lunes, octubre 07, 2013

Si Es Tu Voluntad

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Si Es Tu Voluntad

Por RC Sproul

 

Cuando nos acercamos a Dios, debemos recordar dos hechos simples –quien es Él es y quiénes somos nosotros. Debemos recordar que estamos hablando con el Rey, el Soberano, el Creador, pero nosotros somos sólo criaturas. Si vamos a guardar esos datos en mente, vamos a orar con cortesía. Vamos a decir: “Con Tu permiso,” “Como Tu desees,” “por favor,” y así sucesivamente. Esa es la forma en que vamos ante Dios. Decir que es una manifestación de la falta de fe o una debilidad de la fe decir a Dios “si es Tu voluntad” es difamar al mismo Señor de la Oración del Señor.

Fue Jesús, después de todo, que, en Su momento de mayor pasión, oró con respecto a la voluntad de Dios. En su Evangelio, Lucas nos dice que inmediatamente después de la Última Cena:

Y saliendo, se encaminó, como de costumbre, hacia el monte de los Olivos; y los discípulos también le siguieron. Cuando llegó al lugar, les dijo: Orad para que no entréis en tentación. Y se apartó de ellos como a un tiro de piedra, y poniéndose de rodillas, oraba, diciendo: Padre, si es tu voluntad, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. Entonces se le apareció un ángel del cielo, fortaleciéndole. Y estando en agonía, oraba con mucho fervor; y su sudor se volvió como gruesas gotas de sangre, que caían sobre la tierra. (Lucas 22:39-44)

Es importante ver lo que Jesús ora aquí. Él dice: “No se haga mi voluntad, sino la tuya.” Jesús no estaba diciendo: “Yo no quiero ser obediente” o “me rehúso a someterme” Jesús estaba diciendo: “Padre, si hay alguna otra manera, y todas las cosas siguen e condiciones iguales, preferiría no tener que hacerlo de esta manera. Lo que Tú has puesto delante de mí es más espantoso de lo que puedo imaginar. Estoy entrando en mi gran pasión y estoy aterrorizado, pero si esto es lo Tú quieres, esto es lo que haré. No mi voluntad, sino Tu voluntad, será hecha, porque Mi voluntad es hacer Tu voluntad.”.

También quiero que se tome en cuenta lo que sucedió después de que Jesús oró. Lucas nos dice que un ángel vino a él y lo fortaleció. El ángel era un mensajero de Dios. Él vino del cielo con la respuesta del Padre a la oración de Jesús. Esa respuesta fue: “Tú debes beber la copa.”

Esto es lo que significa orar que la voluntad de Dios sea hecha. Es la más alta expresión de fe a someterse a la soberanía de Dios. La verdadera oración de fe es la oración que confía en Dios, no importa si la respuesta es sí o no. No se necesita fe para “reclamar,” como un ladrón, algo que no es nuestro para reclamar. Debemos acercarnos a Dios y decirle lo que queremos, pero tenemos que confiar en El para dar la respuesta que es mejor para nosotros. Eso es lo que hizo Jesús.

Debido a que Lucas nos dice que el Padre envió un ángel para fortalecer su Hijo, yo esperaría que la agonía del alma de Jesús se hubiese aliviado. Parece, sin embargo, que con la llegada de la fuerza del ángel vino un aumento de la agonía de Cristo, un aumento tan profundo que empezó a sudar profusamente que eran “como grandes gotas de sangre.” En un sermón sobre Lucas 22:44, Jonathan Edwards, dijo que este aumento de agonía de Jesús se debió a la plena realización de la voluntad de Dios para El en Su pasión. Había venido al jardín con el temor de que Él tendría que beber la copa. Una vez que Él sabía que era de hecho la voluntad de Dios que la bebería, tuvo un nuevo temor –que El no sería capaz de hacerlo. En otras palabras, Jesús ahora estaba en agonía de que Él no viniese en completa y perfecta obediencia a la voluntad de Dios.

Pero lo hizo. El bebió la copa hasta la última gota. Y en ese momento, Jesús no nos dio palabras para enseñarnos a orar, Él nos dio Su vida como un ejemplo de orar para que la voluntad de Dios se haga en la tierra como en el cielo.

Un Extracto de The Prayer of the Lord por RC Sproul.

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