser capaz de lanzar una pelota de fútbol más allá que cualquiera que lea este post. Pero también me enfrento a un dilema de proporciones existenciales: ¿Qué sigue?
La noche del pasado domingo, con un sonido de ovación atronadora, el Dr. MacArthur completó el equivalente del predicador expositivo al aterrizaje en la luna. Dicen que el transbordador espacial que llevó a Armstrong empleó una tecnología menos que una máquina de café moderna. Al terminar el Evangelio de Marcos, MacArthur ha predicado sobre cada versículo del Nuevo Testamento, con menos tecnología mas que una máquina de escribir (una pluma roller era su instrumento de elección para escribir a mano cada uno de sus miles de sermones).
Durante 43 años John excavó a su manera con una vista de ojo de insecto de la gramática griega y la sintaxis cada semana en su pequeña casa de estudio, para poder compartir la riqueza mineral extraída de una visión con una congregación hambrienta de 6,000 miembros, y un planeta en espera de innumerables oyentes de Gracia a Vosoros. Él se propuso lograr este objetivo al comienzo de su ministerio. Debe haber sido la confianza de los jóvenes, impulsada por el fútbol profesional y los scouts del béisbol le desesperadamente atrayéndolo, lo que alimentó su mentalidad de “gran sueño”.

Las Distorsiones del Evangelio en Nuestro Día

image Las Distorsiones del Evangelio en Nuestro Día

por James MacDonald
Mi hijo mayor, Lucas, me envió un enlace el otro día que cita a AW Tozer y James Kennedy (ambos líderes cristianos maravillosos en su día). Los dos hombres creían que muchos, si no la mayoría, creyentes profesantes que encontraban en todo el país no eran salvos en realidad. Ellos estaban muy preocupados por las distorsiones del evangelio que fueron el resultado de tratar de llevar el evangelio a más personas. Bien intencionado, sí, pero eternamente peligroso para las almas de hombres y mujeres no han escuchado el mensaje completo.
El artículo me llevó a mirar hacia atrás en mi archivo por algo que recordé escribiendo un tiempo atrás. Este es ... ¿Qué evangelio ha escuchado y creído?

domingo, junio 12, 2011

La Verdadera Adoración - 3ª. Parte

clip_image001La Verdadera Adoración - 3ª. Parte

Juan 4:20-24

por John Macarthur

INTRODUCCIÓN

Alguien dijo una vez: “La adoración es para la vida cristiana lo que el muelle principal es para un reloj.” Adorar a Dios es la esencia misma de la respuesta del cristiano a Dios - el corazón mismo de su actividad. Usted dice: “¿Qué significa adorar?” Se trata simplemente de reconocer el valor, la dignidad, la majestad, el honor y la gloria de Dios. El principal deber de todo creyente es ver la dignidad de Dios y rendirle el honor y la gloria que es debida a Su nombre.

REPASO

Hasta ahora, en nuestro estudio de la adoración hemos analizado:

I. LA IMPORTANCIA DE LA ADORACION

A. La Escritura está Dominada por Adoración

B. El Destino Está Determinado por la Adoración

1. La Adoración Inaceptable

Ahora, hay muchos ejemplos que podría utilizar para ilustrar la adoración inaceptable, pero elegí el siguiente, debido a su importancia para la actualidad.

La Masonería: ¿orden fraternal o religión falsa?

En 1717 se formó un grupo que ahora se conoce como la Logia Masónica, o los masones. A pesar de que no desean ser conocidos como una religión, si son, por definición, claramente una religión - y un ejemplo clásico de adoración inaceptable.

El Boletín Trimestral de Iowa de abril de 1917 (p.54), una publicación masónica, dice esto: “La Masonería es una institución divinamente designada y diseñada para atraer a los hombres más cerca de Dios, para darles una idea más clara de su relación correcta con Dios como su Padre Celestial, a los hombres como sus hermanos y al destino último del alma humana.” Eso, obviamente, es una religión - incluso aunque no quieran admitirlo!

Albert Pike, que ha sido llamado por los masones “uno de los más distinguidos masones que el mundo occidental ha producido”, dice en La Moral y Los Dogmas, página 23 (esto también se encuentra en la Biblia de Hertel, página 9, la cual es la edición Masónica de la Biblia): “Esta [Masonería] da reverencia todos los grandes reformadores “Se ve en Moisés, el Legislador de los Judíos, en Confucio y Zoroastro, Jesús de Nazaret, y al iconoclasta árabe, Grandes Maestros de la moral, y eminentes reformadores, si no es que más, y permite a todos los hermanos de la Orden el asignar a cada uno ese personaje elevado y aun Divino como su credo y Verdad demandante...

No subestimamos la importancia de cualquier verdad. No pronunciamos ni una palabra que pueda ser considerada irreverente por cualquier persona de cualquier religión. No les decimos al musulmán que sólo es importante para él, creer que no hay sino un solo Dios, y totalmente prescindible si Mahoma era Su profeta. No le decimos al hebreo que el Mesías a quien esperan nació en Belén hace dos mil años aproximadamente, y que es un hereje porque él también no cree. Y tan sólo le decimos a los sinceros cristianos que Jesús de Nazaret no era más que un hombre como nosotros, o Su historia, sino el avivamiento irreal de una leyenda más. Hacerlo o no está más allá de nuestra jurisdicción. La Masonería, de ninguna época, pertenece todo el tiempo, a ninguna religión, encuentra sus grandes verdades en todas. Para todo masón, hay un Dios, Uno Supremo, infinito en bondad, sabiduría, presciencia, Justicia y Benevolencia; Consumidor, y Preservador de todas las cosas. El cómo o por qué intermedios Él crea y actúa, y en qué manera El se desarrolla y se manifiesta a Sí mismo, la Masonería lo deja en manos de los credos y religiones para investigar.” En otras palabras, ellos dicen que creen en Dios, pero usted puede decidir quién es, lo que El quiere y cómo llegar a El.

Cuando una persona se convierte en un masón, no está permitido hablar ciertas palabras en secreto. Si alguna vez has conocido a un masón, usted es probablemente consciente del hecho de que nunca revelaría cualquiera de esas palabras secretas. Sin embargo, me gustaría revelarles: La palabra más sagrada, supone que la palabra de Dios, se transmite a los candidatos, mientras él es “elevado” al Grado Maestro Masón, al asumir la posición de los “cinco puntos de comunión” (dedo del pie al dedo del pie, rodilla contra rodilla, pecho contra pecho, mejilla a mejilla y boca a oreja). Se le susurra al oído la palabra Mah-Ha-Bone. Se le dice al candidato esta palabra “sagrada”, y nunca la debe hablar en voz alta, nunca ha de revelarla, y debe ocultarla siempre.

El masón en el Grado de Real Arco (Rito de York), un título mediante el cual el Caballero Templario pasa en su camino al supuesto “Grado Cristiano”, tiene otro nombre secreto revelado a él en su ceremonia de iniciación. El nombre del Verdadero Dios, “redescubierto”, es “Jah-Bul-On.” Este es la Trinidad del Arco Real Masón.” “Jah” es una abreviatura para el nombre hebreo de Dios: Yahvé, Jehová. “Bul” es el nombre de la deidad de Asiria y se menciona en todo el Antiguo Testamento como “Baal”. “On” es el dios egipcio del sol.

Pike, en La Moral y Los Dogmas (p. 854) dice: “Para lograrla [la salvación] el masón debe alcanzar una convicción sólida, fundada en la razón, lo que tiene dentro de sí una naturaleza espiritual, un alma que no es morir cuando el cuerpo se disuelve, sino que sigue existiendo y avanza hacia la perfección a través de todas las edades de la eternidad, y para ver más y más claramente, mientras que se acerca a Dios la luz de la Presencia Divina.” Francamente, eso es un montón de “abracadabra” que no significa nada.

En la Biblia del Masón (p. 34) dice: “En la apertura de la logia, el Gran Arquitecto del Universo debe ser adorado, y sus bendiciones en el trabajo a punto de ser hecho debe ser suplicado, al mismo tiempo, debe ofrecerse una oración por la paz y la armonía en el cierre de la logia.” Este no descriptivo “Gran Arquitecto” debe ser adorado.¿Quién es él? Cualquier dios que usted diseñe.

Pike afirma también que en los altares masónicos, “el cristiano, el hebreo, el musulmán, el brahmán, los seguidores de Confucio y Zoroastro, pueden reunirse como hermanos y unirse en oración al único Dios.”

En el Short Talk Bulletin (Vol. 36, N º 8, p. 7) dice: “El capellán de la logia masónica que ora como la voz de la logia no ruega en el nombre del carpintero de Nazaret o el nombre de Jehová o el nombre de Allah. Ora al Gran Artífice o el Gran Arquitecto del Universo. Bajo ese título los hombres de todas las religiones pueden encontrar cada uno su propia deidad. Si no se menciona ninguna deidad por su nombre no es negada, sino que se limita la práctica de una cortesía amable, para que cada hombre a quien se ofrece la oración pueda oír el nombre de su propia deidad en el título de “todo incluido” de Gran Arquitecto “.

Bueno, creo que usted obtiene el punto. La Masonería es una falsa religión satánica. Dice: “Sí, creemos en el Dios verdadero”, pero lo reduce a una forma equivocada, y le adora de una manera equivocada, con una actitud equivocada. Es inaceptable y, desgraciadamente hay miles de tales tipos de adoración inaceptables. Los que los la practican pueden pensar que están adorando a Dios -, ¡pero no lo están haciendo!

