lunes, agosto 04, 2014

10 Mitos Sobre La Lujuria

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Por Jared Moore

Si usted abraza estos 10 mitos sobre la lujuria, entonces usted no va a encontrar ningún remedio para su lujuria. En su lugar, se sumerge en un "agujero negro" del pecado. Abrace la Verdad; rechace estos 10 mitos:

1. “Tengo lujuria porque soy humano.” No, tienes lujuria porque eres un pecador.

2. “Tengo lujuria porque otros se visten impúdicamente.” No, tienes lujuria porque tu corazón perverso goza de la inmodestia de los demás.

3. “Tengo lujuria porque no estoy casado.” No, tienes lujuria porque amas el sexo más que a Dios.

4. “Tengo lujuria porque deseo el matrimonio.” No, tienes lujuria porque deseas la inmoralidad sexual. Desear la inmoralidad sexual es lo opuesto a desear el matrimonio. Un deseo para el matrimonio es un deseo por la moralidad sexual dentro del matrimonio.

5. “Tengo lujuria porque no puedo evitarlo.” No, tienes lujuria, porque intencionalmente eliges pecar sobre la santidad. Tu has desarrollado un hábito lujurioso. Arrepiéntete y vuélvete a Cristo habitualmente. Viva la santidad que Él requiere hasta que forme nuevos hábitos sagrados.

6. “Tengo lujuria porque mi conyugue no está tan interesado en el sexo como yo.” No, tienes lujuria, porque deseas el sexo más de lo que deseas a Dios.

7. “Tengo lujuria porque mi conyugue no me aprecia.” No, tienes lujuria, porque crees que Dios es demasiado pequeño para satisfacer tus necesidades abundantemente.

8. “Tengo lujuria porque creo que los portadores de la imagen de Dios son hermosos.” No, tienes lujuria, porque rechazas la creación de Dios (Génesis 1:26-27). Los tienen dirigen su lujuria a los portadores de la imagen de Dios, reducen su imagen divina a un mero objeto de placer sexual unilateral no consensual inmoral..

9. “Tengo lujuria porque la sexualidad es un fenómeno generalizado en mi cultura impía.” No, tienes lujuria porque quieres ser como su cultura impía.

10. “Si satisfago mi lujuria, va a desaparecer.” No, el remedio para los deseos lujuriosos es que te niegues a ti mismo (dejar de alimentar a tu lujuria), toma tu cruz y sigue a Cristo (Lucas 09:23).

La única respuesta para un corazón lujurioso es el arrepentimiento y la fe constante en Cristo. Dios es más precioso y más valioso que el cumplimiento de nuestros deseos lujuriosos. Si abrazas y meditas en Su hermosura, todo pecado aparecerá feo y detestable.

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