miércoles, agosto 17, 2011

Mortificando los Motivos

Mortifying SinMortificando los Motivos

Algo nuevo ...

Actualmente estoy dirigiendo a un grupo a través del estudio de El Evangelio en la Vida: La Gracia Cambia Todo de Tim Keller, y como tal recientemente volví a leer su comparación entre “Religión” y “Evangelio” (o Legalismo y el Cristianismo Bíblico).

En los últimos años, en línea, al menos, parece que ha habido un resurgimiento de interés en la obediencia enraizado en el agradecimiento. Una rápida búsqueda en Google encontrará variaciones y reproducciones del paradigma mencionado de Keller en la mayor parte de la blogosfera cristiana.

Algo viejo ...

Sin embargo, la mortificación del pecado motivada por el Evangelio no es algo nuevo. Por ejemplo, además de argumentos de las Escrituras Tim Keller en el Evangelio en la Vida, él y otros con frecuencia citan a Juan Calvino, Martín Lutero, Charles Spurgeon, y Jonathan Edwards.

Pero aparte de los sanos de “gran nombre” de la antigüedad, me animaron esta semana a la lectura de una obra de alguien menos conocido. Ralph Erskine (1685-1752), un ministro presbiteriano escocés. El presenta siete diferencias entre la mortificación “legal” y la del “evangelio”, con una de esas diferencias siendo motivo.

Para desafiar a sus motivos del corazón, y para animarle en el evangelio, aquí está una adaptación de la obra de Erskine.

Los Motivos del creyente vs los Motivos de Legalista

  • El creyente no va a servir el pecado, porque está vivo para Dios, y muerto al pecado (Rom. 6:6).
  • El legalista abandona el pecado, no porque él está vivo, sin para que él viva.
  • El creyente mortifica el pecado, porque Dios lo ama.
  • El legalista mortifica el pecado, para que Dios lo ame.
  • El creyente mortifica el pecado, porque Dios es apaciguado hacia él.
  • El legalista mortifica el pecado, para que pueda apaciguar a Dios por su mortificación.
  • El legalista puede ir a una gran distancia, pero todavía sigue siendo para que él puede tener la gloria, haciendo de su propia obra todo el fundamento de su esperanza y consuelo.

Que usted pueda mortificar el pecado esta semana, por la gracia de Dios, en el poder de Su Espíritu Santo, y motivado por la verdad del evangelio de la gloria de Dios.

Nathan W. Bingham

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