2. Adoración Aceptable

La adoración aceptable determina nuestro destino y nos distingue como creyentes. De hecho, el objetivo de la salvación es la creación de verdaderos adoradores.

a) La imagen de los verdaderos adoradores

El Salmo 24:3-6 es quizás la más bella imagen del Antiguo Testamento de un verdadero adorador. Dice: 3¿Quién subirá al monte del SEÑOR? ¿Y quién podrá estar en su lugar santo? 4El de manos limpias y corazón puro; el que no ha alzado su alma a la falsedad, ni jurado con engaño. 5Ese recibirá bendición del SEÑOR, y justicia del Dios de su salvación. 6Tal es la generación de los que le buscan, de los que buscan tu rostro, como Jacob. (Selah).” Los verdaderos adoradores son los puros, los justos, y los santos.

b) La producción de los verdaderos adoradores

En la lección anterior vimos que el objetivo principal de la redención es la creación de verdaderos adoradores que adoran a Dios aceptablemente.

c) La perspectiva de los verdaderos adoradores

Retomando donde nos quedamos, terminamos la última lección buscando en Hebreos 12:28-29 . El escritor de Hebreos dice: “Por lo cual, puesto que recibimos un reino que es inconmovible, demostremos gratitud, mediante la cual ofrezcamos a Dios un servicio [Grg., Latreuo, ‘adoración’] aceptable con temor y reverencia; porque nuestro Dios es fuego consumidor.” Cuando adoramos a Dios aceptablemente, tiene que haber un equilibrio entre el respeto y el temor. La reverencia puede ser considerada como positivo –afirmando el valor y dignidad de Dios. El temor puede ser considerado como negativo –afirmando el “fuego consumidor” que juzga, castigar y sanciona del versículo 29. Por lo tanto, un verdadero adorador adora en reverencia a Dios, así como en temor de El.

Si hemos sido redimidos, somos los verdaderos adoradores. Y como los verdaderos adoradores, debemos adorar aceptablemente. Ahora, admito que a pesar de que somos verdaderos adoradores, no siempre adoramos como verdaderamente deberíamos a causa del pecado que está en nosotros, pero ese es nuestro objetivo. Somos llamados a adorar a Dios aceptablemente con la declaración expresa de que, porque Él es fuego consumidor, tenemos razones para temer si no le adoramos aceptablemente.

LECCIÓN

d) Las características personales de los verdaderos adoradores

¿Cómo se manifiesta la verdadera adoración aceptable en nuestra vida cotidiana?

(1) Nuestro trato a los creyentes

Romanos 14 habla de no hacer caer un tropiezo a un hermano más débil o destruirle con la libertad que podamos tener. Luego, en el versículo 18a Pablo dice: “Porque el que en esto sirve a Cristo, agrada a Dios.” En otras palabras, la adoración aceptable es una cuestión de cómo tratamos a nuestros hermanos en la fe.

(2) Ganar a alguien a Jesucristo

En Romanos 15:16 , Pablo, da gracias a Dios por la gracia que lo llamó al ministerio, hace una declaración sorprendente: “para ser ministro de Cristo Jesús a los gentiles, ministrando a manera de sacerdote el evangelio de Dios, a fin de que la ofrenda que hago de los gentiles sea aceptable, santificada por el Espíritu Santo.” En otras palabras, Pablo vio a sus conversos gentiles como ofrenda aceptable que ofrecía a Dios. Así que ganar a alguien para Jesucristo es adoración aceptable. El ganar un alma puede ser ofrecida a Dios como un acto de adoración aceptable y santa.

(3) Dar dinero para satisfacer las necesidades

Pablo escribió a los Filipenses, en parte, para darles las gracias por un regalo de dinero que habían enviado. Se alegró por el envío porque era un acto de amor. En 4:18 dice, “Pero todo lo he recibido, y tengo abundancia; estoy lleno, habiendo recibido de Epafrodito lo que enviasteis; olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios.” Su regalo de dinero para satisfacer la necesidad de Pablo era un sacrificio aceptable a Dios. La adoración aceptable es dar de tus recursos para apoyar a los santos, la obra de la iglesia, y el ministerio de Cristo.

Ahora, la resuma estas tres primeras características de la adoración aceptable - cómo tratamos a los demás cristianos, ganar inconversos para Cristo, y dar dinero para satisfacer las necesidades - es compartir. La adoración es compartir - compartir su amor, compartir el evangelio, y la distribución de sus recursos. Eso exalta, honra y glorifica a Dios porque El se manifiesta a través de su vida y demuestra que usted es obediente a El. También muestra usted ama a los que El ama: los santos, los perdidos, y los necesitados. Compartir es adoración aceptable.

(4) Vivir una vida de bondad, justicia y verdad

En Efesios 5:8b-10 Pablo dice: «Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz (porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad), comprobando lo que es agradable al Señor. Vivir una vida de bondad, justicia y verdad (es decir, santidad personal) es una vida de adoración aceptable.

(5) Ser llenos de frutos de justicia

En Filipenses 1:11 Pablo ora para que los Filipenses pudieran ser “llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios.” Así que de nuevo vemos que la justicia, la santidad, la bondad y la piedad es adoración aceptable.

(6) Vivir una vida de piedad y honestidad

En 1 Timoteo 2:3 Pablo dice: “Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador.” Usted dice: “¿Lo que es bueno y agradable?” Mire al final del versículo 2: “para que podamos vivir una vida tranquila y sosegada con toda piedad y dignidad.” Piedad y honestidad, junto con la justicia, la bondad, la verdad y la santidad, son características de la adoración aceptable.

Ahora, le he dado tres textos de adoración actual como compartir con otras personas, y tres textos que se relacionan con la adoración a la santidad personal. Así que la adoración es un estilo de vida que se manifiesta en la justicia personal y se extiende a el amar a los hermanos, proclamarle a los perdidos, y liberar recursos para satisfacer las necesidades. Por último, la adoración aceptable es vista como:

(7) Alabar a Dios y dándole gracias

Hebreos 13:15 dice: “Por tanto, ofrezcamos continuamente mediante El, sacrificio de alabanza a Dios, es decir, el fruto de labios que confiesan su nombre.” Este es realmente el punto culminante, ¿no es así? Cuando nos reunimos para adorar, cantamos, alabamos a Dios con nuestros corazones y nuestros labios, y decimos gracias.

Ahora mire en el versículo 16: “Y no os olvidéis de hacer el bien y de la ayuda mutua, porque de tales sacrificios se agrada Dios.” ¿Lo comprende?

Dios quiere que nos unamos para alabar y glorificar Su nombre y darle las gracias a El -. Pero, El no quiere que nos olvidemos de que nuestra adoración es un estilo de vida haciendo el bien y compartiendo con los demás. ¿Lo ve? Hebreos 13:15-16 realmente resume una vida de adoración.

La adoración es de todos los días - no sólo los domingos

Si usted piensa que usted puede vivir como se le de la gana, de lunes a sábado y luego ir a la iglesia el domingo y adorar, ¡está muy equivocado! La adoración no se produce en el vacío, ni es estimulada por artimañas artificiales. Si usted tiene que estar en un edificio de la iglesia o escuchar un determinado tipo de música ambiental de adoración, lo que estás haciendo no es adoración. Usted debe ser capaz de adorar a Dios en la autopista durante la hora pico. Pero para ello, su corazón debe estar en lo correcto. Es decir, cuando nos reunimos en la asamblea de los santos para adorar a Dios, si no es una extensión de una vida de adoración, la verdadera adoración no se producirá. Es por eso que en Hebreos 13:15-16 nos dice que nos reunamos en conjunto para ofrecer “sacrificio de alabanza a Dios, es decir, el fruto de labios que confiesan su nombre”. Pero no nos olvidemos de “hacer el bien y de compartir”, como una forma de vida, o nunca vamos a generar ninguna adoración el domingo. ¡La adoración debe ser una forma de vida!

e) El propósito de la asamblea de los verdaderos adoradores

A pesar de que nuestra adoración es un estilo de vida, también tenemos que estar involucrados en la adoración que se produce una vez por semana. ¿Por qué? Debido a que nuestra adoración en domingo nos estimula a adorar durante el resto de la semana. Hebreos 10 dice: “Acerquémonos con corazón sincero .... No dejando de congregarnos” (vv. 22a, 25a). ¿Por qué? Debido a que el versículo 24 nos dice que debemos reunirnos para una estimular a los otros “al amor y a las buenas obras.”

Tenemos que estar viviendo una vida de compartir y de justicia en el mundo con el propósito de la adoración. Y nosotros somos estimulados a hacer las cosas cuando nos reunimos con el propósito de la adoración. Una alimenta a la otra -. Tenemos que estar en la comunión de los santos, en la congregación de los justos, en el pueblo en el que Dios habita, ya que es allí donde se estimula al amor y a las buenas obras. A medida que la estimulación afecta a nuestra alma, vamos a “hacer el bien y de la ayuda mutua” ( Heb.13: 16 bis ). Entonces, cuando llegamos de vuelta a la asamblea, desbordamos en alabanza con un corazón continuo de adoración y acción de gracias.

Ahora bien, si no estás en este “ciclo” de adoración, será mejor que entre ¿Cómo? Confiese sus pecados y comience ahora mismo. La gente dice: “Bueno, tengo muchos problemas en mi vida cristiana, no puedo hacer el compromiso de ser coherente.” La gente que dice eso, básicamente, tiene uno de dos problemas: o bien no están adorando los seis días a la semana con una vida de adoración, o no están adorando un día por semana en la asamblea de los santos. Necesitamos las dos cosas! Si vas a la iglesia sólo cuando es conveniente, usted nunca va a conseguir hacer ambos actos. No lo puede hacer por su cuenta - usted tiene que tener la estimulación fiel y constante del amor y las buenas obras que un grupo de personas producirá en su vida. Por desgracia, vivimos en una sociedad frívola que va y viene de manera fácil, que la gente no hace ese tipo de compromisos fieles y consistentes - y luego se preguntan por qué no pueden llevar a cabo ambos actos juntos! Todos necesitamos unirnos a una asamblea de adoración, así como vivir cada día con una vida de adoración.

