miércoles, abril 17, 2013

¿Por Qué Jesús Dejó Morir a la Hija de Jairo?

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¿Por Qué Jesús Dejó Morir a la Hija de Jairo?

Por Jesse Johnson

(Imagen: Ilya Rypin, la Resurrección de la Hija de Jairo, 1871) Recientemente he predicado sobre el pasaje de Marcos 5, donde Jesús sanó a una mujer sin nombre que había estado sangrando durante doce años. Uno de los elementos más llamativos de este pasaje es que Jesús tenía al rico y poderoso Jairo esperando mientras él no sólo sanaba a la mujer, sino luego pasó a enseñarle acerca del evangelio (al parecer por horas). De hecho, Jesús pasó mucho tiempo enseñándole a ella, mientras lo hacía, la hija de Jairo murió.

¿Por qué Jesús se retraso?¿Por qué dejó que la hija de Jairo muriese?¿No sabía que estaba a punto de morir? Existen al menos tres razones:

1) Jesús se detenía con el fin de resaltar la importancia de su enseñanza.

Esta era una cuestión de vida o muerte, y él optó por enseñar el Evangelio a la gente en lugar de salvar la vida de muchacha. Los que creían en el evangelio fueron obviamente hipnotizados por esto, pero los que lo rechazaron vieron a Jesús con desdén..Usted puede incluso ver en sus palabras, cuando llega la noticia de que el retraso de Jesús costó la vida de la niña, Jairo de séquito le dice: ¿para qué molestas más al Maestro?” Puede leer el desdén en su voz, y casi se puede sentir su sarcasmo en su uso de la palabra maestro. Es exactamente esta enseñanza la que le costó la vida a la muchacha.

Lo cual, por cierto, no es nada nuevo en el Evangelio de Marcos. Esto ha estado sucediendo desde el comienzo del ministerio de Jesús. Marcos presenta a Jesús tratando de enseñar, pero siendo interrumpido por los que quieren ser sanados (Marcos 1:22-23, 32). Esto ocurría con tanta frecuencia que Jesús se perdía en la noche para escapar de la multitud (Marcos 1:33-38). En Marcos 2, finalmente parece haber resuelto el dilema mediante la enseñanza en una casa, pero los amigos del paralítico excavan por el techo para bajarlo a los pies de Jesús (Marcos 2:02)! En Lucas, Jesús finalmente reprende la multitud sólo por venir a él para sanidad, sin preocuparse por su enseñanza, y luego les dice que no les va a dar más señales, excepto la de su resurrección (Lucas 11:29-30). Pero –como lo sabe, cuando las personas continúan llevando a sus enfermos a ellos, el aún los sanaba. Existe esta tensión evidente entre la sanidad y la enseñanza, y Jesús vino como un maestro, no un curandero, sin embargo, debido a su constante compasión, sanó a todos los enfermos que se cruzaron en su camino. Nunca le dio la espalda a una única necesidad, y sin embargo, nunca dejó a su multitud sanada fuera de su enseñanza.

2. Jesús tuvo a Jairo esperando el fin de resaltar la importancia de la mujer anónima que había sanado.

Esa pobre mujer había estado enferma durante doce años –la misma cantidad de tiempo que la hija de Jairo había estado viva. Ella era anónima, indigente, sucia, olvidada y una marginada. Mientras tanto, Jairo era conocido, rico, un líder religioso, y estimado en la ciudad. Sin embargo, Jesús no estaba preocupado por la posición social de Jairo, y no descartó la mujer anónima por carecer de ella. Él no hace acepción de personas, y no se dejó impresionar por el estatus social. En cambio, él hizo esperar Jairo, mientras enseñaba a la mujer y la multitud. Lo que también explica por qué el personal de Jairo era tan incrédulo con Jesús. ¿No sabía quien era Jairo? Bueno, sí ... pero él no estaba impresionado. Estaba más impresionado con la fe de la mujer que navegaba en la multitud, se abrió a sí misma a la vergüenza pública, todo por la fe en Jesús como el Cristo.

3. Jesús permitió que la hija de Jairo muriese para que pudiera resucitar de entre los muertos.

En cierto sentido, esto es exactamente igual que cuando Jesús oyó que Lázaro estaba enfermo. Esperó días hasta que Lázaro murió y fue a él. ¿Por qué? Para que todo el mundo viese el poder de Dios en la vida de Jesús. En Marcos 5, Jesús quería resucitar a la niña de entre los muertos para demostrar su poder, para mostrarse a sí mismo como el autor de la vida, y también para poner de relieve su papel mayor que el de Eliseo, que también resucitó a un niño muerto en una situación muy similar. Pero mientras que Eliseo tenía pánico, corrió a la cama del niño y luego trató desesperadamente de resucitarlo (2 Reyes 4) resucitar, Jesús caminó tranquilamente allí. Operó en su tiempo libre, y a diferencia de la desesperación de Eliseo, Jesús simplemente tomo la mano del niño y le susurro algo. Cuan dramática debe haber sido la escena, y sólo ocurrió porque Jesús tenía la fe suficiente para esperar y enseñar, en vez de correr y resucitarla.

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