viernes, marzo 29, 2013

De Primera Importancia: la Cruz y la Resurrección, En el Centro

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por Albert Mohler

La fe cristiana no es una mera colección de doctrinas - un saco de verdades. El cristianismo es una pretensión de verdad integral que abarca todos los aspectos de la doctrina revelada, pero se centra en el evangelio de Jesucristo. Y en tanto la predicación apostólica lo deja claro, el evangelio es la prioridad.

El apóstol Pablo afirma esta prioridad cuando escribe a los cristianos de Corinto. En los primeros versículos de1 Corintios 15, Pablo expone su caso:

1 Cor 15:1 Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; 2 por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano. 3 Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; 4 y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; 5 y que apareció a Cefas, y después a los doce. 6 Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen. 7 Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles; 8 y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí. 9 Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios. 10 Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo. 11 Porque o sea yo o sean ellos, así predicamos, y así habéis creído.

Pablo señala directamente a los acontecimientos de la cruz y de la resurrección de Cristo. Él no está preocupado por cualquier evangelio, sino con el único evangelio que salva. Este es "el evangelio que os he predicado," Pablo recuerda a los corintios. El mismo Pablo, que con tanta fuerza advirtió a los Gálatas en contra de aceptar un evangelio falso recuerda a la iglesia de Corinto que el verdadero "evangelio que os he predicado" es el evangelio "por el cual también sois salvos." Su mayordomía del evangelio se subraya en las palabras de Pablo, "si retenéis la palabra que os he predicado".

La declaración de Pablo de prioridad es un correctivo vital para nuestros tiempos confusos. Sin duda, Pablo escribe con urgencia acerca de las verdades que son "como de primera importancia." Toda la verdad revelada es de vital importancia, de valor incalculable, la verdad transformadora de vida en la que cada discípulo de Cristo es plenamente responsable. Sin embargo, ciertas verdades son de suma importancia, y ese es el lenguaje que Pablo usa sin calificativos.

Y lo que es de primera importancia? "Que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras," y "y que resucitó al tercer día según las Escrituras." La cruz y la tumba vacía se mantienen en el centro de la fe cristiana. Sin esto, no hay buenas noticias – no hay salvación.

Pablo va directo al meollo de la cuestión al establecer esas verdades que son "de primera importancia". Siguiendo su ejemplo, no podemos hacer menos. Estas verdades gemelas permanecen “como de primera importancia,” y ningún sermón está completo sin la afirmación explícita de la muerte y resurrección de Jesucristo. Así fue entonces, así lo es ahora, y así lo será hasta que Cristo reclame su iglesia.

Como Pablo les recordó a los corintios - y ahora nos enseña - el evangelio está en el centro de nuestra fe, y la cruz y la tumba vacía están en el centro del evangelio. "así predicamos, y así habéis creído," Pablo nos anima. [1 Cor. 15:11]

Que el poder de la cruz y la victoria de la tumba vacía llenen cada púlpito, cada banca y cada corazón cristiano - y que la Buena Noticia del Evangelio sea acogida con alegría por los pecadores en necesidad de un Salvador.

ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.. [1 Corintios 15:56-58]

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