La adoración es importante porque la Escritura está dominada con ella, el destino está determinado por ella, y la tercera:

C. La Eternidad y la Historia Redentora Se describe por Adoración

La adoración es importante porque es el tema principal de la eternidad y la historia de la redención.

1. La historia de la Pre-creación

En la eternidad pasada, antes de que los hombres fuesen creados, ¿que es lo que existía? La Trinidad y los ángeles. ¿Qué es lo que hacían? Bueno, Nehemías 9:6 b dice: “los ejércitos de los cielos te adoran.” ¿Cómo sucedía en la eternidad pasada? Adoración (Job 38:4-7).

2. La Historia antes de la caída

Cuando Adán y Eva fueron creados, ellos adoraban a Dios, mientras caminaban y hablaban con Él en el Huerto. Sin embargo, el pecado entró en escena cuando Eva optó por adorar a Satanás y Adán escogió adorar a Eva. Tan pronto como dejaron de adorar a Dios, ellos cayeron ( Génesis 3:1-13 ).

3. La Historia pos-caída

a) Cain and Abel un Caín) y Abel

En Génesis 4, la primera división entre los hombres fue entre Caín y Abel sobre la forma en que ellos adoraban. Abel trajo una ofrenda aceptable (4:4), y la de Caín era inaceptable (4:5).

b) Los patriarcas

Cuando los patriarcas adoraron a Dios correctamente, fueron bendecidos, pero cuando le adoraron de manera inaceptable fueron castigados.

c) La nación de Israel

(1) En el desierto

Cuando la nación de Israel fue sacada de Egipto, vagaron por cuarenta años en el desierto de Sinaí, hasta que la generación entera murió. Perdieron sus vidas, sin entrar en la Tierra Prometida, simplemente porque no adoraron a Dios correctamente ( Num.14 :22-23 ). Incluso Moisés nunca entró en la tierra, porque no adoró a Dios correctamente ( Nm. 20:7-12 ).

(2) En la Tierra Prometida

Cuando la nación de Israel finalmente se metió en la tierra, adoraron a Dios como Él quiso ser adorado y fueron bendecidos posteriormente ( Nehemías 9:03. ; 1 Crónicas 29:20-25. ) Sin embargo, llegó el momento cuando ellos no adoraron a Dios correctamente ( Hechos 7:42-43 ), así que Él los castigó y finalmente los dispersó por todo el mundo.

d) Jesús

Cuando Jesús comenzó su ministerio, se fue a Jerusalén, entró en el lugar de adoración, tomó un látigo, y limpió el lugar ( Juan 2:13-17 ). Después de que El trató con los adoradores corruptos en Juan 2, llamó a los verdaderos adoradores en Juan 4:23-24. La adoración es siempre el tema -el tema central de la historia de la redención.

4. La Historia presente

Cuando la iglesia nació, fue una asamblea de adoradores. Filipenses 3:3 es uno de los más grandes declaraciones sobre adoración en la Biblia - una definición de la iglesia: “Porque nosotros somos la circuncisión: los que servimos a Dios en espíritu, que nos gloriamos en Cristo Jesús y que no confiamos en la carne.” En otras palabras, la iglesia se identifica como el pueblo de Dios - pero no a través de la circuncisión física. La iglesia se compone de aquellos que adoran a Dios en su espíritu, regocijándose en Cristo, sin la confianza en la carne.

5. La historia futura

Cuando la historia se consuma en la gloria de la venida de Cristo, se consumará en adoración. La adoración es el tema del cielo y de la eternidad. Por ejemplo:

a) Apocalipsis 4:10-11a – “los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono y adoran al que vive por los siglos de los siglos; y echan sus coronas delante del trono, diciendo: "Digno eres tú, oh Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria, la honra y el poder; porque tú has creado todas las cosas, y por tu voluntad tienen ser y fueron creadas. "”

b) Apocalipsis 5:14 – “Los cuatro seres vivientes decían: "¡Amén!" Y los veinticuatro ancianos se postraron y adoraron. “

c) Apocalipsis 11:15-17 – “El séptimo ángel tocó la trompeta. Y en el cielo se oyeron grandes voces que decían: "El reino del mundo ha venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo. El reinará por los siglos de los siglos. Y los veinticuatro ancianos, que estaban sentados en sus tronos delante de Dios, se postraron sobre sus rostros y adoraron a Dios diciendo: "Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, que eres y que eras, porque has asumido tu gran poder, y reinas.”

d) Apocalipsis 14:6-7 – “Vi a otro ángel que volaba en medio del cielo, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los que habitan en la tierra: a toda nación y raza y lengua y pueblo. Decía a gran voz: "¡Temed a Dios y dadle gloria, porque ha llegado la hora de su juicio! Adorad al que hizo los cielos y la tierra y el mar y las fuentes de las aguas.”¡Observe que el mensaje del evangelio eterno es adorar a Dios!

e) Apocalipsis 15:4 – “Oh Señor, ¿quién no temerá y glorificará tu nombre? Porque sólo tú eres santo. Todas las naciones vendrán y adorarán delante de ti; porque tus juicios han sido manifestados.”

f) Apocalipsis 19:4 – “Y se postraron los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes y adoraron a Dios que estaba sentado sobre el trono, diciendo: "¡Amén! ¡Aleluya!”

g) Apocalipsis 19:10 - "Yo me postré ante sus pies para adorarle, pero él me dijo: "¡Mira, no lo hagas! Yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos que tienen el testimonio de Jesús. ¡Adora a Dios! Pues el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.”

h) Apocalipsis 22:8-9 - “Yo, Juan, soy el que he oído y visto estas cosas. Cuando las oí y las vi, me postré para adorar ante los pies del ángel que me las mostraba. Y él me dijo: "¡Mira, no lo hagas! Pues yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos los profetas y de los que guardan las palabras de este libro. ¡Adora a Dios!"”

Ese es el tema de la eternidad y la historia de la redención, adorar al Dios verdadero y vivo, y glorioso.

Por lo tanto, la Escritura nos llama a la adoración, el destino nos llama a la adoración, y sólo en caso de que alguien pueda caer a través de las grietas y pensar que no es necesaria la adoración, la cuarta razón de porque es importante la adoración es:

D. Cristo lo ordenó

En Mateo 4:10 b , nuestro Señor dice: “Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.” Esta declaración fue hecha directamente a Satanás, pero se aplica a todo ser creado. Todos son responsables de adorar a Dios.

¿Adora usted a Dios como una forma de vida? ¡debería! Si le resulta difícil adorar al Señor cuando asiste a la iglesia los domingos, no es porque la música no está bien, o porque la atmósfera no está bien, o porque te distraes. Si no puede adorar, es porque no estás adorando durante el resto de la semana.

La adoración no sólo puede suceder una vez a la semana - es una forma de vida. Y cuando los cristianos se reúnen una vez por semana, debe haber una salida verdadera de explosión de alabanza y adoración del corazón La adoración que se disfruta de forma individual será enriquecida y mejorada cuando se lleva al gozo de la asamblea. ¡La adoración entonces se hace aún más gloriosa!

Traducido por Armando Valdez

Evangelio Según Jesucristo

http://evangelio.wordpress.com

http://elevangeliosegunJesucristo.blogspot.com

Centrándose en los hechos

1.¿Qué hemos de reconocer cuando adoramos?

2. Dé una breve descripción de lo que la Logia Masónica cree acerca de adorar a Dios y cómo se relaciona con las otras religiones.

3. ¿Cuál es la doble perspectiva de los verdaderos adoradores, de acuerdo con Hebreos 12:28-29?

4. Coincida las formas en que podemos manifestar adoración aceptable en nuestra vida cotidiana con los versículo adecuados.

a. El tratamiento a los hermanos en la fe a. Hebreos 13:15

b. Guiar a alguien a Cristo b. Romanos 14:18

c. Dar dinero para las necesidades c. Filipenses 4:18

d. Viviendo una vida recta d. Efesios 5:8-10

e. Vivir una vida apacible e. Romanos 15:16

f. Dar gracias a Dios f. 1 Timoteo 2:3

5. ¿Qué tres cosas que glorifican a Dios tiene que compartir el adorador? Explicar cómo se hace eso.

6. Describa la calidad de vida que un adorador debe vivir ( Fil. 1:11 ).

7. Resuma los dos aspectos de la adoración, como se indica en Hebreos 13:15-16.

8.¿Dónde debe ser capaz de adorar a Dios? ¿Cuál debe ser la extensión de una vida de adoración?

9. ¿Por qué los cristianos deben participar en la adoración colectiva una vez a la semana ( Heb. 10:22 , 24-25 )?

10. ¿A quién Adán y Eva eligieron para adorar en lugar de Dios?

11. ¿Sobre que fue la primera división entre los hombres?

12. ¿Cuáles fueron las consecuencias para Israel al no adorar correctamente en el desierto ( Números. 14:22-23 )?

13. Según Filipenses 3:3 , ¿qué tipo de personas forman la iglesia?

14. ¿Cuál es el tema del cielo y la eternidad? Citar algunas textos bíblicos para apoyar su respuesta.

15. ¿Qué error cometió el apóstol Juan en Apocalipsis 19:10 y 22: 8-9? ¿qué fue lo que se le instruyó que hiciera en lugar de eso?

16. ¿Cuál es la cuarta razón de que la adoración es importante ( Mat. 4:10 )?

Reflexionando sobre los Principios

1.Repase las características personales de los verdaderos adoradores discutidas. ¿Está usted cumpliendo el deber de adorar correctamente en cada una de esas áreas? ¿En qué área usted es más débil? Se ha rendido usted al control del Espíritu Santo, en oración, considere cómo va a fortalecer esa área esta semana.

