lunes, mayo 25, 2015

Cómo entender: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”

clip_image001Cómo entender: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”

Por Nathan Busenitz

Consideremos uno de los versículos más conocidos y más citados en el Nuevo Testamento, uno de los más populares en nuestra cultura evangélica hoy en día. Me refiero a Filipenses 4:13:

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”

Este vehículo se ha impreso en carteles, playeras y en murales en la pared. Una rápida búsqueda en el Internet revela que se pueden comprar llaveros, anillos, botones, camisetas, pegatinas, postales, pulseras, bolsos, y otras baratijas “cristianizadas” con las palabras de este versículo estampadas, bordadas o grabadas en ellos.

La ironía es que, al tomar este versículo fuera de contexto, personas han llegado a asignarle un significado extraño e incorrecto, completamente contrario a lo que realmente significa. Hasta tal grado han llegado a distorsionar su significado, que se ha convertido en una consigna de superación personal y un slogan de ambición y logros. Para muchos, este versículo se ha convertido en una especie de lema para motivar la prosperidad material, la promoción profesional y el logro de éxito.

Pero su verdadero significado no tiene nada que ver con esto.

Si leemos Filipenses 4:13 aisladamente, sin mirar su contexto, es posible entender porque tantas personas lo toman como un slogan de superación personal o como un cheque en blanco que promete cualquier deseo.

Fuera de contexto, “todo lo puedo” pudiera ser tomado como licencia para lograr cualquier cosa que queramos, desde ganar un partido de fútbol, perder peso, hasta conseguir un nuevo trabajo. Fuera de contexto puede ser tomado como una inspiración espiritual a algún deseo o ambición personal.

Pero en contexto, Filipenses 4:13 es un versículo que habla acerca de contentamiento, no de sueños hechos realidad o metas logradas. Más bien se trata de estar alegre, satisfecho y fiel aun en las situaciones más duras de la vida.

Este versículo no se trata de ganar el partido de fútbol, se trata de la forma de responder cuando se pierde el partido de fútbol,​​o se lesiona durante la temporada. No se trata de conseguir aquel nuevo puesto de trabajo, aquella casa nueva o aquel traje nuevo; se trata de encontrar satisfacción en el trabajo ya hecho, en la casa que ya posee y en la vestimenta que ya cuelga en su armario.

No se trata de las palabras mágicas para cambiar sus circunstancias, más bien, se trata de confiar en el poder de Dios para estar contento en medio de circunstancias que no puede cambiar.

Consideremos por un momento el contexto de Filipenses 4:13. Pablo escribe a los creyentes en Filipos:

10 En gran manera me gocé en el Señor de que ya al fin habéis revivido vuestro cuidado de mí; de lo cual también estabais solícitos, pero os faltaba la oportunidad.

11 No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación.

12 Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.

13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

Cuando el apóstol dice: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”, está hablando de contentamiento. Él había aprendido a depender de Cristo y estar alegre sin importar lo que estuviera pasando. Esto es lo que debemos aprender de este versículo, y lo que estamos llamados a imitar de Pablo. Por esa misma razón él escribe en el versículo 9:

9 Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros.

Si tomamos “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” fuera de contexto fracasamos en entender que esas palabras no hablan acerca de superación personal, sino de gozo y satisfacción en el Señor. Éste es el ejemplo que Pablo exhorta a los creyentes a seguir, pues la actitud que él poseía debe caracterizarnos a nosotros también.

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Nathan Busenitz, candidato a doctorado en filosofía (Ph.D.) en The Master’s Seminary, es profesor de teología histórica en la misma institución. Después de haber servido como asistente personal de John MacArthur, Nathan llegó a formar parte del profesorado de TMS en el 2009. Él y su familia viven en Los Ángeles, CA.

Publicado originalmente en inglés aquí.

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