jueves, noviembre 23, 2017

El Reino Teocrático: Proposición 2 - El Establecimiento de Este Reino, Fue Determinado Antes, Diseñado y Preparado Desde la Fundación del Mundo

ESJ-2017 1123-001

Proposición 2. El Establecimiento de Este Reino, Fue Determinado Antes, Diseñado y Preparado Desde la Fundación del Mundo.

POR GEORGE N. H. PETERS

Estas dos frases han sido dadas en Mat. 25:34, Juan 17:24, Efes 1:4, Heb. 4:3, 1 Ped. 4:3, Apoc. 13:8, en comparación con otros pasajes. Una puede indicar que el propósito Divino relacionado con el reino existió en la mente del Eterno antes de la creación del mundo; y la otra, que la creación misma manifestó su intención de llevar a cabo Su designio (es decir, era preparatorio), y que era, de hecho, como existía antes de la caída y la maldición subsiguiente, la esfera preparada de su manifestación.

Obs. 1. Por lo tanto, inferimos apropiadamente la dignidad de este tema, comprendido en los consejos eternos y evolucionado del siempre existente “propósito de Él, que obra todas las cosas según el consejo de su propia voluntad.”

Obs. 2. También inferimos justamente que la voluntad de Dios expresada con respecto al reino indica un plan Divino que, en vista de sus atributos, necesariamente abarca la unidad de diseño. Por lo tanto, cuando el reino es una vez definido por el Espíritu, no se permite ningún cambio o modificación sin la mayoría de las declaraciones expresas de Dios que lo anuncian Obs. 3. La idea de que el reino se identifica así en su conexión con el propósito eterno y con la creación, sin duda Dios cumplirá su voluntad revelada concerniente a ella, confirmada como lo es incluso por juramento. Dios mismo se comprometió a la realización final de esta idea.

Obs.4. El ejercicio del poder creativo, y su continua manifestación en bien del hombre y del mundo, muestra claramente la determinación divina de establecer este reino, a pesar de los elementos antagónicos introducidos por la caída. Todas las cosas existen, porque Dios tiene un fin determinado a la vista, cuyo fin se abraza en este reino.

Obs. 5. Este reino pertenece a la tierra. Antes de la creación del mundo, solo existía en la determinación o el propósito de Dios, hasta en la creación, el mismo fundamento del mundo fue puesto en preparación para ello. Sabemos que la expresión “heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.” es interpretada por muchos simplemente para significar, preparada para ti desde el principio o desde la eternidad, y se refiere solo a un propósito. Pero tomando en consideración la condición paradisíaca de la tierra en la creación y el hecho (Propos. 140-148) de su restauración futura a la misma cuando se va a establecer el reino, creemos que la frase abarca un significado mucho más profundo, a saber, su relación con la tierra. “Desde la fundación del mundo” es indicativo de que Dios se propuso esta misma tierra, cuando se fundó, para este reino.

Obs. 6. Tal fraseología implica, necesariamente, debido a la caída y la maldición implicada, una restitución gloriosa para la cual se debe hacer provisión. Se nos señala a esa perfección original de la creación, que el Todopoderoso pronunció como buena, pero que está siendo desfigurada (como lo enseña la Biblia) por el pecado y el mal resultante, es necesario, antes de que el propósito de Dios sea llevado a cabo, restaurar esa perfección perdida. Cómo se hará esto se explicará detalladamente más adelante.

Obs. 7. Esta fraseología respecto del reino incluye, a la vista de la predeterminación expresada, el nombramiento o la preordenación del rey (1 Pedro 1:20). También comprende el número de los gobernantes, elegidos, herederos o herederos del reino (Efesios 1:4, etc.), así como también de cada detalle, provisional y realizado, perteneciente a ello. Dios no emprende el cumplimiento de un propósito establecido sin que su conocimiento perfecto abrace todas las cosas relacionadas con ello. Porque "para Dios son conocidas todas sus obras desde el principio del mundo" (Hechos 15:18, Isaías 46: 9, 10, etc.)

Obs. 8. La idea de que el reino siendo el principio (es decir, que conduce a la creación, etc.) y al final (es decir, que abarca el resultado final) de las dispensaciones o épocas, bien podemos creer lo que las Escrituras dicen al respecto, a saber, que esta idea se lleva a un logro práctico para que la supremacía y la autoridad de Dios puedan ser reconocidas universalmente, y que la sabiduría y el amor múltiples del Señor puedan mostrarse y experimentarse en las épocas eternas. También reafirma que para este objeto y fin, todas las cosas se sostienen y permiten, para resolver, bajo la Divina Providencia, su destino con respecto a este reino.

Obs. 9. Este lenguaje, tan expresivo de la amplitud y la naturaleza fundamental de la idea del reino, nos sugiere que las dispensaciones o épocas mismas (el Adámico, Abrahámico, Mosaico y Cristiano) están ordenadas en su sucesión como parte del propósito Divino en relación con este reino. Si hemos de tomar la traducción dada por Locke, Chandler, Clarke, Whitby, etc., a Ef. 3:11, se anuncia una orden tan especial. En lugar de nuestra versión, “según el propósito eterno,” etc., ellos leen: “de acuerdo con la disposición o acuerdo de las épocas que Él hizo para (o, en o a través de) Cristo Jesús nuestro Señor.” Cualquier traducción que podamos preferir, una cosa ciertamente se enseña en el pasaje, a saber, que en el “propósito eterno” o “el propósito de las épocas,” etc., está incluida la noción de que el tiempo mismo se incluye en el plan de Dios con referencia especial a Jesucristo como el Rey del reino, para quien el plan se lleva a la ejecución y por quien se perfeccionará.