2. El escritor de Hebreos exhorta a sus lectores: “y consideremos cómo estimularnos unos a otros al amor y a las buenas obras, no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos unos a otros , y mucho más al ver que el día se acerca.” ( Hebreos 10:24-25. ; LBLA *). ¿Realmente ha tomado tiempo para considerar la manera de estimular a otros cristianos? ¿Cómo puede usted estimular sus compañeros sin que parezca ser una autoridad auto-proclamada? ¿Qué sugerencia tiene que ofrecert 1 Pedro 5:2-3? ¿Por qué cree que sigue siendo necesario congregarse? ¿Podrían los cristianos en esta era moderna sólo ver los servicios religiosos en la televisión y comunicarse con otros creyentes por teléfono? Si ha usted le falta el compromiso y el responsabilizarse ante un cuerpo local de creyentes, planee convertirse en un miembro de una iglesia cercana a usted que enseñe la Palabra de Dios.

martes, junio 07, 2011

Santificación y Justificación

santidad
SANTIFICACIÓN Y JUSTIFICACIÓN: UNA UNIDAD DE DISTINCIONES
Andrew V. Snider
Profesor adjunto de Teología

La tarea que tenemos por delante es relacionar la justificación (ser declarado justo) con una comprensión bíblica de la santificación (ser hecho justo). Cuando Dios declara justo a un pecador la acción comienza con SU propio carácter y es llevada a cabo por SU propia acción. Todos Sus caminos son perfectos, justos y rectos, cualidades que son producto de Su santidad. Sus actos redentores, incluyendo Su justificación de los pecadores, están marcados por Su amor tal como se ilustra en Romanos 8:31-39. La justificación es una declaración hecha por Dios acerca del estado del pecador delante de El imputándole la justicia de Cristo a través de la fe. La Santidad es el concepto clave de la santificación tal como es visto en el consistente énfasis bíblico sobre el pueblo de Dios como un pueblo santo. La santificación posicional es una determinación de parte de Dios de que un pecador sea puesto aparte como un miembro del pueblo santo de Dios. La santificación progresiva habla sobre un crecimiento en la santidad práctica por el cual los creyentes obedecen la orden de Dios de crecer en semejanza a Cristo. Es importante el entender la relación correcta entre la justificación y la santificación progresiva: la santificación no produce justificación y la justificación no produce santificación. Aún así reviste gran importancia el ver que ambas surgen de la misma realidad soteriológica de la expiación sustitutiva de Cristo y la resultante unión del creyente con Cristo.

* * * * *

Introducción

La doctrina de la justificación ha sido el tema de una avalancha de literatura en décadas recientes. Hay perspectivas “nuevas” y “frescas”, aun así todavía hay muchos que buscan defender la fórmula tradicional de la Reforma. Las famosas palabras de Lutero (es “el artículo que permitirá que la iglesia permanezca o caiga”) y Calvino (es “la principal bisagra sobre la cual gira la religión”) se han convertido en aforismos de la perspectiva tradicional. El vertiginoso despliegue de argumentos y contra-propuestas puede parecer impenetrable para el no iniciado. En efecto, uno podría ser perdonado por querer saltarse todavía otro artículo sobre este tan trillado tema.

Sin embargo, el siguiente estudio no entrará en esa discusión. Más bien, será su tarea relacionar la justificación (de acuerdo a la “antigua” perspectiva) con una comprensión bíblica de la santificación, un tema que ha sido tratado muy poco en forma directa, últimamente, debido a que la atención se ha vuelto hacia asuntos afines de “espiritualidad” o “formación espiritual”.

Desde que los reformadores, en primer lugar, hicieron cuidadosamente una distinción entre ser declarado justo y ser hecho justo, la comparación y el contraste entre justificación y santificación han sido considerados elementos claves para que el evangelio se exprese fielmente. Esto se puede ver, particularmente, en Calvino quien consideró esta distinción en alguna medida.

Este estudio, después de resumir los fundamentos de la justificación y la santificación, procurará evitar dos extremos al relacionar estos dos temas doctrinales claves. El primero es, la tendencia a combinarlos de tal manera que sean casi idénticos—la idea de que la santificación causa la justificación o crecimiento, o el error menos serio de ver la justificación como la causa de la santificación. El segundo error, y opuesto, es el de separarlas tan ampliamente que su conexión soteriológica sea apenas afirmada y sin un adecuado argumento teológico, de tal manera que el principio bíblico clave se pierde. Capitalizando sobre la base de un despliegue de textos bíblicos y del concepto de Calvino de la “gracia doble”, este estudio demostrará que la justificación y la santificación son aspectos distintos, del don de la salvación, que se relacionan el uno al otro porque ambos fluyen de la expiación y la unión del creyente con Cristo.

Justificación: Los Fundamentos

Justificación es un término legal que se usa en el NT para describir cómo un pecador es hecho aceptable ante Dios. En la salvación Dios declara como justo a un pecador—una consideración que comienza en Su propio carácter y es llevada a cabo por Su propia acción.

Donde comienza: el carácter de Dios

No es inusual comenzar una discusión de la justificación hablando del pecado—que es el problema al cual la justificación intenta vencer. Ciertamente, esto no es inapropiado, pero ya que la justificación es un obra de Dios, parece ser, al menos, tan apropiado empezar la discusión con los atributos de Dios que motivan esta acción puesto que, cuando consideramos cualquiera de las acciones de Dios es importante tomar en serio el principio de que todas las acciones de Dios fluyen, antes que todo, de Sus propósitos y Su carácter.

En primer lugar, ya que la justificación involucra declarar que un pecador está bien con Dios (i.e. justo) y por lo tanto aceptable delante de El, la justificación es un acto llevado a cabo por un Dios recto y justo. Repetidamente en el AT Dios es honrado como el único que es completamente, y por excelencia, justo. Esto significa que todos sus caminos son perfectos, justos, fieles y rectos (Dt. 32:4; Salmos 145:17).

Otro acercamiento es ver la justicia ética de Dios como la obra externa de Su santidad. Porque Dios es el completamente otro Sus acciones manifiestan la alteridad de Su ser como absoluta pureza moral. Strong lo expresa de la siguiente manera:

Consecuentemente, la santidad en Dios debe ser definida como la conformidad a su propia naturaleza perfecta. La única regla para la voluntad divina es la razón divina; y la razón divina prescribe todo lo que es apropiado que haga un ser infinito. Dios no está bajo la ley ni por encima de la ley—el es ley. El es justo por naturaleza y necesidad.

O, como Culver lo ha expresado más recientemente, “La justicia por la cual Dios ordena Su mundo no es ni algo creado, externo a El, ni algo además de Dios mismo de cualquier manera sea lo que fuere. Sus actos justos son Su carácter en acción; Dios es ley en sí mismo”. De manera que Dios es justo en todo lo que El piensa, dice y hace, y es perfectamente consistente con su propio carácter—porque “El no puede negarse a sí mismo” (2 Ti. 2:13).

La interpretación de una justicia consistente y sana es también un aspecto clave de la justicia de Dios—Dios siempre trata a otros justamente. Como el soberano legítimo del mundo “justicia y juicio son el cimiento de tu trono” (Salmos 89:14; ver Salmos 119: 137-138). Este es el lado normativo de la justicia de Dios—Su carácter es no sólo el estándar para Sus propios pensamientos y acciones, sino que es también el parámetro para todas Sus criaturas morales. Este principio se encuentra en su forma más simple y explícita en el mandamiento, “Sed santos porque Yo soy santo” (Lv. 11:44), un imperativo que es reiterado enfáticamente a la iglesia en 1 Pedro 1:15-16.

Entonces, la propia justicia de Dios es la norma para todas Sus criaturas morales. Y por causa de que YHWH mismo es justo El ama las expresiones de esta rectitud vertical y moral en las actitudes y acciones de Sus criaturas. El salmista dice que YHWH “es justo, y ama la justicia; el hombre recto mirará su rostro” (Salmos 11:7). Por supuesto, el problema para la humanidad es que “no hay quien haga el bien” (Salmos 14:1), ni siquiera uno (Ro. 3:10-12).

De modo que Dios, quien es perfectamente justo en todo lo que El es y hace, desea que Sus criaturas morales reflejen esta justicia de vuelta a El en sus vidas. Pero, ellas [sus criaturas] son completamente injustas y no pueden hacer esto. En este punto se podría decir que la justificación no es necesariamente requerida—un Dios que está esencialmente comprometido con la justicia perfecta por causa de Su justicia podría, sencillamente, ejecutar el juicio que conllevan los méritos de injusticia: la muerte (Ro. 6:23a). En vez de eso, otro de los atributos de Dios es expresado al lado de (y en perfecta armonía con) Su justicia a fin de proveer una solución diferente: Su amor también es un motivo para la justificación.

A través de las Escrituras el amor de Dios se representa como una motivación para Sus actos redentores. Dios escogió a Israel simplemente al colocar Sus afectos sobre ellos (Dt. 7:7; 10:14-15) y, a pesar de sus múltiples divagaciones, continuó amándolos manteniendo fidelidad al pacto con ellos (ej. Oseas 11:1-9; Mal. 3:1-12). El NT describe cómo este amor redentor es cumplido en Jesucristo, el Hijo de Dios encarnado (Juan 3:16; Ro. 5:8; 1 Juan 4:9).

Aunque sería suficiente establecer la amplia verdad bíblica del amor de Dios como una motivación para Sus actos salvíficos en la historia, uno puede ir, teológicamente, un paso más allá y relacionar Su amor redentor directamente con la doctrina de la justificación. Esto se hace evidente en la forma como la Escritura conecta la justicia de Dios con Su omnibenevolencia.

