jueves, abril 26, 2012

Donde Están Dos o Tres Reunidos

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Por Eric J. Bargerhuff Ph.D.

¿Alguna vez has experimentado un suceso cuando algo sucede y en ese instante usted sabe que se volverá un momento memorable?

Muchas personas recuerdan donde estaban cuando el presidente Kennedy fue asesinado en 1963, o cuando la nave espacial Challenger explotó en 1986, o donde estaban durante el ataque terrorista el 11 de septiembre de 2001. En un lado positivo, memorias como su primer beso, su graduación en la secundaria, el día de su boda, o el nacimiento de su primer hijo son todos momentos importantes que rápidamente y fácilmente vienen a nuestras mentes.

Pero algunas veces los recuerdos de la vida están hechos de cosas simples –nada traumático o dramático. Para mi, una de esos eventos de la vida diaria sucedió hacer varios años cuando Josué, mi hijo de 4 años, y yo estábamos corriendo juntos. Comenzamos a tener una de esas conversaciones simples pero profundas que surgen de vez en cuando.

Era un bello día soleado, y había nubes redondas esparcidas por todos lados en el cielo azul. Mientras andábamos juntos, Josué comenzó con las preguntas, como los hacen los de 4 años:

“papi, ¿Dónde esta Dios?”

Le dije “Bueno, esta en todos lados Josué”

“entonces ¿Por qué no le puedo ver?”

“Bueno, Dios esta qui en l tierra y esta en el cielo también, pero en realidad no le puedes ver hasta que estemos en el cielo. Pero esta aquí aun con nosotros ahora. De hecho, El esta alrededor de nosotros.”

“¿Esta Dios arriba de los árboles?”

“Si, si subes arriba del árbol. Dios esta allí.”

“¿Esta El en el cielo?”

“Si, el esta en el cielo.”

“¿Esta El en las nubes?”

“Si, Josué, Dios esta en las nubes.” (estaba seguro de decirle a su pequeña mente lo que sucedía)

“Papi”

“Si, Josué.”

“Quiero ver a Dios saliendo de las nubes.”

La última declaración sentí que me entristecía que le dije “si, Josué, yo también yo también… un día le veremos.” Una simple conversación curiosa se volvió un momento de adoración para mi, todo por la mente de un jovencito que deseaba entender.

Así que comenzó a una edad temprana con preguntas simples. ¿Dónde esta Dios? ¿Esta Dios con nosotros? ¿Por qué no le pudo ver? Claro, nosotros los adultos sabemos que Dios es espíritu y que dios es invisible. Sabemos que la Biblia enseña que El es omnipresente. En otras palabras, Dios (en todo su ser) esta presente en todos lados dentro de su creación (sin embargo es completamente distinto de ella). El no esta limitado al espacio y al tiempo. Esta es la implicación de lo que David dice en el Salmo 139:7-10, cuando escribe:

7¿Adónde me iré de tu Espíritu, o adónde huiré de tu presencia? 8Si subo a los cielos, he aquí, allí estás tú; si en el Seol preparo mi lecho, allí estás tú. 9Si tomo las alas del alba, y si habito en lo más remoto del mar, 10aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra.

David creía que Dios estaba en todos lados en todo momento. El no podía escapar de Su presencia.

Pero no es la única manera en que la Biblia habla de la presencia de Dios. Quizás la más dramática manera en que Dios revela Su presencia es en la persona de Jesucristo. Este es el milagro conocido como la encarnación, el momento cuando Dios entro en la historia humana y se hizo carne para redimir a aquellos que creen en su vida, muerte y resurrección de los muertos.

En una manera muy diferente, conocemos que el Espíritu de Dios (totalmente Dios mismo) ha escogido residir en los corazones de aquellos que confían en Cristo para su salvación. Los que creen en Cristo reciben el don de la morada del Espíritu Santo y experimentan a Dios en una manera real y personal. El no solo vive con nosotros sino que también vive dentro de nosotros.

Así que es justo decir que Dios de hecho manifiesta su presencia en maneras que son verdaderamente discernible y conocible. Y muy a menudo cuando leemos de la presencia de Dios en la Biblia, es acompañada con la idea de que donde sea que este, hay bendición.

