miércoles, noviembre 14, 2012

TULIP y Teología Reformada: Elección Incondicional

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Por RC Sproul

 

La visión reformada de la elección, conocida como la elección incondicional, significa que Dios no prevé una acción o estado de nuestra parte que Le induzca a salvarnos. Más bien, la elección se basa en la decisión soberana de Dios para salvar a quien Él se complace en salvar.

En el libro de Romanos, nos encontramos con una discusión de este difícil concepto. Romanos 9:10-13 dice: "Y no sólo esto, sino también cuando Rebeca concibió de uno, de Isaac nuestro padre (pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama), se le dijo: El mayor servirá al menor. Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí.” Aquí el apóstol Pablo está dando su exposición de la doctrina de la elección. Él se ocupa de manera significativa en Romanos 8, pero aquí se ilustra la enseñanza de la doctrina de la elección por volver al pasado del pueblo judío y mirando a las circunstancias que rodearon el nacimiento de los gemelos Jacob y Esaú. En el mundo antiguo, era costumbre que el hijo primogénito recibiera la herencia o la bendición patriarcal. Sin embargo, en el caso de estos gemelos, Dios invirtió el proceso y dio la bendición, no al mas grande, sino al más joven. El punto que elabora el apóstol aquí es que Dios no sólo hace esta decisión previa a los nacimientos de los gemelos, lo hace sin tener en cuenta a nada de lo que iban a hacer, ya sea bueno o malo, de modo que los propósitos de Dios puedan mantenerse. Por lo tanto, nuestra salvación no se basa en nosotros, sino que se basa únicamente en la decisión bondadosa y soberana de Dios.

Dios no prevé una acción o estado de nuestra parte que le induzca a salvarnos. — RC Sproul

Esto no quiere decir que Dios va a salvar a la gente ya sea que vengan a la fe o no. Hay condiciones que Dios decreta para la salvación, no menor de estas es poner una confianza personal en Cristo. Sin embargo, esa es una condición para la justificación, y la doctrina de la elección es algo más. Cuando estamos hablando de la elección incondicional, estamos hablando de un confín muy estrecho de la doctrina de la elección en sí.

Así, entonces, ¿sobre qué base Dios elige salvar a ciertas personas? Es sobre la base de algún tipo de reacción prevista, respuesta, o actividad de los elegidos? Muchas personas que tienen una doctrina de la elección o predestinación lo ven de esta manera. Ellos creen que en la eternidad pasada Dios miró hacia abajo a través de los corredores del tiempo y sabía de antemano quien diría si a la oferta del evangelio y quien diría que no. Sobre la base de estos conocimientos previos de aquellos que cumplen la condición para la salvación, —es decir, que expresan fe o creen en Cristo— Él elige salvarlos. Esta es la elección condicional, lo que significa que Dios distribuye su gracia electiva sobre la base de alguna condición prevista que los seres humanos cumplen.

La elección incondicional es otro término que creo que puede ser un poco engañoso, así que prefiero usar el término elección soberana. Si Dios elige soberanamente otorgar su gracia a algunos pecadores y retener su gracia a otros pecadores, ¿hay alguna violación de la justicia en esto? ¿Los que no reciben este regalo reciben algo que no se merecen? Por supuesto que no. Si Dios permite que perezcan estos pecadores, ¿e les está tratando injustamente? Por supuesto que no. Un grupo recibe la gracia, y el otro recibe la justicia. Nadie recibe la injusticia. Pablo anticipa esta protesta: “¿Hay injusticia en Dios?” (Rom. 9:14 a). Él contesta con la respuesta más contundente que pueda reunir. Yo prefiero la traducción: “Dios no lo quiera” (v. 14b). Luego continua ampliando esta respuesta: “Porque él dice a Moisés: ‘Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca’” (v. 15). Aquí el apóstol les recuerda a sus lectores de lo que habló Moisés siglos antes, a saber, que es el derecho divino de Dios ejecutar clemencia cuando y donde Él lo desee. Él dice que desde el principio, “Tendré misericordia del que yo tenga misericordia.” No está en aquellos que cumplen con ciertas condiciones, sino en los que Él se complace en otorgar el beneficio.

En el próximo post, vamos a considerar la L de TULIP, la Expiación Limitada.

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