En Éxodo 34 se nos presenta uno de los momentos clave en la historia redentora, un momento en el que Dios habla directamente acerca de sus atributos a fin de revelar los motivos para Sus acciones. Tras el incidente del becerro de oro y el subsecuente castigo a través de la espada y la acción divina (Éxodo 32), Dios anuncia que El guardará Su promesa de dar a Israel su nueva tierra, pero que no los acompañará con una manifestación personal de Su presencia (33:1-3). Moisés va hacia la tienda de reunión a suplicar por entendimiento (v. 13) y por la presencia personal de Dios con Su pueblo escogido (v. 15). Por último, Moisés presenta su petición culminante: “Te ruego que me muestres tu gloria” (v. 18).

La respuesta de Dios a su petición es una revelación personal de Sus atributos justo antes de Su renovación del pacto con Israel (34:6ss). Esta autorevelación divina a su vez forma la base, en el AT, para la comprensión del carácter de Dios como está demostrado por su repetido uso a través del ámbito cronológico y canónico del AT (Nm. 14:18 Neh. 9:17; Salmos 86:15; 103:8; 145:8; Joeel 2:13; Jon. 4:2; Nah. 1:3). Es una declaración del carácter de Dios que “conlleva casi la fuerza de un credo”.

La relación del amor de Dios con la justificación está implícita en la autorevelación de YHWH. De los seis atributos que El enlista, los primeros cinco son expresiones variadas de Su amor: compasión, gracia, paciencia, generosidad en misericordiosa fidelidad al pacto y perdón. El último de la lista podría ser llamado justicia o rectitud, aun cuando YHWH es eminentemente amoroso, paciente y perdonador. El no deja la culpa sin castigo. Esto deja una tensión en la autorevelación de Dios: ¿cómo puede El ser perdonador si es incesantemente justo?

La respuesta, por supuesto, es la doctrina de la justificación que está completamente desarrollada en el NT. Ningún pasaje del NT ata explícitamente el amor de Dios a sus actos de justificación, sin embargo ambos están estrechamente asociados en múltiples contextos, dos de los cuales serán mencionados aquí.

El primero, y más claro, es Romanos 8:31-39. A medida que Pablo va llevando a un final esta sección de su carta el habla acerca de su certeza en cuanto a que Dios puede—y lo hará—llevar a su culminación Su plan de redención. El formula este punto haciendo uso de una serie de preguntas retóricas: “Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?” (v. 31), “¿quién acusará a los escogidos de Dios?” (v. 33), y en forma culminante, “¿quién nos separará del amor de Cristo?” (v. 35). El asunto queda sintetizado en términos de esta pregunta final—absolutamente nada puede separar al creyente de “el amor de Dios , que es en Cristo Jesús Señor nuestro” (v. 39). De esta manera, el amor perdonador y justificador de Dios es expresado por Pablo como el amor de Dios en Cristo.

Otro lugar donde Pablo da a entender que el amor de Dios es una motivación para la justificación es en Romanos 3:21-26. Al explicar cómo la justificación es por fe en Cristo, Pablo dice que la justificación viene “por su gracia como un don” (v. 24). Sin embargo, tal regalo/don podría dar la impresión de que Dios simplemente está pasando por alto el pecado, así que Pablo explica que esta es la razón por la cual Dios puso a Jesús por delante “como propiciación por medio de la fe en su sangre” (v. 25). En tiempos anteriores el Padre “pudo tolerar el pecado de los seres humanos solo porque miraba hacia adelante, a la muerte de su hijo como expiación por el pecado…la justicia de Dios ha sido vindicada en la muerte de Jesús. Estos comentarios de Pablo demuestran que la pregunta hecha por el no es cómo puede Dios castigar justamente a los seres humanos, sino más bien cómo puede Dios perdonar justamente a cualquier persona”.

Esto indica la intención de gracia de la omnibenevolencia de Dios: El es por naturaleza amoroso y perdonador y Pablo siente que debe mostrar en forma explícita cómo esta disposición de gracia está en armonía con la justicia de Dios. En otras palabras, Dios no puede ser “justificador” si El no es también “justo” cuando lo hace. Su conclusión en el versículo 26 (“que él sea el justo, y el que justifica”) demuestra esta armonía: los requisitos del carácter justo de Dios son llenados en el sacrificio de Cristo. 1

Es importante ver que la justificación fluye del carácter y propósitos de Dios como una manifestación de Su bondad y amor así como de Su justicia. Debido a que los debates sobre la naturaleza de la justificación tienden a enfocarse sobre conceptualizaciones legales (imputación vs. impartición, lo que hace en vez de quién lo hace) es fácil olvidar el fuego del amor de Dios del cual se levanta el calor de la justificación.

Lo que Es: Una Declaración de parte de Dios

Debido a la asombrosa cantidad de literatura que busca definir la justificación, y también a que el presente propósito es simplemente reiterar los fundamentos, el siguiente paso en este estudio será más bien breve. La justificación es una declaración de parte de Dios concerniente al estatus, o condición, del pecador ante Dios.

En primer lugar la justificación es una declaración forense, o legal. El elemento forense en la justificación está claro en la Escritura y bien observado en la tradición cristiana. En el AT el verbosdq comunica la idea, como en Dt. 25:1 donde la tarea del juez es “decidir entre (dos partes en disputa) absolver al inocente o condenar al culpable”. 2 En consecuencia, una advertencia repetida es emitida en el AT en contra de condenar al inocente y absolver al culpable (por ej. Is. 5:23; Pr. 17:15).

El verbo correspondiente en el NT dikaioo, contiene la misma idea, tal vez más explícitamente en la instancia anteriormente mencionada de Ro. 8:33-34, donde lo opuesto a dikaioo es katakrino—condenar: “¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará?”. En suma, el ambiente legal semántico de la justificación, tanto en el AT como en el NT, llevó a Morris a la “convicción de que la idea fundamental es una de absolución”. 3

Entonces, como una declaración forense la justificación es un pronunciamiento hecho concerniente al estatus de la relación de una persona hacia una norma legal en particular. Uno está, bien sea, en conformidad a la norma (“inocente”) o, no (“culpable”). Por supuesto, la norma en la justificación es la ley de Dios, la cual a su vez es una expresión del mismísimo carácter justo de Dios. La justificación es la declaración de parte de Dios de que al pecador se le considera como estando en concordancia con la propia justicia de Dios (más sobre este punto, debajo).

Por último, la justificación es representada en la Escritura como un hecho cumplido. No es un proceso que requiere cooperación ni mejora, sino que más bien es una acción de Dios que es visualizada como completa. Esto se ve claramente en el uso que hace Pablo de dikaioo en pasajes tales como Ro. 5:1 donde se usa el aoristo participio pasivo: “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo” (ver el “ahora” en Ro. 3:21). Debido a que la justificación ha sido cumplida, Pablo puede hablar sobre el beneficio crucial perdurable de esta acción divina—la paz con Dios. La misma construcción aparece ocho versículos más adelante, reforzando el punto de vista de que Pablo ve la justificación como un logro definitivo de Dios, completado por medio de una declaración en relación al lugar del pecador ante Dios y Su justa ley. 4

Cómo Opera: Imputación Divina

La justificación es un asunto de imputación: Dios considera al pecador como algo que en su experiencia presente no lo es—justo. Esto levanta la vieja objeción de que si la justificación es vista como una imputación, ella constituye una ficción legal lo cual es una imposibilidad para un Dios que es veraz. Sin embargo, a la objeción se le escapa el punto de que Dios está interpretando un fallo a favor del pecador debido a la obra de alguien más. Siendo así, a fin de entender la justificación, uno debe ver que ella está arraigada en la sustitución.

La justificación es posible solamente debido a que se ha provisto un sustituto. El fundamento para la declaración de justicia, de parte de Dios, es el sustituto justo, Jesucristo. El AT mira hacia adelante, específicamente, a este rol del Mesías. En Isaías 53 el siervo llevará los pecados de muchos (v. 6) y sufrirá injustamente, pero voluntariamente como un cordero sacrificial (vv. 7-9). En el plan de YHWH este sufrimiento será tenido en cuenta como una ofrenda por el pecado (v. 10) y el resultado es que “justificará a muchos” (v. 11).

En el NT Pedro hace la conexión implícitamente, sin embargo también claramente, entre sustitución y justificación, cuando describe la obra de la cruz de Cristo al decir en 1 P. 3:18 que El “padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos [dikaios huper adikon], para llevarnos a Dios”. Aquí tenemos juntos el lenguaje de la justicia y la expiación sustitutiva. El justo tomó el lugar del injusto. Su sufrimiento “fue el castigo, debido a los pecados de los injustos, que El llevó en lugar de ellos, o la propiciación necesaria por sus pecados que El ofreció a favor de ellos”. La dependencia de la justificación en la sustitución no se puede exagerar y se verá en el trasfondo de la mayor parte de lo que sigue.

Entonces, específicamente ¿cómo se encuentra envuelta la imputación en la declaración de un pecador como justo?. Esto se puede expresar mejor desde dos perspectivas: el perdón y la justicia imputada. La primera de estas reúne y resume mucho de lo que, hasta ahora, ha sido dicho: la justificación, antes que todo, involucra el perdón de pecados—o, en términos forenses (y más bien inelegantes) la no imputación del pecado. El pecador se desplaza de ser “culpable” ante el banquillo del Juez Divino a “no culpable” o “en completa conformidad”.