Todo esto nos lleva a un versículo a menudo citado en los círculos cristianos ¾uno que es ampliamente tomado fuera de contexto y mal usado. ¿Cuántas veces ha estad en una reunión de oración o en un servicio de adoración y ha escuchado las palabras de Jesús de Mateo 18:20?

Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.

Es una gran promesa , para ser seguros. Cristo nos dice que cuando la iglesia se reúne, puede descansar segura de que el esta espiritualmente presente con ellos. Per la cuestión es esta: en el contexto de Mateo 18, ¿con que propósito estaba reunida la iglesia? ¿Para oración? ¿Para adorar? ¿Para comunión? Le podría sorprender darse cuenta que no es para ninguna de las anteriores.

Ahora, vamos a ser justos aquí. Seguramente cuando los cristianos se reúnen para oración, adoración, comunión e incluso evangelismo, pueden descansar y tener confianza de en la promesa de Cristo que El siempre va a estar con ellos, “hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20). Así que en general, tenemos toda razón para creer que el esta con nosotros en un sentido individual y en un sentido corporativo.

Pero en el pasaje de Mateo 18 tiene un matiz específico aquí. No esta hablando acerca de reuniones de oración. No esta hablando de adoración. De hecho, no esta hablando de la comunión cristiana en general tampoco. Jesús esta hablando acerca de la disciplina de la iglesia.

En Mateo 18, Jesús esta instruyendo a los discípulos y a todos los que le siguen, como deben manejar situaciones de pecado y conflicto interpersonal. Sus instrucciones acerca de esto inmediatamente siguen a su parábola acerca de la oveja perdida (la cual enfatiza el restaurar a alguien que se ha apartado) y precede a la parábola del siervo injusto (la cual se trata acerca de tener voluntad de cancelar y perdonar una deuda pendiente).

Por lo tanto, los temas que están presentes en este contexto son el perdón, la restauración, y la reconciliación con un hermano o hermana que ha pecado en contra de usted o que se ha apartado. Jesús provee algunos pasos prácticos que deben tomarse para reconciliar o restaurar una relación rota, una relación violada o destrozada por causa del pecado. El primer paso es privado:

Y si tu hermano peca, ve y repréndelo a solas; si te escucha, has ganado a tu hermano.

Esencialmente Jesús esta enseñando que el pecado interpersonal y el conflicto no debe ser ignorado o minimizado, porque los cristianos en general deben comprometerse a mantener relaciones sanas, saludables, y completamente reconciliadas. Después de todo, esto es finalmente porque Cristo murió, para que pudiésemos ser primero reconciliados con Dios y segundo, para ser reconciliados unos al otro. Así debemos mantener y proteger nuestras relaciones del pecado, especialmente aquellas relaciones entre creyentes.

Algunas traducciones de la Biblia omiten las palabras “contra” (RV) [como la LBLA] para que el texto diga simplemente “si tu hermano peca.” Esto es porque algunos manuscritos antiguos no llevaban las palabras contra ti en el texto. Pero de cualquier manera, ya sea que el pecado sea cometido “contra ti” o no, es necesario que los cristianos aborden el tema del pecado en la iglesia. Porque como Pablo dice en Gálatas 6:1…

Hermanos, aun si alguno es sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradlo en un espíritu de mansedumbre…

Por lo tanto, Jesús prescribe un paso inicial de una conversación privada y personal entre cristianos, la meta de la misma es el perdón y la reconciliación. Es una confrontación y conversación necesaria que debe realizarse en humildad y amor. Manteniendo el aspecto privado y en una comunidad lo mas pequeña posible es ideal para que cualquier malentendido pueda ser aclarado, o para que la reconciliación tome lugar en una manera que no permita que el pecado se expanda a otros.

Además, si es aclarado, perdonado y llevado a este nivel, es improbable que se vuelva un tema que haga un chisme o se discuta en maneras no sanas entre los demás. Idealmente, así es como todos los pecados interpersonales y conflictos deben ser tratados para que el caos pueda ser serrado en un paso.

Sin embargo, esto no es siempre posible. Jesús afirma que si las cosas no pueden ser resueltas en este nivel, es necesario incluir a otros. En Mateo 18:16 dice:

Pero si no te escucha, lleva contigo a uno o a dos más, para que TODA PALABRA SEA CONFIRMADA POR BOCA DE DOS O TRES TESTIGOS.

