lunes, agosto 05, 2013

¿Qué Significa Permanecer en Cristo?

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¿Qué Significa Permanecer en Cristo?

Por Sinclair Ferguson

 

La exhortación a “permanecer” ha sido con frecuencia mal entendido, como si se tratara de una experiencia especial, mística, e indefinible. Pero Jesús deja en claro que en realidad implica una serie de realidades concretas.

En primer lugar, la unión con el Señor depende de Su gracia. Por supuesto que estamos unidos activa y personalmente a Cristo por la fe (Juan 14:12). Pero la fe misma se basa en la actividad de Dios. Es el Padre quien, como el Jardinero divino, nos ha injertado en Cristo. Es Cristo, por Su Palabra, que nos ha limpiado para ajustamos a la unión con Él (15:3). Todo es soberano, todo es de gracia.

En segundo lugar, la unión con Cristo significa ser obediente a El. Permanecer implica nuestra respuesta a la enseñanza de Jesús: “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros ...” (Juan 15:7 a). Pablo se hace eco de esta idea en Colosenses 3:16, donde escribe: “La palabra de Cristo habite en abundancia en vosotros,” una declaración muy relacionada con su exhortación paralela en Efesios 5:18: “sed llenos del Espíritu.”

En pocas palabras, permanecer en Cristo significa permitir que Su palabra llene nuestras mentes, dirija nuestra voluntad, y transforme nuestros afectos. ¡En otras palabras, nuestra relación con Cristo está íntimamente ligada a lo que hacemos con nuestras Biblias! Luego, por supuesto, mientras la Palabra de Cristo mora en nosotros y el Espíritu nos llena, vamos a empezar a orar de una manera consistente con la voluntad de Dios y descubrir la verdad de la promesa a menudo mal aplicada de nuestro Señor: “pedid lo que queráis y os será hecho.” (Juan 15:7 b).

Tercero, Cristo subraya otro principio: “Permaneced en mi amor” (15:9), y establece claramente lo que esto implica: el creyente basa su vida en el amor de Cristo (el amor de Aquel que da Su vida por sus amigos, v 13).

Este amor se ha revelado a nosotros en la cruz de Cristo. No debemos dejarnos a la deriva de la contemplación diaria de la cruz como la demostración irrefutable de ese amor, o de la dependencia en el Espíritu que se derrama en nuestros corazones (Rom. 5:5). Por otra parte, permanecer en el amor de Cristo viene a la expresión muy concreta: la simple obediencia rendida a Él es el fruto y prueba de amor por Él (Juan 15:10-14).

Por último, estamos llamados, como parte del proceso permanente, someterse a la podadera de Dios en la providencia por la que el corta toda deslealtad y, a veces todo lo que no es importante, a fin de que podamos permanecer en Cristo, tanto más plenamente .

Extracto de In Christ Alone por Sinclair Ferguson.

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