Aparte del lenguaje, ya delineado, de absolución en la corte, se usa terminología contable para describir lo que Dios hace por el pecador en Su acto de justificación. Este lenguaje de “acreditación” es usado para expresar ambos aspectos de la justificación que aquí están bajo consideración. Pablo emplea la descripción que hace David en el Salmo 32:1-2 de una de las bendiciones de la justificación. En este texto, uno cuyas “iniquidades son perdonadas” (Ro. 4:7) es la persona “a quien el Señor no inculpa de pecado” (v. 8). En el contexto, esto es lo que significa ser justificado—Dios ya no contabiliza esos pecados en contra del pecador, i.e., El los perdona. 5

Combinado con otros contextos, en los cuales la justificación es descrita en términos de liberación de pecados (Ro. 3:21-26, donde el tema es el pecado siendo propiciado; 5:1-11, donde el énfasis es que la justificación mediante la muerte de Cristo trae paz entre Dios y sus enemigos; 8:31-34, donde el punto es el ser libre de la condenación), es claro que la justificación tiene que ver con vencer el problema del pecado.

Sin embargo, este no es el cuadro completo. Pablo habla de la justificación no sólo como la no imputación del pecado sino también como la imputación de la justicia. El describe, específicamente, la justificación como la acreditación al pecador de la justicia de Dios en Cristo. El usa la misma terminología contable (logizomai) en Ro. 4:3,5,6,9 para dejar sentado que la justificación involucra que la justicia le está siendo acreditada a un pecador. En Fil. 3:9 Pablo habla, muy específicamente, de esta justicia como algo que procede de Dios (ek theou) y no de las obras de la Ley. 6

Y en Ro. 5:17 la justicia llega al pecador como un regalo (doreas) de Dios. Lo que esto significa es que el pecador justificado es contabilizado, considerado, aceptado como justo ante Dios, el Juez Justo.

Sin embargo, nuevamente se levanta el espectro de la “ficción legal”— ¿cómo puede aceptar Dios como justos a aquellos que claramente no lo son?. Para responder esta pregunta, uno debe regresar al principio de sustitución y notar cómo aparece en la doctrina de Pablo de la justicia imputada. Esto se encuentra más explícito en la declaración de Pablo de la verdad de que el Padre “al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él” (2 Co. 5: 21). Dios es capaz de contabilizar a los pecadores como justos debido a que ellos están representados, delante de El, por Jesucristo quien funciona, para ellos, como un sustituto (hyper hemon).

Esta aplicación del principio de sustitución aparece a lo largo de todos los escritos de Pablo en la doctrina de la unión con Cristo. La justicia imputada en la justificación significa que debido a que el pecador justificado ha sido unido a su sustituto, el Padre considera esa justicia del sustituto como perteneciente a aquel que es justificado. En otras palabras, “nosotros…llegamos a ser la justicia de Dios en El”. Este vínculo es logrado a lo largo de la mayoría de los pasajes ya citados con relación a la no imputación del pecado e imputación de la justicia—el pecador justificado es justificado sólo porque está “en Cristo”. 7 En efecto, siempre que la justificación está siendo discutida, la unión con Cristo no está lejos en el contexto. “Para Pablo la unión con Cristo no es fantasía sino un hecho—en efecto, el hecho básico en el cristianismo, y la doctrina de la justicia imputada es simplemente la exposición de Pablo del aspecto forense de la misma. Carson está de acuerdo cuando dice que el tema de la unión con Cristo entendido correctamente

es una forma comprehensiva y compleja de representar las varias maneras en que estamos identificados con Cristo y El con nosotros. En sus conexiones con la justificación la terminología “unión con Cristo”…sugiere que aunque la justificación no puede ser reducida a la imputación, en el pensamiento de Pablo la justificación ya no puede por más tiempo ser fielmente mantenida sin ella [la imputación].

Entonces, para resumir, la justificación es una declaración de parte de Dios en la cual el pecador es perdonado y recibe una “justicia ajena”, la justicia de Cristo.

Lo que Provoca: Paz con Dios

Varios de los pasajes citados, hasta aquí, en este estudio describen los efectos específicos que la justificación provoca y es importante resumirlos para completar este esbozo de la doctrina a fin de compararlo y contrastarlo con la santificación.

En primer lugar, el ser declarado justo ante Dios trae la reconciliación entre Dios y el pecador. Este es el encabezado de Pablo para Romanos 5 a medida que hace la transición de la discusión de la justificación en el capítulo previo: es por causa de que los cristianos son justificados que tienen paz con Dios mediante Cristo. La Reconciliación es también el tema de 2 Co. 5:18-21. Ya se ha observado que este contexto contiene tanto la imputación negativa (“no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados”, v. 19) como la positiva (“para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él”, v. 21). Aunque no se usa el verbo dikaioo, no cabe duda que el pasaje es acerca de la justificación. Y el punto es dado a entender como un ruego: Por causa de que Cristo ha puesto el fundamento para la reconciliación (v. 18) “os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios” (v. 20). La justificación remueve la enemistad entre Dios y el pecador.

En segundo lugar, y relacionado con la reconciliación, la justificación trae salvación de la ira divina. Romanos 5:9 vincula explícitamente las dos: “Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira”. Nadie a quien se declare en una posición justa con Dios debe temer la ira divina, porque “si el obstáculo de nuestro pecado ya ha sido removido de modo que ahora nuestra posición ante el es de no ser culpables, entonces podemos estar confiados de que seremos salvos de la ira de Dios a través de Cristo”. Además, por causa deldikaiothentes (traído desde 5:1) se demuestra que esta justificación es un hecho cumplido “aquellos que han sido declarados justos por Dios ya se pueden regocijar en su liberación de la ira divina”.

Por último, la justificación es lo que le da derecho a uno a la vida eterna. Por supuesto, esta es una implicación de los dos resultados previos de la justificación—uno que está en paz con Dios y a salvo de su ira escatológica es uno que tiene parte en el favor eterno de Dios. Sin embargo, Pablo hace esto más explícito en Tito 3:7. Pablo ensalza la verdad trinitaria de la salvación por gracia en los vv. 4-6, luego habla del propósito de esta salvación en términos de justificación, “para que justificados [aoristo, pasivo, particip. dikaioo] por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna”. Pablo dice que la salvación, particularmente identificada como el hecho de haber sido declarado justo, le otorga a uno la bendición de heredar la vida eterna.

Resumen

La justificación es, entonces, una acción propia de Dios, una declaración de tipo forense/legal concerniente a la relación de un pecador con la norma de justicia de Dios. Está basada en la obra redentora de Cristo solamente, de la cual puede uno apropiarse únicamente por la fe.

Una narración teológica más detallada de la justificación podría ser algo como esto: Dios, quien es justo en sí mismo y es el estándar normativo de la justicia, amorosamente entrega a Su Hijo como un sustituto para los pecadores injustos para que ellos sean hechos aceptables a El. Este sustituto vive una vida sin pecado, en obediencia al Padre, haciéndolo apto para ser el sacrificio perfecto y sumo sacerdote a favor de los pecadores. Ofreciéndose a sí mismo como el cordero de Dios sin mancha, es presentado por el Padre como el sacrificio propiciatorio el cual está disponible a los pecadores quienes pueden apropiarse de este sacrificio, para ellos mismos, en fe. Al ejercitar esta fe ellos están unidos al Hijo por el Padre en forma tan completa que El considera que la eficacia de la muerte del Hijo es también la de aquellos que, en realidad, la merecían. El resultado es que el Padre, el Dios que es justo, ve a aquellos pecadores como poseedores de Su misma justicia porque los ve en Su divino Hijo. El pecador está justificado.

Ahora bien, por estar en paz con Dios, por haber sido aceptado por Dios, porque el castigo por el pecado ha sido pagado y el poder del pecado ha sido roto, se espera que el pecador justificado viva como un testimonio creciente de la realidad del amor justo y redentor de Dios y de su presencia en el mundo. Este proceso es llamado santificación.

Santificación: Los Fundamentos

A fin de establecer la relación entre justificación y santificación, es necesario bosquejar, en breve, los elementos claves de la doctrina de la santificación. El concepto clave en la santificación es la santidad y la doctrina de la santificación articula el tema bíblico de que el pueblo de Dios es un pueblo santo. Tal como Graham Cole lo ha señalado, la santidad del pueblo de Dios juega un rol crucial en la historia de la redención:

La trama canónica revela la historia de Dios reivindicando un mundo caído y estableciendo un nuevo cielo y nueva tierra en los cuales la justicia se encuentre en casa (2 P. 3:11-13). Ese nuevo mundo verá al pueblo santo de Dios viviendo en la santa presencia de Dios, en la santa ciudad de Dios, en el santo camino de Dios (Ap. 21:1-4). La actividad de Dios santificando un pueblo para sí es esencial a esa historia.

Este aspecto vital de la historia de la redención se encuentra expresado, tradicionalmente, en dos categorías: santificación posicional o definitiva y santificación progresiva o condicional.

Santificación Posicional

Ya que el significado básico de la santidad tiene que ver con poner aparte o, alteridad, el primer aspecto de la santificación es el hecho de que el pueblo de Dios es puesto aparte del mundo e identificado como pertenencia de El. La santificación posicional es “el indicio de la salvación”.

La idea de que el pueblo escogido de Dios es “santo para el Señor” ocurre en forma repetida en el contexto, del AT, del pacto de Dios con Israel (p. ej. Lv. 20:26). En el NT los creyentes en Jesucristo son llamados santos lo cual lleva la idea del AT de ser puesto aparte por medio del grupo de palabras de santidad/santificación (hagios/hagiazo). El concepto de los cristianos como “[los] santos” domina los escritos paulinos (40x) cuando se está refiriendo a la iglesia y el término también es usado con frecuencia en el Apocalipsis de Juan (13x) para referirse al pueblo de Dios. El hecho de que el término representa al pueblo de Dios como un pueblo puesto aparte se hace explícito en textos como 1 Co. 6:1-2 donde una disyunción categórica es planteada entre los santos, por una parte, y “los injustos” y “el mundo” por la otra.