Hay muchos propósitos para esto. Primero, añade un nivel de seriedad necesaria para la reconciliación. En segundo lugar, los testigos puede asegurar que la confrontación sea manejada correctamente si el asunto necesariamente procese al siguiente nivel (y esto debe suceder solamente si el paso dos no funciona). En tercer lugar, estos dos o tres creyentes adicionales pueden servir como un objetivo a terceras partes que pueden ir juntos y ayudar en el proceso de perdón y reconciliación.

Jesús obviamente esta enseñando que el pecado no arrepentido es un asuntos serio entre cristianos. Y el apóstol Pablo mas tarde advertiría a la iglesia en Corinto a manejar el asunto del pecado rápidamente y oportunamente, “¿No sabéis que un poco de levadura fermenta toda la masa?” (1 Cor 5:6). En otras palabras, el pecado que continua sin corregir o ignorado puede ser devastador al testimonio de la iglesia y puede ser destructivo para relaciones dentro de la comunidad cristiana. De hecho, ¡puede influenciar innecesariamente a otros a pecar también!

Como similarmente se dijo antes, si el incidente puede ser resuelto aquí en este nivel (paso dos), entonces los que están involucrados deben regocijarse, y estar de acuerdo en mantenerlos privado, y prometer no traerlo de nuevo otra vez. Pero en los mas severos casos, donde el perdón, la reconciliación y la restauración no sucede, el asunto deben necesariamente proceder a un paso tres más sombrío:

Y si rehúsa escucharlos, dilo a la iglesia; y si también rehúsa escuchar a la iglesia, sea para ti como el gentil y el recaudador de impuesto.

Aquí entonces esta el circulo mas amplio posible de rendición de cuentas. Lo que inicialmente era privado ahora se vuelve un asunto más público. Y aquí es donde la madurez espiritual de la iglesia deba ponerse a prueba. Lógicamente, puede verse que el liderazgo de la iglesia debe estar prevenido de la situación primero para que los intento de reconciliación puedan ser hechos a ese nivel. Quizás algunos de ellos ya están involucrados en el paso dos. Pero de cualquier manera, si la reconciliación aun no es lograda, Jesús esencialmente manda que el problema sea llevado delante de la membresía.

¿Por qué? Porque el pecado no arrepentido es un asunto serio para el que esta rehusándose a reconocerlo y volverse de el. Además, es en este nivel que los esfuerzos más amplios posibles pueden ser hechos para intentar alcanzar al que se ha apartado. Aquí es donde cualquiera que tiene una relación con el impenitente puede llegar a él en un intento de “ganarlo.” Aquí es donde la iglesia verdaderamente asimila lo que significa ser perdonado y una comunidad que perdona.

Es cierto que, no muchas iglesias hoy en día están dispuestas a practicar este paso, principalmente porque han malentendido el motivo o lo confunden con alguna forma de juicio ó castigo incorrecto. Pero nada de eso es cierto. Justo como lo mencionamos en el capítulo anterior, la iglesia tiene una obligación de hacer juicios morales sobre casos de pecado no arrepentido dentro de la iglesia (1 Corintios 5:12). Más aun, nada de esto debe ser visto como un castigo, puesto que Cristo ya ha recibido el castigo total por nuestros pecados en la cruz.

Por lo tanto, no tenemos opción sin ver esto como un acto de la gracia, un intento desesperado de alcanzar y restaurar a un hermano ó hermana caído y anda en mal camino. Recuerde, esto sigue a la parábola de Jesús acerca de la oveja perdida, y a esto es a lo que Jesús esta diciendo que la iglesia debe comprometerse –a amar a la oveja perdida que se ha apartado al salir a buscarla. El objetivo que es la reconciliación y no el castigo. La misericordia no solo viene al pueblo de Dios sino que procede a través del pueblo de Dios como un instrumento de su amor.

Imagine el regocijo que llena a la iglesia si es que este paso termina siendo exitoso. Si el no arrepentido viene al arrepentimiento y es totalmente restaurado a Dios y a su iglesia. Al; igual que el hijo pródigo regresando a su padre, habrá regocijo, celebración y agradecimiento (Lucas 15:11-12). Sospecho que al evento transformaría al congregación. Jesús sabía esto, y sospecho estos es la razón de haberlo prescrito como mandamiento.

