martes, noviembre 13, 2012

Jesús Muere Sólo Por Las Personas

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por Jesse Johnson

¿Por qué dice Jesús que todos los pecados pueden ser perdonados a “los hijos de los hombres” (Marcos 3:28)?

 

Marcos 3 cuenta con una frase inusual por su torpeza aparente. En su reprensión de los escribas, Jesús les acusa de haber cometido el pecado imperdonable, que por supuesto es la blasfemia contra el Espíritu Santo. Si bien hay muchos debates sobre qué es exactamente lo que significa cometer este pecado, un hecho importante es a menudo pasado por alto en esta discusión: antes de condenar a los escribas por cometer el pecado imperdonable, Jesús hace una declaración asombrosa. Afirma que “todo tipo de blasfemia pueden ser perdonados a los hijos de los hombres...”

¿Por qué Jesús usa la frase “hijos de los hombres”? Esta es la única vez registrado en que Jesús usó esa frase para describir a los seres humanos, y que se destaca por ser antinatural. Después de todo, ¿alguna vez ha dicho “los hijos de los hombres”?

El contexto de Marcos 3 está lleno de actividad demoníaca. Satanás tentó a Jesús (Marcos 1), y Jesús comenzó su ministerio público echando fuera un demonio. Pero aún más recientemente, mientras Jesús fue llevado al campo, su ministerio ha estado en contacto cada vez mayor con los demonios. La gente empezó a llevarle a Jesús a los que estaban poseídos por un demonio, y los demonios reconocieron su creador. Ellos lo identificaron como el Hijo de Dios, y ellos tenían miedo. Por su parte, Jesús les ordenó guardar silencio y de no decirle a otros acerca de su identidad.

Y entonces llegaron los escribas. Los enviaron desde Jerusalén, se suponía que debían llegar al fondo de todo el fenómeno de Jesús. Ellos observaron a Jesús y lo vieron sanar, echar fuera demonios, resucitar a los muertos, y predicar el evangelio. Después de todo eso, llegaron a la conclusión de que Jesús mora en realidad por el poder de Satanás.

En su reprensión a los escribas, Jesús establece una clara distinción entre los ángeles caídos y personas caídas. Los demonios reconocieron a Jesús, que es algo que los escribas se negaron a hacerlo; ventaja para los demonios. Pero el evangelio no es para el diablo y sus secuaces. No hay perdón de pecados, ninguna expiación sustitutiva, y ninguna imputación de la nunca beneficiarán a los ángeles. El evangelio no es para ellos.

Lo mismo no puede decirse de los escribas. Debido a que son descendientes de Adán, el evangelio es ostensiblemente para ellos. Si se arrepienten, a pesar de su blasfemia, el perdón puede ser suyo.

Es fácil envidiar a los ángeles. Pueden volar, pueden entrar en la presencia de Dios, y ellos no mueren. Pero tampoco pueden ser salvados de sus pecados.

Hay ventajas de ser un ángel. Sería genial volar, y sería liberador no tener que enfrentarse a una muerte física. Sería una bendición indecible tener acceso a Dios, cara a cara, ahora mismo.

Pero es aún mejor tener a Jesús diciendo que cualquier tipo de pecado puede ser perdonado a “los hijos de los hombres” por la fe en el evangelio.

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