El lenguaje de ser “llamados” refuerza este sentido de separación. En Ro. 1:7 y 1 Co. 1:2 Pablo saluda a sus lectores como aquellos que han sido “llamados a ser santos”. El último pasaje refuerza la idea al identificarlos como aquellos que han sido “santificados en Cristo Jesús”.

Además, el pueblo de Dios son aquellos que han sido “librados… de la potestad de las tinieblas, y trasladados…al reino de su amado Hijo” (Col. 1:13). “Los creyentes han sido trasladados del reino de lo profano al terreno de lo santo porque ellos le pertenecen a Dios el Padre y a Jesucristo”. Y el escritor de Hebreos enfatiza que esta santificación es un fait accompli, una realidad objetiva, cuando el dice, por la voluntad de Dios “hemos sido santificados [particip., pasado, perf. de hagiazo] mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre” (He. 10:10).

La santificación posicional es comparada, con frecuencia, con la justificación porque es otra perspectiva de la acción de Dios en respuesta a la fe que salva: la justificación es la declaración de justicia que hace al pecador aceptable ante Dios; la santificación posicional es la determinación, de parte de Dios, de que el pecador justificado está ahora apartado para El como uno de Su pueblo santo.Distinguir la justificación de la santificación posicional en esta forma no va dirigido a expresar una preocupación por posicionarlos en un ordo salutis. 8

Santificación Progresiva

El “imperativo” correspondiente al “indicativo de santificación” es la santificación progresiva. Aunque el pueblo de Dios ha sido marcado por Él para estar separado del resto del mundo, y aun cuando esta es una realidad objetiva, al pueblo de Dios se le ordena que viva en conformidad a ello: “Habéis, pues, de serme santos, porque yo Jehová soy santo, y os he apartado de los pueblos para que seáis míos” (Lv. 20:26; ver 19:2; 1 P. 1:15-16). Los escritos de Pablo en todas partes suponen que el implementar este imperativo es una obra progresiva.

La santificación progresiva es diferente de la justificación y la santificación posicional, en que ella es una obra cooperativa entre Dios y el creyente. En primer lugar, el avance en la santidad práctica se hace posible por la obra de Dios en el creyente—“porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad” mientras que El “resuelve” Su salvación (Fil. 2:12-13). En efecto, esta es una obra comenzada por Dios, y es El quien “la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (1:6).

La obra de Dios en la santificación es atribuida al Espíritu Santo (2 Co. 3:18; 1 P. 1:2), la cooperación del creyente es descrita como “andar en el Espíritu” (Ro. 8:4; Gá. 5:16, 25), y el resultado es el “fruto del Espíritu” (Gá. 5:22-23). Y, como lo demuestra este pasaje, el avance de la santificación depende de la obra del creyente es respuesta a—y en cooperación con—la obra de Dios.

La naturaleza cooperativa de la santificación progresiva está clara a través de todas las epístolas del NT. Pablo se refiere al crecimiento en santidad como al hecho de quitar al viejo yo y adoptar al nuevo, el cual es “creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad” (Ef. 4:22-24), que en el contexto es descrito como un proceso continuo. En 2 Co. 7:1 la exhortación de Pablo, sobre la base de la obra salvífica de la gracia de Dios, es “limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios”. Aun cuando Pablo sabe que la santidad final no será alcanzada por ningún creyente, antes de ser glorificados, él, sin embargo le encarece a la iglesia a que se esfuerce hacia esa meta de modo que puedan “avanzar constantemente en santidad”.

El creyente no debe pensar que este trabajo es fácil. Más bien, es descrito como una lucha: Pedro dice que uno debe “poner toda diligencia” (2 P. 1:5); el escritor de Hebreos demanda que uno debe “luchar” por la santidad (He. 12:14). Aun Pablo, quien hace todo lo posible para demostrar la extrema incongruencia de un cristiano que esté pecando a la luz de su identificación con la muerte y resurrección de Cristo (Ro. 6), continúa lamentando cómo el mismo está envuelto por completo en la lucha (Ro. 7:21-24)

Y sin embargo, la obra de Dios está todavía por encima, y antes, de todo esfuerzo humano. Nunca se debe olvidar que el esfuerzo humano en la santificación progresiva depende absolutamente en la obra previa de Dios al redimir a los pecadores y ponerlos aparte para sí, y en la victoria que Dios otorga en Cristo (Ro. 7:25). “No existe tal cosa como autosantificación. Es una obra de Dios en la cual, sin embargo, el llama a—y hace uso de la cooperación de—toda la comunidad cristiana”.

Resumen

Entonces, la doctrina de la santificación se ocupa de la santidad del creyente. La santificación posicional, similar a la justificación, es una determinación, de parte de Dios, de que un pecador es puesto aparte como un miembro del pueblo santo, escogido de Dios. Por lo tanto, es única y completamente la acción de Dios. La santificación progresiva es aquel crecimiento en la santidad práctica—uno podría decir justicia del comportamiento—que involucra la obediencia del creyente a los mandatos de Dios de crecer en semejanza a Cristo.

Garantizando la Distinción

Por fin, la pregunta hecha al principio puede ser respondida: ¿Cuál es la relación entre justificación y santificación? Gran parte de la respuesta a esta pregunta ha sido dada a entender en la discusión precedente, así que el trabajo restante es poner todo esto junto y responder unas cuantas preguntas relevantes. En lo que resta se comparará, contrastará y relacionará la justificación y la santificación progresiva. En primer lugar, unas pocas palabras acerca de cómo estas deben mantenerse distintas.

La Santificación no Produce Justificación

El primer punto de distinción, y un distintivo de la Reforma, es que la santificación no es el fundamento para la justificación. El comportamiento santo no trae el favor de Dios ni Su declaración de justicia.

Un argumento sostenido contra la doctrina de la justificación de la iglesia Católica Romana está más allá del ámbito de este estudio, sin embargo se citarán unas pocas declaraciones representativas de manera que se puedan aplicar a la presente discusión. El Catecismo de la Iglesia Católica reza “La justificación no es sólo la remisión de pecados sino también la santificación y renovación del hombre interior”. La justificación, que es conferida en el bautismo “nos conforma a la justicia de Dios quien nos hace interiormente justos por el poder de su misericordia” (§ 1992). Aún más, “La justificación establece la cooperación entre la gracia de Dios y la libertad del hombre” (§ 1993). Sobre esta base, en la perspectiva católica, la justicia que lo justifica a uno puede crecer, decrecer o destruirse por completo. La práctica de los sacramentos preservará y aumentará la justificación de uno.

Sin embargo, aun dada la discusión básica presentada más arriba, esto es imposible ya que los pecadores no pueden participar en la obtención de un estatus de justicia ante Dios. La justificación nunca puede estar colocada sobre la base de “obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho” sino que es siempre, y solamente, “por su misericordia” (Tito 3:5).

Frente a tal enseñanza Calvino formuló un profundo razonamiento para mantener la distinción entre justificación y santificación: para preservar la bondad de Dios. Cornelis Venema lo explica

A menos que la justificación sea cuidadosamente distinguida del arrepentimiento [término usado por Calvino, intercambiable con “regeneración”, para la santificación progresiva], la bondad de Dios y su gracia gratuita en Cristo no será adecuadamente apreciada y llegará a ser imposible asegurar la confianza y descanso del creyente en la misericordia de Dios solamente como el único fundamento para la salvación. En consecuencia, Calvino, primordialmente, hace la distinción entre justificación y santificación a fin de preservar el carácter gratuito de la gracia de Dios en Cristo y proveer una base para la seguridad de la salvación. Si se confunden los beneficios del evangelio, de la justificación y santificación, Calvino está convencido de que, inevitablemente, algún crédito por la justicia nos será transferido y la misericordia de Dios será cuestionada. Ya que la justificación es un don gratuito de Dios, y puesto que nosotros nunca poseemos una justicia perfecta propia, es conceptualmente confuso decir que nuestra justificación depende, parcial, o totalmente, de la santificación.

La perspicacia de Calvino es profunda y está bíblicamente arraigada: si la justificación depende de logros humanos y sin embargo está descrita como el don de Dios, la imperfección obvia de de la justicia humana le será imputada a Dios y Su bondad será puesta en duda. Mantener la distinción entre ser declarado justo y el crecimiento en la santidad práctica es, por lo tanto, un asunto de fidelidad no sólo al evangelio sino a la mismísima bondad de Dios.

La Justificación no Produce Santificación

El segundo punto de distinción va en la dirección opuesta: la santificación, estrictamente hablando, no es causada por la justificación. Este error no es tan serio como el anterior, pero todavía es un asunto de comprender correctamente el evangelio y la vida cristiana.

Como ya se ha observado, la justificación y la santidad posicional son similares—la declaración de una posición justa con Dios y una determinación de que el pecador ha sido ahora apartado para Dios. Ambas son el logro objetivo y único de Dios. La relación de justificación y santificación progresiva es un tanto engañosa. Si uno plantea que la justificación da origen a la santificación, entonces parecería natural llegar a la conclusión de que la justificación es—o efectúa—un cambio interior en el pecador. Pero este es, precisamente el error que los Reformadores estaban tratando de evitar: formular la justificación en términos de un cambio interior que provoca santidad práctica que, a su vez, hace al pecador aceptable ante Dios.

Es indiscutible, en la comprensión de Pablo, que la justificación y la santificación progresiva son realidades inseparables. Esta conexión es muy clara en Ro. 6:15-23. En base a la precedente discusión sobre la justificación, Pablo muestra que los creyentes eran esclavos del pecado pero que ahora son esclavos de la justicia y el fruto de esto es la “santificación” (v. 22). “Este es, en efecto, el tema de la presente sección de la Epístola (capítulos vi-viii). Aquellos que han sido justificados están ahora siendo santificados; si un hombre no está siendo santificado, no hay razón para creer que haya sido justificado”. En otras palabras, “la santificación no es meramente la culminación (correlacionar o implicar) de la justificación; es la fe que justifica en funcionamiento. En la fe contada por justicia, nace la presente justicia.” De modo que ambas son inseparables. Pero, ¿significa esto que la justificación produce santificación?

