martes, febrero 05, 2013

¿Qué significa Permanecer en Cristo?

clip_image001¿Qué significa Permanecer en Cristo?

Por Sinclair Ferguson

La exhortación a “permanecer” ha sido frecuentemente mal entendida, como si se tratara de una experiencia especial, mística e indefinible. Pero Jesús deja claro que en realidad implica una serie de realidades concretas.

En primer lugar, la unión con el Señor depende de Su gracia. Por supuesto que estamos activamente y personalmente unidos a Cristo por la fe (Juan 14:12). Pero la fe en sí se basa en la actividad de Dios. Es el Padre quien, como el Jardinero divino, nos ha injertado en Cristo. Es Cristo, por Su Palabra, que nos ha limpiado para prepararnos para la unión con Él (15:3). Todo es soberano, todo es por gracia.

En segundo lugar, la unión con Cristo significa ser obediente a Dios. Permanecer involucra nuestra respuesta a la enseñanza de Jesús: “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros ...” (Juan 15:7 a). Pablo se hace eco de esta idea en Colosenses 3:16, donde escribe: “La palabra de Cristo habite en abundancia en vosotros,” una declaración muy relacionada con su exhortación paralela en Efesios 5:18: “Sed llenos del Espíritu.”

En pocas palabras, permanecer en Cristo significa permitir que Su Palabra llene nuestras mentes, dirija nuestras voluntades y transforme nuestros afectos. ¡En otras palabras, nuestra relación con Cristo está íntimamente ligada a lo que hacemos con nuestras Biblias! Entonces, por supuesto, en tanto la Palabra de Cristo more en nosotros y el Espíritu nos llene, vamos a empezar a orar de una manera consistente con la voluntad de Dios y descubrir la verdad de la promesa de nuestro Señor a menudo mal aplicada: “pedid lo que queráis y os será hecho.” (Juan 15:7 b).

En tercer lugar, Cristo subraya otro principio: “Permaneced en mi amor” (15:9), y afirma muy claramente lo que esto implica: el creyente descansa su vida en el amor de Cristo (el amor de Aquel que da su vida por Sus amigos, v. 13).

Este amor se nos ha demostrado en la cruz de Cristo. Nunca debemos dejarnos a la deriva de la contemplación diaria de la cruz como la demostración irrefutable de ese amor, o de la dependencia del Espíritu que se derramo en nuestros corazones (Rom. 5:5). Por otra parte, permanecer en el amor de Cristo es una expresión muy concreta: la simple obediencia prestada a Él, es el fruto y la evidencia de amor por Él (Juan 15:10-14).

Por último, somos llamados, como parte del proceso permanente, a someternos a cuchillo podador de Dios en las providencias por las que corta toda deslealtad y, a veces todo lo que no es importante, a fin de que podamos permanecer en Cristo de todo corazón tanto más .

Este post ha sido adaptado del libro de Sinclair Ferguson, In Christ Alone .

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