viernes, septiembre 22, 2017

¿Qué significa el capítulo 12 de Apocalipsis?

ESJ-2017 0922-004

¿Qué Significa el Capítulo 12 de Apocalipsis?

Respuesta: En Apocalipsis capítulo 12, Juan ve la visión de una mujer “vestida de sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas.” (Apocalipsis 12:1). Nótese la similitud entre esta descripción y la descripción que dio José a su padre Jacob (Israel) y a su madre y sus hijos (Génesis 37:9-11). Las doce estrellas se refieren a las doce tribus de Israel. Así que la mujer en Apocalipsis es Israel.


La evidencia adicional para esta interpretación, es que Apocalipsis 12:2-5 habla de la mujer con un niño y dando a luz. Mientras que es verdad que María dio a luz a Jesús, también es verdad que Jesús, el Hijo de David de la tribu de Judá, provino de Israel. En un sentido, Israel dio a luz – o sacó a la luz – a Jesucristo. El verso 5, dice que el niño de la mujer “regirá con vara de hierro a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono.” Esto claramente describe a Jesucristo. Jesús ascendió al cielo (Hechos 1:9-11) y un día establecerá Su reino en la tierra (Apocalipsis 20:4-6), y Él la gobernará con perfecto juicio (la “vara de hierro”; ver Salmo 2:7-9)

La huida de la mujer al desierto por 1,260 días, se refiere al tiempo futuro llamado la Gran Tribulación. Mil doscientos sesenta días, son 42 meses (de 30 días cada uno), lo cual es lo mismo que 3 ½ años. A la mitad del período de la Gran Tribulación, la Bestia (el Anticristo) colocará una imagen de sí mismo en el templo que se construirá en Jerusalén. Esta es la abominación de que Jesús habló en Mateo 24:15 y Marcos 13:14. Cuando la Bestia haga esto, romperá el pacto de paz que había hecho con Israel, y la nación tendrá que huir para protegerse – posiblemente a Petra (ver también Mateo 24; Daniel 9:27). Esta huida de los judíos es ilustrada como la mujer huyendo al desierto.

Apocalipsis 12:12-17 habla de cómo el diablo hará guerra contra Israel, tratando de destruirlo (Satanás sabe que le queda poco tiempo, relativamente hablando – ver Apocalipsis 20:1-3, 10). También revela que Dios sustentará a Israel en el desierto. Apocalipsis 12:14 dice que Israel será protegida del diablo por “un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo” (“un tiempo” = 1 año; “tiempos” = 2 años; “la mitad de un tiempo” = medio año; en otras palabras, 3 ½ años.)

Fuente

Biblia de Estudio Macarthur:

12:1 señal. Un símbolo que representa algo diferente al símbolo mismo. Esta es la primera de siete señales en la segunda mitad de Apocalipsis. Cp. el v. 3; 13:13, 14; 15:1; 16:14; 19:20. una mujer. No es una mujer literal, sino una representación simbólica de Israel, que también se representó en el AT como prometida y esposa de Dios (Is. 54:5, 6; Jer. 3:6–8; 31:32; Ez. 16:32; Os. 2:16). En Apocalipsis aparecen otras tres mujeres simbólicas: 1) Jezabel, quien representa el paganismo (2:20), 2) la mujer vestida de púrpura y escarlata (17:3–6) que simboliza la iglesia apóstata, y 3) la esposa del Cordero (19:7) que es el símbolo de la iglesia verdadera. El contexto deja en claro que esta mujer no representa a la iglesia. vestida del sol… la luna debajo de sus pies… corona de doce estrellas. Cp. Génesis 37:9–11. El hecho de que esté “vestida del sol” alude a la gloria, la dignidad y la posición exaltada de Israel, el pueblo de la promesa que será salvo y recibirá de Dios un reino. La imagen de la luna bajo los pies es una posible descripción de la relación de pacto que Dios mantuvo con Israel, ya que las nuevas lunas se asociaban con la adoración (1 Cr. 23:31; 2 Cr. 2:4; 8:13; Esd. 3:5; Sal. 81:3). Las doce estrellas representan las doce tribus de Israel.

12:2 clamaba con dolores. Israel, representado con frecuencia como una madre a punto de dar a luz (cp. Is. 26:17, 18; 54:1; 66:7–12; Os. 13:13; Mi. 4:10; 5:2, 3; Mt. 24:8), había agonizado y padecido durante muchos siglos mientras anhelaba la llegada del Mesías para destruir a Satanás, el pecado y la muerte, así como para inaugurar su reino eterno.

12:3 un gran dragón escarlata. El enemigo mortal de la mujer es Satanás, quien aparece como un dragón un total de trece veces en este libro (cp. el v. 9; 20:2). El color escarlata alude al derramamiento de sangre (cp. Jn. 8:44). siete cabezas y diez cuernos… siete diademas. Este lenguaje figurado describe el dominio de Satanás sobre siete reinos mundanos en el pasado y diez reinos en el futuro (cp. Dn. 7:7, 20, 24). Vea las notas sobre 13:1; 17:9, 10. Satanás ha dominado y dominará en el mundo hasta que suene la séptima trompeta (11:15). Ha infligido dolor sin interrupción sobre Israel (Dn. 8:24), con el deseo intenso de matar a la mujer antes de que pudiera parir al hijo que la destruiría para siempre (vea las notas sobre Est. 3:6–15).

12:4 la tercera parte de las estrellas del cielo. La rebelión original de Satanás (cp. Is. 14:12ss; Ez. 28:11ss) resultó en la insurrección de la tercera parte de la hueste angelical que se unió a él para convertirse en demonios. a fin de devorar a su hijo. Al verse incapaz de impedir el nacimiento de Cristo de una virgen, Satanás trató de matar al niño por medio de una masacre generalizada y arbitraria de los bebés varones que fue ordenada por Herodes (Mt. 2:13–18; cp. Lc. 4:28, 29).

12:5 un hijo varón. Jesucristo en su encarnación fue de origen judío (Mt. 1:1; 2 Ti. 2:8). A pesar de los esfuerzos del diablo para destruir a Israel y el linaje mesiánico, el nacimiento de Jesús tuvo lugar tal como había sido pronosticado por los profetas (cp. Is. 7:14; 9:6; Mi. 5:2). vara de hierro. Describe la coronación de Jesús como Rey sobre las naciones del mundo (cp. 11:15; 19:15; Sal. 2:6–9). su hijo fue arrebatado para Dios. Esto corresponde a la ascensión de Jesús (Hch. 1:9; 2:33; He. 1:1–3; 12:2).

12:6 desierto. Dios protegerá a Israel de Satanás al suministrarle un escondite en el desierto, quizás en la región de Moab, Amón y Edom al oriente de Palestina. Es interesante que esos son los territorios que serán librados de manera específica del ataque del anticristo en contra de la tierra santa (cp. Dn. 11:41). mil doscientos sesenta días. En el punto medio de la tribulación, el anticristo rompe su pacto con Israel, detiene el culto y los servicios del templo, coloca en su interior la abominación desoladora (Dn. 9:27; Mt. 24:15) y devasta a toda Jerusalén (11:2). En aquel tiempo muchos judíos huirán para salvar su vida (Mt. 24:16ss). Dios los preservará durante los últimos mil doscientos sesenta días (42 meses o 3 años y medio) que corresponden a la gran tribulación. Vea las notas sobre 3:10; 6:1, 9.[1]


[1] MacArthur, J. (1997). Biblia de Estudio MacArthur (Ap 12.1–6). Nashville, TN: Thomas Nelson.

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