El problema con hacer una afirmación aquí es que la santificación progresiva no parece ser un efecto de una declaración legal. La justificación provoca ciertos beneficios objetivos (una posición justa, aceptación con Dios, paz con Dios, etc.), así que se puede decir que la justificación prepara el escenario para la santificación. Pero la mayor conclusión que podemos sacar de esto es que la vida santa debe surgir de la gratitud por estos beneficios objetivos.

Sin embargo, es muy común ir más allá de lo anterior y suponer que si la santificación no produce justificación lo opuesto debe ser cierto. ¿Cuál es, entonces, la naturaleza de la conexión entre estos dos aspectos inseparables del evangelio?

Discerniendo la Unidad

La importancia de mantener distintas la justificación y la santificación ha sido esbozada, pero su unidad debe ser también adecuadamente conservada a fin de reflejar la plenitud y unidad del mensaje del evangelio.

Importancia de la Unidad

Aunque un poco borrosa, la distinción entre justificación y santificación es peligrosa para el evangelio en sí, y exagerar la distinción es también un potencial riesgo. Es posible sobre enfatizar esta distinción al punto de que llegue a ser una separación. Justificación y santificación pueden llegar a ser tan distintos que dejen de estar vitalmente conectados.

El resultado de dicho paso en falso podría incluir la noción de que uno cree en Jesucristo como Salvador una vez, luego puede o no, postrarse ante El como Señor, en algún punto de su vida más adelante—el mito del cristiano carnal. Esto equivale a la idea de que uno puede experimentar la justificación por la fe sola y disfrutar el beneficio de una relación reparada con Dios pero nunca crecer en santidad personal. Sin embargo, ya ha sido demostrado que esto es inconcebible a la luz del pensamiento del NT.

Unidos en Cristo, el Sustituto

La respuesta a esta sobre corrección es ver que la justificación y la santificación son partes del mismo todo, o—tal vez mejor—que ambas surgen de la misma realidad soteriológica: la expiación sustitutiva y su aplicación en la concomitante realidad de la unión con Cristo. Tanto la justificación como la santificación fluyen de la cruz de Cristo como una parte de Su completa obra redentora. Ambas son otorgadas como parte de la bendición de la salvación, la cual puede ser resumida en el tema Paulino de la unión con Cristo.

Por una parte, como ya ha sido demostrado, la justificación depende de la sustitución—el Padre es capaz de ver a un pecador justificado como justo debido a que ese pecador está unido con Cristo y, por tanto, se presenta bajo la justicia divina la cual Cristo posee como el Hijo de Dios. Por otra parte, la unión con Cristo el sustituto coloca el fundamento para el avance en la santidad práctica. Pablo presenta este punto convincentemente en Ro. 6, cuya enseñanza se puede resumir así, “La muerte de Cristo cuenta como nuestra muerte, y la vida de Cristo es ahora nuestra vida. Por lo tanto, somos aceptados en Cristo y tenemos parte en su vida resucitada”. El resultado de esto, como ya se ha indicado, es “la santificación” (v.22). Entonces se puede decir que tanto la justificación como la santificación están arraigadas en la expiación sustitutiva y su aplicación: la unión con Cristo.

Aun los comentarios de algunos que ven la justificación como el fundamento para la santificación muestran que en realidad le están atribuyendo esta relación a una fuente común que es la expiación sustitutiva. Schreiner nos proporciona un ejemplo agudo tomado de sus comentarios sobre la santificación en Romanos 6: “Lo legal y lo transformador [i.e. justificación y santificación] no están confluyendo juntos aquí, pero podemos ver que lo legal es el fundamento de lo transformador”. Sin embargo, casi de inmediato, el pasa a hablar acerca de cómo la “obra de la cruz de Cristo Jesús, en la cual él cumplió la ley ofreciéndose a sí mismo como ofrenda por el pecado, tiene como su meta la obediencia del creyente (Ro. 8:1-4)”. Este paso muestra que Schreiner en vez de ver la declaración legal de justicia, de parte de Dios, como la base para la santificación, en realidad ve la expiación sustitutiva como la fuente común para ambas.

La forma de Calvino de formular la justificación y la santificación como una “justicia doble” o una “doble gracia” resume satisfactoriamente esta verdad bíblica. Calvino insistía en considerar ambos de estos beneficios de la salvación como regalos co-iguales de Dios que fluían de una fuente común—la cruz. “Al tomar parte [de Cristo], nosotros principalmente recibimos una doble gracia: a saber, que estando reconciliados con Dios mediante la intachabilidad de Cristo, podemos tener en el cielo en vez de un Juez un Padre misericordioso; y en segundo lugar, que siendo santificados por el espíritu de Cristo podemos cultivar la intachabilidad y pureza de vida”. Entonces, para Calvino, “La Santificación no proviene, por así decirlo, de la justificación; proviene, como la justificación, directamente de la cruz. La doble gracia de la salvación está integrada, no por dejar que la santificación invada la justificación, ni por relegar la santificación a un estatus de papel secundario, sino porque ambas pueden trazar su origen hasta Jesucristo”. Siendo así, “La santificación es salvación, tanto como la justificación es salvación. Eso es gracia. No es opcional ni prescindible sino necesaria e inevitable”. Por lo tanto, la unidad de la justificación y la santificación se encuentra “en la obra salvífica de Jesucristo. Pastoralmente, esto significa que el creyente es conducido a la persona de Cristo tanto para justificación como para santidad y que la proclamación del predicador de perdón gratuito y la exhortación a la obediencia, deben ambas descansar en Cristo”. Visualizar la justificación y la santificación como “dos tipos de justicia” tiene mérito sustancial para una teología que sea unificada, adecuadamente sistemática y pastoralmente práctica”.

Conclusión

Empezando con las motivaciones divinas para el acto de la justificación y continuando con el deseo de Dios de que Su pueblo sea santo en sus vidas diarias, se han mostrado las distinciones entre justificación y santificación. Tales distinciones son importantes para mantener un evangelio ortodoxo. Estas distinciones pueden ser resumidas como sigue:

Justificación

Santificación

Objetiva

Subjetiva

Instantánea

Progresiva

Intachabilidad
imputada

Intachabilidad
experiencial

Indicativa

Imperativa

Monérgica

Sinérgica

Dios nos
acepta

Nosotros
imitamos a Dios

La importancia de mantener la unidad de estos dos aspectos de la salvación es evidente. Los puntos de convergencia se pueden ilustrar al decir que tanto la justificación como la santificación son:

  • Posibles por la substitución de Cristo
  • Basadas en la unión con Cristo
  • Autorizadas por el Espíritu Santo
  • Asignadas por la fe
  • Una reflexión del carácter de Dios.

Este estudio termina como comenzó: con los atributos de un Dios que ama pecadores y los arranca del pecado, y los identifica con Su Hijo, quien es su Sustituto. Al ser identificado, el pecador es declarado justificado por la muerte del Sustituto; además recibe nueva vida por la resurrección del Sustituto. De la fuente de gracia expiatoria de Dios, nos llegan la justificación y la santificación.
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Tomado de aqui

NOTAS DEL TRADUCTOR

Todas las citas, a menos que se indique lo contario, han sido tomadas de la Biblia, versión RVR60. © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina.

Notas:

  1. Otros pasajes que asocian justificación y amor de Dios en Cristo incluyen Ro. 5:8-9 y Tito 3:4-7. De hecho, el último contexto parece aplicar los atributos divinos de Ex. 34:6-7 a Jesús mismo, con la resolución del amor y la justicia de Dios encontrados explícitamente en la verdad de la justificación.
  2. Este pasaje se cita con frecuencia para describir un elemento definitivo en el significado de justificación.
  3. Anthony S. Lane, “Justificación por la Fe” en el Diccionario Para la Interpretación Teológica de la Biblia (Grand Rapids: Baker, 2005) 416, provechosamente nos recuerda que aunque la justificación es un concepto legal, “Esto no significa que nuestra relación con Dios pueda ser reducida a términos legales, sino más bien que dichos términos proveen una importante forma, entre otras, para describir la salvación que tenemos en Cristo.
  4. Esto no es para negar que los creyentes “aguardamos por fe la esperanza de la justicia” (Gá. 5:5), implicando una culminación de la obra de la justificación por parte de Dios en el escatón. Lejos de arrojar dudas sobre la certeza o totalidad de la acción justificadora de Dios, la declaración de Pablo hecha aquí muestra que “la justicia es un regalo del final de los tiempos, un veredicto del día del juicio, que ahora ha sido dictado en las vidas de los creyentes sobre la base de la muerte y resurrección de Jesucristo” (Schreiner, Pablo 208).
  5. Pablo usa nuevamente logizomai en 2 Co. 5:19, donde el concepto de “no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados” sirve como un sinónimo de perdón que trae como resultado la reconciliación con Dios.
  6. Aquí Romanos 10:3 sirve como un paralelo parcial que contrasta los intentos propios de un pecador para justicia con la justicia de Dios.
  7. Este punto ayuda para descargar mucha de la energía del debate entre “imputación vs. impartición”. Si los creyentes se convierten en la justicia de Dios en Cristo, la justicia está claramente inherente en él, no en ellos de manera que lo que reciben es una condición de justicia. “Cuando hayamos captado el hecho de que los justos son aquellos que son aceptados por Dios, parte de la controversia concerniente a la justicia imputada o impartida va a quedar de lado. ¿Qué diferencia hace el que se impute o imparta un estatus?
  8. El punto es poder apreciar las características únicas de cada perspectiva en el logro divino de la salvación.