lunes, enero 12, 2015

Ser Sobrio y Prudente

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Por Cameron Buettel

¿Qué califica a un hombre para el ministerio pastoral? Sobre la base de la abundancia de líderes autoproclamados e irresponsables en las iglesias evangélicas modernas, parece que muchos asistentes a la iglesia, o bien no saben o no les importa. Las comunidades a las que asisten pueden profesar la autoridad de la Escritura en su declaración doctrinal, pero su práctica revela que no es nada más que una insignia simbólica de la ortodoxia. La iglesias verdaderamente sometidas a la autoridad de la Plabara de Dios buscan líderes calificados y los someten a las normas bíblicas.

El apóstol Pablo no pudo haber sido más claro acerca de lo que califica bíblicamente a un hombre para el trabajo pastoral o liderazgo en la iglesia. En 1 Timoteo 3:2-3, escribe:

Un obispo debe ser, pues, irreprochable, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, de conducta decorosa, hospitalario, apto para enseñar, no dado a la bebida, no pendenciero, sino amable, no contencioso, no avaricioso.

Si bien esas calificaciones parecen bastante sencillas, muchas personas, tanto en el púlpito y la banca las han pasado por alto o las ignoran por completo. Han permitido a sus congregaciones ser invadidas por pastores y ancianos que carecen de una formación adecuada, una adecuada rendición de cuentas, y lo peor de todo, un carácter adecuado para ocupar el cargo. Y en lugar de seguir las instrucciones de Pablo, estos rebeldes eclesiásticos han formado sus iglesias en sus propias semejanzas inconformistas.

El pueblo de Dios necesita la protección que proviene de conocer lo que Su Palabra dice acerca de lo que debe buscarse en un pastor, y qué evitar. Con ese fin, hemos estado examinando las cualidades y características que Pablo usa para describir un pastor piadoso.

Sobrio

Pablo escribe que el pastor piadoso es sobrio. La traducción literal de la palabra nēphalios es “sin mezcla con el vino.” Pero ya que la Escritura condena la borrachera, no el beber, es probable que Pablo estaba usando la palabra metafóricamente, en referencia a la necesidad de que los pastores estén alerta, vigilantes, y con una cabeza despejada. En ese caso, no es más que una prohibición contra el alcohol, sino cualquier cosa que nuble sus sentidos, distraiga su atención, o inhiba la capacidad de cumplir correctamente su deber.

John MacArthur explica el punto de Pablo de esta manera:

Beber es sólo un área en la que se puede producir un exceso. Comer en exceso ha sido llamado el pecado del predicador, y muchas veces eso es una crítica justa. Si un hombre no puede ejercer el autocontrol y la disciplina sobre algo tan básico como sus apetitos físicos, demuestra que es irresponsable, inmaduro y no apto para dirigir. Un líder que muestra un exceso incontrolado de cualquier tipo debilita su testimonio y paraliza su utilidad. El punto de Pablo es claro: los líderes espirituales piadosos deben ser moderados y equilibrados en todos los ámbitos de la vida [1] https://www.gty.org/Blog/B130808/personal-priorities-for-godly-leaders.

En resumen, el pastor piadoso no es dado al exceso.

Prudente

Un líder de la iglesia también debe ser prudente John MacArthur ofrece la siguiente descripción de un hombre prudente.:

El hombre prudente es bien disciplinado, y sabe cómo ordenar correctamente sus prioridades. Él es una persona que se toma en serio las cosas espirituales. Eso no quiere decir que él es frío y sin sentido del humor, sino que él ve el mundo a través de los ojos de Dios. Las realidades que el mundo esta perdido, desobediente a Dios, y con destino al infierno dejan poco espacio para la frivolidad en su ministerio. Tal hombre tiene una mente firme y segura. Él no es imprudente en el juicio, sino reflexivo, serio y cauteloso.

El pastor prudente sigue el consejo de Pablo en Filipenses 4: 8:

Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable, si hay alguna virtud o algo que merece elogio, en esto meditad.

Las iglesias impulsadas por los consumidores, sin embargo, no ponen ningún valor en el liderazgo prudente. Ellos creen que el crecimiento de la iglesia se logra mediante escenas atractivas que contienen acrobacias pobres y payasadas infantiles. Ellos prefieren la exégesis de sus propias ilustraciones que del texto bíblico:

https://www.youtube.com/watch?v=lf3Limr0vhc

En marcado contraste con el hombre en el video, el pastor prudente es, en palabras de John MacArthur, un hombre cuya “mente está controlada por la verdad de Dios y no por los caprichos de la carne.” Su mente mora en las cosas que son loables y puras (Filipenses 4: 8). Él entiende la inmensa responsabilidad de influir en las almas para la eternidad. Y, por tanto, depende de los fundamentos inconmovibles de la Escritura en lugar de las arenas movedizas de la cultura.

Los requisitos de Dios para los líderes de Su Iglesia son demandantes y amplios. La templanza y la prudencia constituyen dos piezas en la imagen mucho más grande de lo que significa ser irreprochable. La primera epístola de Pablo a Timoteo perfila varias otras cualidades y estándares vitales del carácter para pastores piadosos. Vamos a ver lo que John MacArthur tiene que decir acerca de otros dos de ellos - la respetabilidad y la hospitalidad – la próxima ocasión. Y vamos a contrastar eso con ejemplos modernos de impostores que claramente no cumplen esos requisitos.

(Todas las citas de The MacArthur New Testament Commentary: 1 Timothy a menos que se diga lo contrario. )


Disponible en línea en: http://www.gty.org/resources/Blog/B150112
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