Obs. 10. El reino está siendo comprendido en los consejos eternos de Dios y en el diseño de la creación, y aliado con varias órdenes que se extienden sobre la historia pasada del mundo y con otras que aún son futuras, que deberíamos razonablemente anticipar que sea un tema profundamente complicado, y amplio, que tiene una variedad de aspectos (como por ejemplo, en relación con el Padre, Hijo, elegido, etc.), y un círculo de otros temas (como por ejemplo, elección, resurrección, juicio, etc.), así como una profundidad de alcance (como, por ejemplo, en relación con el tiempo, la persona del rey, la glorificación, etc.), que demanda un estudio, una reflexión y una comparación más cuidadosas para comprender.

Obs. 11. La proposición indica una posición fundamental que el estudiante del reino debe ocupar. Implica que como el reino es el propósito de Dios, todo el conocimiento del reino debe derivarse de Él. Es la idea de Dios, contemplada y realizada, lo que estamos tratando de entender, y toda la información confiable debe provenir de Él. Por lo tanto, compare la Prop. 9.

Obs. 12. En Prov. 8:31, la sabiduría se representa como “regocijándome en el mundo, en su tierra,” y como deleitarse o presentar “mis delicias” a “los hijos de los hombres.” Cuando el propósito Divino, como se abraza en este reino, en referencia a la tierra y al hombre, se manifiesta por completo, entonces la razón de esto también aparecerá completamente. La sabiduría se justificará tanto al preparar esta tierra para su exhibición como al exhibirse en las riquezas otorgadas a sus seguidores en la relación teocrática. Si es sabiduría recibir la verdad de Dios, mucho más sabio es echar mano de las grandes verdades principales, para que finalmente podamos obtener las bendiciones que la verdadera sabiduría imparte.

Obs. 13. La proposición, desde un punto de vista puramente bíblico, muestra que no podemos considerar la opinión de que la incredulidad insta en contra de la Biblia, es decir, que las religiones orientales son anteriores a la Biblia por muchos siglos. Las respectivas pruebas de prioridad se encuentran en las respectivas obras religiosas en forma de aserción, y la veracidad de una u otra debe estar determinada por su contacto con los hechos de la historia. Ahora la historia, en la medida de lo conocido fuera de los libros religiosos, no justifica las exageraciones orientales de la era; por otro lado, la historia corrobora la afirmación de la Biblia, la cual, debido a un plan desarrollado sistemáticamente y con el cual se conecta una amplia gama de hechos, esta totalmente sostenido tanto en cuanto a la supuesta época y los contenidos. (Compare Props. 179 and 182.) La prueba de un plan continuo, evidenciado en la historia del pasado y el presente, y en la inmensa superioridad de la materia, la adaptación al hombre, etc., continuará en varias proposiciones.

Obs. 14. Por último, esta proposición se basa en la afirmación derivada de las Escrituras de que una Mente Creadora Divina y una Voluntad Regente ordenan y gobiernan sobre todo, de modo que a pesar de las dificultades aparentes y los problemas inexplicados, la Mente y la Voluntad serán finalmente vindicadas triunfalmente en una manera revelada y abierta, indicando, que la piedad ya se cuenta como una seria obra preparatoria, su relación estrecha e íntima con el hombre y la tierra. Esta Mente y Voluntad absoluta, afirmando que trabaja consciente y personalmente para introducir un reino predeterminado, es, por supuesto, la fuente original de donde proviene todo. Para el creyente en la Palabra, es innecesario, porque nuestros puntos de vista se basan en las Escrituras, para añadir algo; pero al incrédulo podemos señalar: que en defensa de tal posición no se requiere representar los absurdos y las contradicciones de la razón, etc., en los que caen quienes niegan esta Mente y Voluntad existentes (otros escritores han hecho hábilmente esto), sino más bien seguir en todas sus conexiones la doctrina principal del reino, y de las evidencias de marcado diseño y unidad manifestadas en su historia, traer una prueba en nombre de un Dios existente personal, ordenando y anulando todas las cosas, que por sí mismo encomendará al lector inteligente más que cualquier otra cosa que podríamos proponer. Cuanto mayor es el trabajo contemplado – y no hay ninguno mayor que este reino – más claramente debemos ver la inteligencia de la Mente que lo origina y el poder de la Voluntad que la realiza. Si esa Mente y Voluntad ha propuesto, en la Revelación para el hombre, un cierto plan determinado de operación por el cual el reino será, después de un tiempo, revelado abiertamente; si el diseño y el modo de procedimiento y resultado se recomiendan a la fe y la razón como adecuados y deseables; si la historia y la experiencia sostienen claramente el desarrollo de tal plan a través de las épocas, entonces podemos estar seguros de que en armonía con un plan tan determinado, con su historia corroborante y ajuste a las necesidades del hombre y la creación, debe haber, como la Biblia afirma sabiamente y científicamente, una mente que guía y una voluntad controladora. Sería prematuro enfatizar este argumento; entonces presentemos primero una serie de hechos indiscutibles, y de estos hechos, como conclusión (por ejemplo, Prop. 182, etc.), deduzcamos la declaración hecha, que el reino mismo depende del placer y obra del Padre tanto en su inicio y provisión, en su predicción y realización. (Comp. Por ejemplo, Prop. 84.)

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