Pero eso que es el ideal, no siempre resulta realidad. Y Jesús sabia esto también, y por esto dice a sus discípulos que si el no arrepentido rehúsa a escuchar o responder a los intentos amoroso de reconciliación que procedan hacia la iglesia, y luego la iglesia no tendría opción sino reconocer que esta persona ha decidido endurecer su corazón y excluirse así mismo de la iglesia debido a su negativa de volverse y recibir perdón. Y en los días de Jesús, esto sería el equivalente a serlo como un pagano o como recaudador de impuestos (los recaudadores de impuestos eran a menudo corruptos en el sistema romano de la época). Estos serían personas que estaban claramente fuera de la comunidad de fe reconocida.

La iglesia no tendría opción sino removerlo formalmente de la comunidad. Esto no significa que todo el que permanece en la iglesia es perfecto. Todos somos pecadores. Pero ese no es el asunto. El asunto es acerca de alguien que endurece su corazón hacia su pecado y rehúsa reconocerlo y volverse de el. Cuando esto sucede, la iglesia esta obligada por nadie mas que Cristo mismo a despedirlo de la comunidad de fe reconocida. Esto es un sombrío pero humilde paso necesario.

Como cristianos, nuestra meta debe ser nunca rendirnos sobre alguien. Así que aún si la iglesia tiene que mover o excluir a alguien de la comunidad, debe estar intentando alcanzar a esa persona y ganarla para el Señor.

Aquí es donde nuestro mal entendido versículo encuentra si correcto contexto. Después de establecer la autoridad de la iglesia y la sanción celestial para tomar tal acción., Jesús promete su presencia en una manera única. Aquí está entonces el pasaje completo:

Además os digo, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan aquí en la tierra, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos. (Mateo 18:19-20)

Jesús esta diciendo que siempre que la iglesia este buscando y este involucrada en un proceso de reconciliación con alguien que ha rehusado a arrepentirse, puede descansar segura de que la bendición de Dios esta con ellos en sus esfuerzos. En otras palabras, mientras la iglesia toma decisiones judiciales sobre asuntos de bien o mal que están basadas en la verdad de la Palabra de Dios, ellos deben estar confiados de que están realizando lo correcto y que Cristo mismo esta justo con ellos, espiritualmente presente en medio de ellos.

Después de todo, el es el Dios de reconciliación. Y el que les ha ordenado a ser agentes de reconciliación también. La iglesia está actuando en el nombre de Dios, y por tanto tiene una sanción divina mientras busca la unidad y pide la bendición de Dios en algo que es ciertamente difícil. Esto entonces es el verdadero significado y el contexto para la frase “donde están dos o tres reunidos.” Se trata de la presencia de Dios en asuntos judiciales de reconciliación.

Hoy, cuando escucho Mateo 18:20 mal usado, no voy inmediatamente a corregir a la persona que lo ha dicho. Por lo general tienen buenas intenciones. Porque es verdad que cuando dos o tres creyentes están reunidos, o incluso cuando mil o veinte mil creyentes están reunidos, nuestro omnipresente Dios esta allí con ellos.

Pero lo mismo puede decirse para alguien que está buscando el rostro de Dios en privado. En efecto, Jesús mismo enseñó en su Sermón del Monte que debemos estar practicando oración regularmente en los confines de nuestros aposentos. Porque el Padre celestial, quien ve lo que se hace en secreto, nos recompensará (Mateo 6:6). Dios con seguridad esta con nosotros.

La línea de fondo es esta: Mateo 18:15-20 es un pasaje desafiante de aplicar. Tratar con asuntos de pecado puede ser duro. Pero aquellos que buscan ser fieles a Dios en llevarlo a cabo, pueden contar con la presencia única de Dios para bendecir sus esfuerzos.

Debemos estar ansiosos de reunirnos como creyentes en la presencia del Señor para dorarle, orarle y tener comunión con El y experimentar Su gracia. Y para ese fin, debemos ser diligentes. En efecto somos su pueblo, y como Mateo 18 enseña, somos sus agentes de perdón y reconciliación también.

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