viernes, abril 26, 2013

Principios para Vivir para la Gloria de Dios: Evangelismo

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Principios para Vivir para la Gloria de Dios: Evangelismo

Por John MacArthur

Como aquellos que buscan vivir la Gran Comisión (Mateo 28:18-20), los cristianos siempre deben considerar cómo sus acciones afectarán su testimonio a un mundo que observa.

Hablando de su propio ministerio evangelístico, Pablo escribió:

No seáis motivo de tropiezo ni a judíos, ni a griegos, ni a la iglesia de Dios; así como también yo procuro agradar a todos en todo, no buscando mi propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos. (1 Corintios 10:32-33)

Pablo estaba mucho más preocupado de ver pecadores abrazando a Cristo de lo que estaba en el ejercicio de su libertad. Así que estaba dispuesto a dejar de lado su libertad por el bien del evangelio (1 Corintios 9:19-23).

Independientemente de si usted es consciente de ello, su comportamiento —tanto lo que haces como lo que no hace— afecta su testimonio de Cristo. Es un tema del testimonio: ¿Qué es lo que dice tu vida de Dios a los amigos, parientes, compañeros de trabajo, vecinos o incluso extraños que puedan estar mirando?

Ese es el punto que Pablo hace en Romanos 14:16-18:

Por tanto, no permitáis que se hable mal de lo que para vosotros es bueno. Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia y paz y gozo en el Espíritu Santo. Porque el que de esta manera sirve a Cristo, es aceptable a Dios y aprobado por los hombres..

La declaración operativa allí no “aprobado por los hombres.” Pablo no está hablando acerca de ser un hombre complaciente –está hablando sobre la recomendación positiva de su estilo de vida por las personas que lo están viendo.

Usted probablemente ha conocido personas que se llaman a sí mismos cristianos y proclaman su amor por el Señor, pero tienen estilos de vida que son muy similares a los del mundo. Los creyentes que habitualmente viven en los márgenes de libertad hacen que sea difícil diferenciarse del mundo. Ellos tienen dificultad para comunicar el valor y el poder del evangelio a las personas que no ven ninguna diferencia clara en cómo viven sus vidas.

Los creyentes que no abusan de su libertad viven los testimonios más distintivos y poderosos del poder transformador de la vida de Dios. Las restricciones autoimpuestas en su vida —informada por principios bíblicos— muestran visualmente la obra continua de Cristo en su corazón a un mundo que está constantemente vigilando, incluso cuando menos lo sospeche.

Su testimonio más fuerte y más claro es rara vez las palabras que dice –las personas son mucho más propensos a ver cómo viven y sacan conclusiones sobre el valor y la realidad de su fe, basadas en su estilo de vida. El mundo incrédulo está prestando atención, y tenemos que luchar por ser manifiestamente diferentes de nuestra cultura pecaminosa. Por el bien del evangelio, tenemos que estar al margen del mundo, mientras estamos viviendo en él.

Así que cuando nos enfrentamos a una decisión en un área de la vida que la Escritura no habla específicamente, tenemos que preguntar: ¿Participar en esta actividad adornara el evangelio, o empañara la verdad?

Su testimonio o bien cuenta la verdad sobre Dios, o que dice una mentira. Las decisiones que tomamos en las zonas grises deben reflejar su preocupación por no llevar una ofensa a la reputación de Dios, sino en su lugar traerle alabanza.

(Adaptado de Right Thinking in a World Gone Wrong .)


Disponible en línea en: http://www.gty.org/resources/Blog/B130425
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