jueves, agosto 14, 2014

Un Texto Apologético Frecuentemente Perdido y los Efectos Noéticos del Pecado

clip_image001Un Texto Apologético Frecuentemente Perdido y los Efectos Noéticos del Pecado

Por Lyndon Unger

Hace tiempo, leía Hechos 4, cuando me di cuenta de algo que no había visto antes y pensé compartirlo con los lectores. Hechos 5: 14-21 es un gran pequeño texto que da un maravilloso ejemplo de los efectos noéticos del pecado; cómo el afecta pecado a la mente y al proceso racional. La mente incrédula es cualquier cosa menos neutral respecto a los hechos y su relación con Dios, y Hechos 4:14-21 muestra eso en un lenguaje bastante austero.

Hechos 4 sigue a Hechos 3, donde Pedro y Juan sanan a un hombre cojo que es más de 40 años de edad (Hechos 4:22). Él es cojo, pide dinero, le mandan levantarse y andar, y lo hace (Hechos 3:1-9) a la vista de muchas personas en el Templo y miles escuchan hablar de él casi inmediatamente (Hechos 4:4) . Todo el mundo lo conoce porque ha estado sobre su camilla por un largo tiempo (Hechos 3:10) y luego Pedro predica las buenas nuevas de la resurrección de Cristo en el templo (Hechos 3: 11-26). Luego, en Hechos 4, Pedro y Juan son llamados ante el Sanedrín al día siguiente y el Sanedrín les leyeron la cartilla (Hechos 4: 4-13) Entonces, viene este pasaje:

14 Y viendo al hombre que había sido sanado, que estaba en pie con ellos, no podían decir nada en contra. 15 Entonces les ordenaron que saliesen del concilio; y conferenciaban entre sí, 16 diciendo: ¿Qué haremos con estos hombres? Porque de cierto, señal manifiesta ha sido hecha por ellos, notoria a todos los que moran en Jerusalén, y no lo podemos negar. 17 Sin embargo, para que no se divulgue más entre el pueblo, amenacémosles para que no hablen de aquí en adelante a hombre alguno en este nombre. 18 Y llamándolos, les intimaron que en ninguna manera hablasen ni enseñasen en el nombre de Jesús. 19 Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; 20 porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído. 21 Ellos entonces les amenazaron y les soltaron, no hallando ningún modo de castigarles, por causa del pueblo; porque todos glorificaban a Dios por lo que se había hecho.

Eso sí ese es un texto increíble de apologética con algunas implicaciones sorprendentes a la apologética y el evangelismo.

- Los hechos eran irrefutables.

- El hombre que había sido sanado, estaba de pie a la vista; todo el mundo sabe que era el hombre que había sido paralizada, que está fuera del templo durante décadas.

- El Sanedrín reconoció que era una señal, es decir, una señal divina (un acto de Dios).

- El Sanedrín sí admitió que no podían negarlo, como todo lo querían desesperadamente.

- Sabían que era “evidente para todos los habitantes de Jerusalén,” lo que significa que toda la ciudad conocían a esa persona y finalmente escucharon hablar de eso.

- Su principal preocupación era que más gente escucharía hablar de la señal clara y evidente (y por lo tanto convertirse en seguidores del camino ).

- Los hechos de la sanidad no estaban en cuestión. Los hechos eran claros e irrefutables.

clip_image002

Entonces ¿el Sanedrín reconoció los hechos que eran evidentes ante ellos y se sometieron a la conclusión obvia e irrefutablemente demostrada que Pedro y Juan estaban hablando en nombre del Dios que decían adorar?

¿Siguió el Sanedrín los hechos a su conclusión lógica verdadera y creyó el mensaje de Pedro y Juan?

Ni por un segundo.

- En cambio, intentaron suprimir la distribución de la historia. Lo único que podían hacer era esperar a detener la propagación de la historia en relación con estos hechos irrefutables.

- Además, trataron de suprimir la interpretación apostólica de los hechos. No les dijeron que se callaran por completo, sólo que dejaran de hablar de Jesús.

- Cuando eso no funcionó bien, el Sanedrín les amenazaba El Sanedrín sabía que Pedro y Juan estaban hablando en nombre de Dios y lo odiaban. El pueblo del mismo modo sabían que Pedro y Juan estaban hablando en nombre de Dios y el Sanedrín lo odiaba.

clip_image003

Las personas no regeneradas pueden ver la información de la realidad (incluyendo los hechos de la ciencia, la historia, etc) y los hechos nunca son el problema. La interpretación de los hechos en relación con Dios es el problema; el odio de la persona no regenerada del Dios a quien señalaban los hechos es el problema. Para decirlo de otra manera, la mente carnal es incapaz de ver los hechos de la realidad correctamente en relación con Dios; no correctamente en relación con otros hechos (es decir, es por eso que pueden equilibrar su chequera, hacer una investigación exitosa, etc).

La intención de la carne no va a entender los hechos de la realidad correctamente en relación a la interpretación de todos los hechos (es decir, de la escritura) de Dios, porque no puede, y para hacer frente a los hechos y luego responder en guerra en contra de la conclusión lógica de estos hechos, ellos muestran la irracionalidad del pecado.

Eso no quiere decir que los no creyentes son estúpidos, sino más bien racionalmente incapaces de ver e interpretar los hechos en su relación con Dios.

En otras palabras, la razón de que, básicamente, cada incrédulo no es un creacionista bíblico es porque no pueden serlo; la noción de un Dios creador requiere toda un tsunami de consecuencias morales y los no creyentes son esclavos del pecado (Juan 8:34) y muertos en su pecado (Efesios 2:. 1, 2, 5). Son incapaces de emanciparse de la esclavitud del pecado y de la muerte.

Sólo un poco de alimento para el pensamiento bíblico.

No hay comentarios: